De Rápido Alemán, con 84 años fabricando y remendando zapatos, a Don Zapato, donde tiñen calzado sin estrenar. Dos zapaterías que no pasan de moda.

En el imaginario de muchos está la escena del artesano rodeado de zapatos desgastados. En un ambiente lúgubre, solitario y con el delantal manchado. Pero las zapaterías más antiguas de la ciudad no guardan este aspecto. Rápido Alemán, en calle Arcos, y Don Zapato, en la entrada de la calle Évora, tienen una apariencia más actual, alejada de esa idea de zapatero viejo. Una se inaugura antes de la Guerra Civil, y la otra desciende de la primera. El casco histórico alberga rincones mágicos, llenos de alpargatas, mocasines y zapatos de piel. "No tenemos una clientela exclusiva, sino gente que se cuida los pies", declara Emilia, de Don Zapato, una zapatera que trabaja el color. 

"No tenemos una clientela exclusiva, sino gente que se cuida los pies"

Rápido Alemán, de la familia Almuedo, es la más añeja de todo Jerez con más de 84 años de antigüedad. Sus zapatos tienen historia, y es que primero se estrenan en la capital andaluza. Mari Carmen García, quien lleva cerca de 16 años detrás del mostrador, cuenta que el abuelo de su esposo, Antonio Almuedo, tuvo que emigrar de Sevilla a Jerez, y se trajo el negocio con él. Primero, en 1932, abre un local en la calle Santa María, después enfrente de Rianal, en la misma calle, para finalmente establecerse donde se encuentran ahora, en la calle Arcos. Delante de ella, mirando a la nada y tragando saliva mientras Mari Carmen habla, se encuentra Antonio Almuedo, su marido. Actualmente está jubilado, pero cada día acompaña a su mujer al trabajo y se acomoda en una de las sillas que están en el interior del establecimiento.
Él no quiere hablar, pero ella, risueña, relata con orgullo el oficio que realizaba su marido y que a día de hoy ejerce su hijo, Samuel Antonio Almuedo. La matriarca señala que desde que nace la tienda se dedican a la creación de zapatos, botines y zapatos de flamenca. Actualmente continúan con el oficio; hacen zapatos a medida e indica que no se ha perdido esa tradición artesana. "Hacemos reparaciones, pero también fabricamos. Mira qué maravilla", comenta ella con alegría, mostrando las costuras que tiene el zapato que ha creado desde cero su hijo. 

La familia de la zapatería más veterana de la ciudad dice que han sufrido pérdidas económicas por problemas de tráfico, ya que "no dejan aparcar". No obstante, explican que tienen una clientela constante, vecinos de toda la vida que siempre paran por su establecimiento si les hace falta un cordón satinado o un juego nuevo de llaves. "Por aquí suelen venir Bertín Osborne, su mujer, el marido de Norma Duval, todos los Domecq y muchos artistas", comparte Mari Carmen con arte y con grandes habilidades comerciales. 

"Aquí me traen zapatos nuevos, sin usar y me dejan trajes de Victorio y Lucchino para que extraiga el color"

Allí, en Rápido Alemán, fue donde Fermín, otro humilde zapatero de Jerez, aprende con tan solo 9 años el arte de los zapatos. Su mujer, Emilia, es la dueña de la zapatería Don Zapato 'Todo por el Calzado'. Ella abre su tienda en el año 97, vendiendo únicamente productos para los zapatos. Un tiempo después decide que su marido entre a trabajar como zapatero "para explotar aún más la tienda". No obstante, Emilia es quien tiñe los zapatos. "La mayoría de la gente se cree que aquí teñimos zapatos antiguos que han perdido el color. Y no es así. Aquí me traen calzados nuevos, sin usar y me dejan trajes de Victorio y Lucchino para que extraiga el color, para que vayan a juego con la prenda", apunta la propietaria del local. 

Postales de cualquier punto del mundo, fotografías de artistas, dibujos de bailaoras... su clientela les guarda un cariño especial y les colman con multitud de obsequios que utilizan para decorar el establecimiento. No han sufrido pérdidas a cuenta de la crisis gracias a la cantidad de "artistas que guardan sus zapatos durante más de un año" para luego llevarlos expresamente a su negocio a repararlos, como cuenta Emilia. Durante el Festival de Flamenco, una parada obligatoria de bailaores y extranjeros es Don Zapato. En dos semanas pasan alemanas, italianas, francesas, japonesas... mujeres de cualquier sitio para que Fermín y Emilia trabajen con mimo su calzado más preciado. El Zambo o Mercedes Ruiz son solo algunos de los artistas que visitan la tienda. "Paco Cepero está aquí casi todos los días, y durante el festival unas extranjeras lo vieron y se volvieron locas al tenerlo cerca. Los extranjeros saben apreciar mejor el arte. Aquí nosotros no sabemos lo que tenemos", apostilla la regente de la zapatería. 

Sobre el autor:

claudia

Claudia González Romero

Periodista.

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído