La sensación para los viajeros que tenían su billete de tren hacia Madrid este lunes es que todo lo que podía salir mal, va a salir aún peor. Porque Renfe no le ha dado más que problemas ante la situación ya de por sí complicada que se esta viviendo en todo el país con el boicot que sufrieron este domingo las vías de la alta velocidad.
Por partes, el panorama es el siguiente. Había un Alvia -antiguamente, conocido por la marca del tren, los Talgo-, previsto para las dos de la tarde, que tenía oficialmente salida de Cádiz a las 13:30 horas.
Ese tren, directamente, ha sido suspendido, dentro de todo el plan de recuperación escalonada de la normalidad una vez que las vías han vuelto a habilitarse a mitad de mañana.
Lo que ocurre es que primero tenían que pasar por ahí los trenes de las primeras horas del lunes, con varias horas de retraso. Eso impide que incluso trenes con salida más allá de la hora en que las vía fueron reparadas puedan circular con normalidad.
Así, la decisión de Renfe ha sido que los pasajeros de la provincia de Cádiz fueran trasladados por autobús hasta Sevilla. Desde ahí, en principio, para salir en tren hacia Madrid. Eso puede parecer un asunto menor pero no lo es: contribuye a que se agilice la situación.
El problema es que ese autobús como plan B fue anunciado en Jerez para las dos de la tarde, es decir, la hora de salida teórica del tren. Y nada más lejos. Hasta pasadas las 15:45 horas no ha salido ese autobús de la ciudad con destino Sevilla. Y no desde la explanada frente a la estación, sino desde la estación de autobuses. Todo muy difícil, caótico e improvisado.
Es decir, en Renfe no solo van tarde con los trenes... sino también con el plan b, ese que vendría a facilitar las cosas a pesar de los inconvenientes, como el de una familia que iba con carrito de bebé. Un día caótico, otro más.