Una joven de 18 años fue detenida por la Policía Nacional el pasado 2 de mayo en Málaga tras protagonizar un presunto ataque contra una enfermera en un centro de salud de la capital andaluza. Los hechos se produjeron a primera hora de la mañana, en torno a las 9.00, en el ambulatorio de La Roca, donde la joven se encontraba para someterse a un control relacionado con su embarazo.
Según el relato policial, la mujer, que mostraba disconformidad con los tiempos de espera, comenzó a increpar verbalmente a la sanitaria que la atendía. La situación, presenciada por otras personas en la sala de espera, se agravó cuando la paciente arrojó un bote de orina al rostro de la profesional.
A pesar de los intentos del personal por calmarla, la joven se abalanzó sobre la enfermera con la aparente intención de agredirla físicamente. Su comportamiento fue contenido por el personal de seguridad del centro de salud, que intervino para evitar mayores consecuencias.
Tras ser alertados por los vigilantes del ambulatorio, agentes de la Policía Nacional se desplazaron al lugar. Allí procedieron a la detención de la implicada como presunta autora de un delito de atentado contra el personal sanitario. La actuación policial se enmarca dentro de los protocolos de respuesta ante agresiones en el ámbito sanitario, un fenómeno que las autoridades vienen señalando como preocupante en los últimos años.
Las reivindicaciones de Satse
El Sindicato de Enfermería (Satse) ha denunciado que los centros de trabajo de las enfermeras concentran "numerosos riesgos" y "amenazas" para su salud y seguridad que "van aumentando con el paso de los años de trayectoria profesional".
Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2025, que se celebró el próximo 28 de abril, Satse subrayó que son más de un centenar los riesgos laborales que sufren estas profesionales sanitarias, "muchos de ellos, no de manera puntual, sino permanente en el tiempo".
Entre otros, el Sindicato señala que existen riesgos ambientales (radiaciones ionizantes y no ionizantes, vibraciones, temperaturas extremas, ruido); ergonómicos (manipulación manual de cargas, bipedestación, sedestación, flexiones del tronco); químicos (medicamentos peligrosos, alergias a material); riesgos biológicos (contagios por cortes, pinchazos, rubeola, sarampión, varicela zóster, toxoplasmas), y riesgos psicosociales (burnout, sobrecarga laboral y emocional, agresiones).