Ahogados en polvo "peligroso para la salud" en un camino de Barbate

Las familias residentes en el Camino de San Ambrosio denuncian que sus casas, los árboles y la paja que comen los animales acaban cubiertas cada vez que un vehículo circula por la zona desde el inicio de unas obras

Un camión levanta polvo al pasar por el carril de San Ambrosio, en Barbate.  CEDIDA
Un camión levanta polvo al pasar por el carril de San Ambrosio, en Barbate. CEDIDA

Dificultad para respirar, dolores de garganta, irritaciones en los ojos. Los vecinos del Camino de San Ambrosio, término municipal de Barbate, no padecen ninguna enfermedad. Pero su salud empeorará si las autoridades competentes no prestan atención. Desde hace meses, se ven obligados a tragar polvo.

“Tengo un centro de yoga y algunas personas me han dicho que no venían a clases porque el carril está muy mal”, comenta una de las vecinas cuya casa se sitúa en este cruce hacia Zahora. Unos cuatro kilómetros que cada vez más conductores utilizan para desplazarse desde El Palmar a Vejer o Barbate “para acortar el camino”.

En esta vía pecuaria, sin asfaltar, se divisaban enormes baches provocados por la lluvia, de forma que los vehículos debían circular a baja velocidad. Deformaciones, agujeros y firme quebrado de los que el alcalde de Barbate, Miguel Molina, era consciente. Ante esta situación, en 2020 el Ayuntamiento instó a la Junta de Andalucía, rectora del Parque Natural de La Breña y Marismas del Barbate, a que, con la mayor brevedad posible, actuase en la mejora de los accesos este núcleo rural y a la limpieza de la arena.

A finales de mayo de este año arrancaron las obras, con un presupuesto de más de 150.000 euros, cuya finalización estaba prevista "antes de comenzar la época estival". Pero no ha sido así. 

Polvo acumulado en las casas de los vecinos.
Polvo acumulado en las casas de los vecinos.  CEDIDA

Según cuenta la vecina a lavozdelsur.es, se está utilizando un material similar al polvo de cemento que perturba al entorno donde muchas familias se mudaron para vivir en plena naturaleza. “Como ya no hay baches, los coches corren muy rápido y levantan ese polvo, que es malisimo para la salud”, explica la mujer, que también señala a los camiones de gran tonelaje que pasan por el camino cargados de materiales y hormigoneras.

Al atravesar el carril, provocan una nube de polvo “extremadamente densa” que afecta a las viviendas ubicadas en los laterales de la vía. Decenas de familias observan como sus casas se cubren de polvo con frecuencia. “Las plantas están llenas de este polvo. Yo intento mantener las ventanas cerradas, pero aún así, siempre hay. Es peligroso”, dice la barbateña.

Plantas llenas de polvo en una vivienda de San Ambrosio.
Plantas llenas de polvo en una vivienda de San Ambrosio.

Esta polvareda no solo afecta a los vecinos —algunas de sus hortalizas están repletas— sino también a los animales de pastoreo que están en los campos. “Comen paja y heno cargados de polvo”, lamentan los residentes, que aseguran que las obras aún no están terminadas y en agosto no se realizaron trabajos.

Ciclistas, personas a caballo o dueños con sus perros pasean por esta vía que se ha convertido en “una pista de correr” sin bordes de camino donde los vehículos “levantan un polvo increíble y no se ve nada”.

Las familias temen que sus hijos salgan en bicicleta por la zona. “Mis niños van a un colegio donde les conciencias para que cuiden el medio ambiente, les preguntaron qué se podría hacer para que los niños fueran en bici porque está muy cerca, sería maravilloso, pero es imposible con el carril así”, dice la vecina que manifiesta que la calidad de vida ha disminuido desde el inicio de las obras.

Polvo movilizado por un vehículo que pasaba por la vía.
Polvo movilizado por un vehículo que pasaba por la vía.   CEDIDA
Vídeo grabado por uno de los vecinos desde su ventana.  CEDIDO

Los residentes se han movilizado y se han reunido con el consistorio en un par de ocasiones para expresarle su situación. Tras el último encuentro, hace unos días colocaron señales de velocidad con límite de 30 km/hora. “Pero la gente pasa de ellas”, comenta.

Proponen instalar badenes que frenen a los vehículos con el objetivo de evitar el polvo “nocivo” y reclaman una solución. “Esta es una situación intolerable y debe ser cambiada sin demora por parte de las instituciones”, sostienen. Sus voces se unen en busca de un remedio “con efecto inmediato” a este problema que daña a las personas, los animales y al medio ambiente.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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