Las conversaciones intervenidas durante la investigación a Joakim Broberg, hijastro de la alcaldesa de Marbella y exsenadora del PP Ángeles Muñoz, revelan el “poder” del acusado para contactar con “personalidades” del Ayuntamiento, según declaró un agente de la UDEF en el juicio por narcotráfico que se celebra en la Audiencia Nacional. La información surgió a raíz de un encuentro en el que un interlocutor le pidió a Broberg gestionar una licencia municipal.
Este agente, que participó en el primer informe pericial sobre el supuesto blanqueo de capitales vinculado a Broberg, explicó que el análisis se basó, entre otros elementos, en las intervenciones telefónicas realizadas durante la instrucción. Broberg está acusado de haber obtenido beneficios procedentes del tráfico de hachís, que posteriormente habría canalizado mediante operaciones de lavado de dinero.
Las escuchas apuntan a contactos directos con narcotraficantes y figuras municipales
En esas grabaciones también se detalla la actividad del acusado con varios narcotraficantes, como Iván Cicak, investigado en la misma causa, y Anders Nilsson, implicado en otro procedimiento paralelo. Según la Policía, de las conversaciones se deduce que Broberg contaba con capacidad para interceder ante el Ayuntamiento de Marbella, una influencia que ha sido clave en el desarrollo de la causa.
Inicialmente, la Fiscalía no solo solicitó 18 años de prisión por narcotráfico y blanqueo, sino que pidió otros cuatro años más por un presunto delito de cohecho. Este cargo se fundamentaba en la supuesta relación de Broberg con un policía local de Marbella, quien le habría proporcionado información restringida a cambio de dinero. Estos hechos fueron derivados a la Audiencia Provincial de Málaga.
Base de operaciones en una inmobiliaria y control sobre su entorno
El informe policial sitúa la “base de operaciones” de Broberg en Wasa Consulting, una oficina inmobiliaria ubicada en un centro comercial de Marbella, desde la cual operaban varias de sus empresas y las de su padre, Lars Broberg —marido de la alcaldesa y fallecido tras ser investigado por ayudar a su hijo a blanquear fondos mediante el mercado inmobiliario—. El agente indicó que Broberg ejercía un “poder decisorio” sobre otros implicados, como el investigado Marko Mikael Holemen, a quien instrumentalizaba para mover dinero.
El uso de teléfonos encriptados por parte de Broberg también fue detectado a través de la sonorización de vehículos, lo que refuerza, según la UDEF, la tesis de su rol central en la organización. En una de las conversaciones, Broberg le solicitó dinero a Holemen para pagar un colegio, lo que llevó a los investigadores a concluir que era su testaferro.
Otra de las fórmulas de blanqueo descritas en el juicio fue la compra de oro en Portugal. En una de las escuchas, Broberg hablaba de una deuda que sería saldada con 20 kilos de oro, equivalentes a casi un millón de euros, que pretendían fundir en España a través de un empresario joyero de Córdoba.
Por otro lado, el agente aclaró que no investigó directamente las operaciones inmobiliarias, aunque en su informe incluyó los datos proporcionados por el Sepblac, que alertaba de movimientos sospechosos en paraísos fiscales como Chipre, Montenegro e Islas Vírgenes, territorios frecuentemente utilizados por organizaciones criminales por su opacidad judicial.
La sesión de este martes finalizó con la ratificación de los agentes que participaron en las tareas de vigilancia, y el tribunal acordó reanudar el juicio la próxima semana. La Audiencia Nacional continúa analizando la estructura y el alcance de la red liderada presuntamente por Broberg.
