Cádiz, provincia de contrastes: del narcotráfico al lujo en sólo 15 kilómetros

Mientras aumenta el movimiento de drogas en ciudades como La Línea y Algeciras, las construcciones de lujo vuelven a proliferar en la urbanización de Sotogrande en San Roque

Puerto deportivo de Sotrogrande, en San Roque.
Puerto deportivo de Sotrogrande, en San Roque.

Cádiz es la cabeza del paro español. No es ningún dato nuevo. A pesar de la bajada en el segundo trimestre del 31,25% que marcaba en abril hasta la tasa del 26,86 por ciento registrada actualmente, la provincia sigue liderando las tasas de desempleo. Ante este panorama, las alternativas ilegales para ganar dinero se abren paso en Cádiz a pasos agigantados, siendo uno de los mayores problemas en la actualidad.  

La provincia gaditana siempre ha sido una zona de contrastes, llegando casi a parecer tres provincias en una. Por una parte la Bahía, por otra la Campiña jerezana y más hacia oriente el Campo de Gibraltar. Cada zona con sus peculiaridades específicas, pero todas ellas unidas por el factor común del desempleo. Al igual que el paro, el narcotráfico en la zona de Algeciras y La Línea no es nada nuevo y ambas cosas guardan una relación más que evidente. Los jóvenes ven la posibilidad de prosperar económicamente de una forma rápida y lo consideran el narcotráfico como una opción de futuro.  

El hachís y la cocaína campan a sus anchas en el Campo. A lo que se une el tráfico de tabaco procedente de Gibraltar, la gasolina para narcolanchas y el robo de vehículos en toda la zona para emplearlos en estas actividades. En estas localidades se encuentran algunos de los barrios más pobres de toda Andalucía, en Algeciras, Barbate, La Línea o San Roque. Estos barrios concentran casi el 25 por ciento de la vivienda en edificios en mal estado, a veces incluso ruinosos. Más del 15 por ciento de población que reside en estas zonas no tiene estudios y sufren una tasa de desempleo cuatro puntos por encima de la media regional. En este contexto el narcotráfico se hace fuerte, ya que sus vecinos lo han normalizado hasta tal punto que son ellos mismos quienes defienden a las bandas y las protegen de la policía y la Guardia Civil.  

Sin embargo, en la misma provincia y a sólo unos 15 kilómetros de La Línea, se encuentra Sotogrande. Como si se tratase de una burbuja aislada, una joya cara e intocable, una zona independiente perteneciente al término de San Roque. Hace apenas unas décadas nadie sabía de su existencia. Ahora es uno de los lugares más exclusivos de todo el territorio español. Mientras que el deporte del verano para algunos habitantes de La Línea y Algeciras es correr ante la policía o las carreras de lanchas con la Guardia Civil, en Sotogrande sin embargo es el golf y el polo.  

Mientras que el deporte del verano para algunos habitantes de La Línea y Algeciras es correr ante la policía o las carreras de lanchas con la Guardia Civil, en Sotogrande sin embargo es el golf y el polo.

Todo empezó con medio centenar de mansiones. El oasis del lujo para los empresarios y peces gordos que perseguían un escondite discreto pero de alto nivel. Paraíso de ricos y nobles donde ahora pasan a tener cabida también los narcos. Todo el linaje y la casta no los ha podido mantener al margen de las lanchas, que también se han paseado por sus costas durante los últimos meses.  

Actualmente la cifra viviendas ha pasado de las 50 iniciales a las más de 5.000. Aunque Sotogrande ha sufrido vaivenes desde su creación. Informes como el reciente de ‘Vivienda en la Costa’ publicado por la tasadora Tinsa señalan un repunte del mercado inmobiliario en la Costa del Sol, y en la zona en particular. Aquí solo se habla en términos de exclusividad y calidad. Esto llega justo en este preciso momento, diez años después de que estallara la burbuja inmobiliaria. Durante esta década el ladrillo en Sotogrande no ha tenido mucho movimiento.  

Las promociones de pisos de lujo que se paralizaron entonces ya se han vendido por completo, y las grúas han vuelto. Sotogrande SA ha retomado en este 2018 la actividad promotora a la que se suman Lemon Promociones, Kronos Homes y Taylor Wimpey con proyectos que van desde los 400.000 euros hasta los que superan los 10 millones. Aquí se ha llegado a pagar 7,2 millones de euros por la compra de un chalet en el año 2003. Mientras tanto, localidades de la provincia como Sanlúcar, La Línea, Chiclana, Algeciras, Jerez, San Fernando, El Puerto o Cádiz se encuentran ancladas en el ránking de la pobreza. La provincia de Cádiz tiene una superficie de 7.436 kilómetros cuadrados. Pero a pesar de su pequeñez en el mundo, no deja de ser una muestra de que la riqueza no ha desaparecido, sino que se concentra en las pocas manos de un reducido grupo de personas.  

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Estefanía Escoriza

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