El municipio también aprueba por apoyo unánime de todos los grupos contar con un himno. Estas señas de identidad completarán la renovación de un pueblo sometido al yugo y la flecha durante casi medio siglo.
Barbate dejó de ser 'de Franco' hace ahora 20 años. Entre 1950 y 1998, la localidad gaditana tenía un nombre y un apellido: Barbate de Franco. Una vez que, afortunadamente, el peso y las huellas de la Dictadura pasaron a la historia, ahora el municipio quiere nuevas señas de identidad. En concreto, una bandera y un himno. Así lo ha acordado el pleno municipal reunido la pasada semana en sesión ordinaria, que decidió, con el apoyo unánime por parte de todos grupos municipales, adoptar un himno y una bandera que representen a la localidad. Esta idea parte de la Delegación Municipal de Cultura y para la creación de los futuros símbolos de Barbate, tras el inicio del expediente, se convocarán sendos concursos de ideas para tal fin, que tendrán carácter abierto y público.
Tanto para el himno como para la bandera de la localidad, se establecerá un jurado profesional, cuyos miembros han sido designados por los grupos políticos con representación plenaria. A partir de la convocatoria de dicho concurso, se establecerá un plazo de cuatro meses para presentar propuestas. Por ello, la Delegación de Cultura ya trabaja para abrir los certámenes a la mayor brevedad posible y completar el renacimiento de una localidad a la que durante demasiados años se le hurtó su propia identidad a cambio del patrocinio franquista.
Un decreto de la Junta de Andalucía acabó en 1998 con la coletilla que había llevado la localidad desde que, tras la Guerra Civil, se hiciera municipio independiente de la vecina Vejer. Poco a poco, el Ayuntamiento también ha ido cumpliendo con la ley de Memoria Histórica y desterrando todos esos vestigios antidemocráticos de las calles de la población jandeña. Una de las últimas grandes reminiscencias que permanecía muy visible era el emblema que corona a Franco como “fundador de Barbate” en el edificio de la Casa Consitorial, en cuya rehabilitación se ha contemplado desterrar este tipo de simbología que aún pervivía.
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