El terremoto político en Torremolinos sigue sacudiendo al PSOE andaluz. La Comisión de Ética del partido en Andalucía ha aprobado este martes trasladar al PSOE federal un informe favorable a la creación de una gestora para dirigir la agrupación local, tal y como había solicitado el PSOE de Málaga. Será ahora la dirección federal quien tenga la última palabra, aunque se da ya que será un mero trámite al haber hablado públicamente de su intención el PSOE. Una decisión que puede no ser la última, después de que Pedro Sánchez haya cesado este puente de su puesto en Moncloa al sevillano Antonio Hernández por presunto encubrimiento de comportamientos de Paco Salazar, a la sazón su jefe dentro de la estructura de asesores del presidente Pedro Sánchez. Hernández es miembro de la ejecutiva autonómica.
La propuesta establece que, mientras se constituye la gestora y esta asume el mando de la Agrupación Municipal del PSOE de Torremolinos, la Comisión Ejecutiva Provincial se encargará de los asuntos de trámite y gestión. La futura gestora pilotará el partido en el municipio hasta que se recupere su vida orgánica con la elección de una nueva Ejecutiva local en asamblea.
Mensajes humillantes
La decisión llega en pleno escándalo por la denuncia presentada contra el líder socialista de Torremolinos, Antonio Navarro, acusado por una militante del partido de un presunto delito de acoso. En su escrito, presentado el 10 de noviembre ante la Fiscalía de Violencia de Género de Málaga, la mujer asegura que recibió “mensajes de contenido sexual, insinuaciones y proposiciones no deseadas ni consentidas”. Entre ellos, expresiones como “estás muy buena” o “te quiero meter ficha”.
Según la denuncia, estos mensajes generaron un “ambiente intimidatorio, degradante y humillante”, tanto en lo personal como en lo profesional. La víctima sostiene que Navarro utilizaba teléfonos del Ayuntamiento para enviarle comunicaciones de carácter sexual en horario laboral, aunque también lo hacía por la noche y fuera del entorno de trabajo. “Estos mensajes fueron constantes, insistentes y cargados de connotaciones sexuales”, recoge el escrito, que detalla envíos “a altas horas de la noche e incluso de madrugada”.
Los mensajes incluían exigencias como “Cógeme el teléfono. Joder”, desvelados por Diario Sur, o frases como “Lo a gusto que estaríamos con una copa de vino y un sofá”. Ella respondía con rechazo: “tú a lo tuyo”. Navarro insistía con preguntas como “¿Ese escote lo has tenido siempre?” e incluso llegó a afirmar que iría “depilado por si tiene un desliz”.
La denunciante asegura que el dirigente llegó a mandarle más de 50 mensajes consecutivos en una tarde tras intentar “sobrepasarse físicamente” y tocarle el trasero sin consentimiento en un despacho del Ayuntamiento. Los hechos, sostiene, se repiten desde finales de 2021 “en un contexto de superioridad jerárquica”, lo que incrementa su vulnerabilidad por posibles “represalias políticas y personales”.


