El funeral de Fernando Campos, asesinado esta semana en Mijas (Málaga), se ha celebrado este viernes en un ambiente cargado de tensión, con fuertes medidas de seguridad y familiares enfrentados, según han informado fuentes próximas al caso.
La víctima fue presuntamente disparada por su sobrino, uno de los hijos de Raúl Heredia, quien atribuía a Campos la responsabilidad en la muerte de su padre, cuyo cadáver fue hallado en una alcantarilla tras días desaparecido.
Un sepelio entre reclusos, tensión y vigilancia policial
A la ceremonia han asistido también cuatro familiares del fallecido que cumplen condena en distintos penales malagueños. Los internos recibieron permiso para asistir al entierro, lo que sumado a las fricciones entre las familias implicadas llevó a la Guardia Civil a desplegar un dispositivo con medio centenar de agentes para prevenir posibles altercados.
El asesinato se produjo el mismo día en que la Guardia Civil localizó el cuerpo de Raúl Heredia, de 41 años, desaparecido desde el 24 de julio, en una alcantarilla cercana a su vivienda, en la barriada Molino del Viento de Mijas. Fue visto por última vez junto a Fernando Campos, a unos 200 metros, en una zona de cañaveral junto al río Fuengirola.
Una muerte sin esclarecer y una venganza fatal
La autopsia preliminar de Heredia revela que el cuerpo presentaba traumatismos compatibles con una caída, sin signos de arma blanca ni agresión externa. El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, confirmó que se trata de una muerte violenta, aunque podría deberse a un accidente al caer dentro de la alcantarilla.
No obstante, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha indicado que aún no se ha determinado si esos traumatismos fueron causados por un golpe de otra persona o por una caída accidental.
Las investigaciones señalan que Raúl Heredia y Fernando Campos se separaron al llegar a la zona de cañas tras salir juntos del barrio. Cámaras de vigilancia captaron parte del recorrido, pero no muestran el momento en que Raúl desaparece.
Tras conocerse la noticia del hallazgo del cadáver, uno de los hijos de Heredia cogió una escopeta y disparó dos veces a su tío Fernando, a quien culpaba de la muerte de su padre. El ataque fue a bocajarro, y Fernando murió poco después.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Fuengirola ha ordenado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del presunto autor del crimen, que se enfrenta a cargos por homicidio y tenencia ilícita de armas. El detenido ya ha prestado declaración ante la jueza de guardia, que continuará con la instrucción del caso.




