El pleno aprueba por unanimidad rebajar un 30% el precio por ocupar un stand en el salón internacional, una medida con la que se pretende devolver una ocupación del 90% y acabar la feria con 124.000 euros de superávit.
Más facilidades para que los productores se exhiban y una feria más abierta al público general. Así será Vinoble 2018, el salón internacional de los vinos nobles, generosos, licorosos y dulces, que cumple 20 años el año próximo y cuya nueva edición ya prepara el gobierno municipal. Al margen de la aprobación, por unanimidad, en el pleno de julio de una rebaja del 30% de los precios vigentes por ocupar los expositores del salón, el Ayuntamiento no quiere que el encuentro se quede dentro del Alcázar de Jerez y enfocado exclusivamente a los profesionales. La idea, como ha avanzado el ejecutivo socialista, es que Vinoble, que tendrá lugar del 3 al 5 de junio del año que viene, vuelva a celebrar catas abiertas a toda la ciudad en diferentes puntos del centro, recuperando, en paralelo, la elevada participación y prestigio de antaño. "Pueden ser seis, ocho o diez catas abiertas en diferentes enclaves como la plaza del Arenal y otras plazas del centro; una idea que ya se puso en marcha en 2010 y que servirá de complemento a un salón sin ese aspecto desolador de las últimas ediciones", han avanzado fuentes municipales en declaraciones a lavozdelsur.es.
El gobierno local recoge de este modo el guante lanzado por Ganemos Jerez, que en días pasados había pedido democratizar en lo posible un salón enfocado principalmente a la promoción exterior de los vinos del Marco, al tiempo que ha aprobado una reducción significativa de los costes por participar en una de las ferias vitivinícolas más prestiosas del mundo. Pese a que su última edición arrojó un superávit de unos 100.000 euros, la ocupación de los stands descendió notablemente, alcanzado una comercialización del 66%. En concreto, en Vinoble 2014 sólo se ocupó el 59,45% del aforo que tiene el Alcázar (51 expositores en total), llegando este porcentaje al 66,21% en la pasada edición de 2016. "Esto supone, además de un deterioro en la imagen del evento, una sensible disminución en los ingresos que se generan por dicho concepto".
"Para restablecer los niveles máximos de participación que Vinoble tuvo en las ediciones de 2006 y 2008, consideramos que una de las posibles actuaciones a realizar por parte del Ayuntamiento es la de disminuir los importes de los precios públicos establecidos, que actualmente son demasiado elevados teniendo en cuenta los precios marcados en las diferentes Ferias Internacionales", recoge la propuesta que el gobierno local ha aprobado en el pleno. La rebaja no solo prevé ocupar el 90% de los expositores sino que, al mismo tiempo, cubriría todos los costes directos de la celebración y arrojaría un superávit cifrado en un total de 124.000 euros. De esta manera, tras el acuerdo alcanzado, el stand en el Palacio de Villavicencio supondrá el pago de una tasa pública de 3.080 euros (IVA no incluido); el stand en los jardines, 2.170 euros; y el precio por los showroom se fija en 1.190 euros. Los importes se han fijado realizando un estudio comparativo de ferias de similares características, ajustándose los mismos a los precios medios de entonces.
Los gastos para la próxima edición se elevan a unos 124.000 euros, mientras que los ingresos se cifran en algo más de 246.000 euros
La concejal de Ganemos, Maribel Ripalda, avaló la medida porque supone "establecer unos precios más competitivos", aunque aseguró en su intervención plenaria que "tenemos que ponernos las pilas para potencias la presencia de nuestros vinos en todas partes, con más medidas como segmentar el público o la creación de una nueva web...". El edil del PP, Antonio Montero, también apoyó la modificación de precios públicos, pero abogó por "valorar qué queremos hacer con Vinoble, pues se celebrará prácticamente dentro de once meses y aún no hemos visto ninguna acción de este evento, uno de los más destacados de la ciudad vinculados al vino". En su turno de réplica, el teniente de alcaldesa de Economía y Planes Especiales, Santiago Galván, acusó a Montero de "criticar por criticar", ya que "estamos trayendo once meses antes de la celebración un nuevo modelo que servirá para vender mejor la imagen de Jerez y del jerez, y acabar con esa imagen desoladora con muchos stands vacíos".
Los gastos para la próxima edición se elevan a unos 124.000 euros, mientras que los ingresos se cifran en algo más de 246.000 euros. Dichos ingresos, cuantificada la rebaja y previendo una ocupación del 90%, se basan en 145.781 euros por la comercialización de stands; 50.000 euros que aporta el Consejo Regulador del Vino de Jerez para el evento; 30.000 euros que aporta Diputación de Cádiz; y 21.000 euros con los que financia la Junta de Andalucía. Se da la circunstancia de que, pese a participar con 46.000 euros en la edición de 2014 —única que organizó el gobierno local del PP—, el Ministerio de Agricultura dejó ya en 2016 de subvencionar un evento cuyas cotas de calidad radican principalmente en el número de bodegas que participen en el mismo.
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