Manuel Sánchez acabó en el suelo tras meter un pie en un agujero próximo a la plaza Ubrique. Angustias Bonete se fracturó la nariz al caerse por el mal estado del acerado de la avenida de Europa.
Manuel Sánchez y Angustias Bonete comparten algo más que ser vecinos de la barriada de La Granja y de la plaza Ubrique. Para su desgracia, en poco más de una semana de diferencia, ambos han acabado en el hospital a consecuencia de caídas provocadas por el mal estado del acerado de la ciudad.
“Está todo Jerez fatal. Cómo será la cosa que la doctora que me atendió me dijo que ni me imaginaba la gente que llegaba por tropezarse en la calle”, afirma Angustias, de 69 años, que el pasado 10 de noviembre volvía a La Granja por la avenida de Europa cuando, a la altura de las pistas de fútbol, tropezó con la acera, levantada a causa de las raíces de los árboles. “Estuve sorteando a lo largo del camino el estado del acerado pero me fue imposible librar este último” afirma en un escrito que ha hecho llegar a la delegación municipal de Urbanismo, adjuntando varias fotografías, tanto del firme en mal estado como de su maltrecho rostro, nada más ser atendida de urgencia.
Angustias, que sigue convaleciente, se ha fracturado el tabique nasal por tres sitios, por lo que se ve obligada a usar una férula que le impide respirar bien, sin contar con el fuerte dolor que le sigue acompañando. Su accidente, además, le obliga a no poder atender como se merece a una tía suya, de 88 años, debido a sus continuas visitas al hospital.“Me podría haber matado de haberme golpeado en la sien. Todavía tuve suerte de caerme y darme en la nariz”, afirma Angustias, que perdió levemente el conocimiento tras su caída. Suerte que junto a ella le acompañaba una amiga, que pudo ayudarla, así como varios conductores que, al verla en el suelo, detuvieron sus coches para echarle una mano. Lamentablemente, a pesar del fuerte golpe y de haber perdido bastante sangre, Angustias dice que no acudió a socorrerla ninguna ambulancia. “Tuve que tomar un taxi para ir al hospital”.
Mayor suerte a este último respecto tuvo Manuel Sánchez, que sí fue trasladado al hospital en un vehículo sanitario tras caerse al meter una pierna por un agujero en la acera que, por cierto, llevan denunciando desde hace tiempo los vecinos de La Granja. “Llegaba de hacer la compra con mi mujer cuando, al sacar las bolsas del coche y darme la vuelta, no me di cuenta del agujero y acabé metiendo el pie”. Manuel, señala que las bolsas le amortiguaron un poco el golpe, pero aun así sufre policontusiones, magulladuras en los nudillos, fuertes dolores en las rodillas, cuello, espalda y el hombro derecho, por lo que se ha visto obligado a usar un cabestrillo.Testigos del accidente llamaron al 061 y a la Policía Local, que le animó a denunciar los hechos. Tanto Manuel como Angustias tienen pensado hacerlo, aunque de momento están estudiando qué pasos deben seguir. Lo que sí tienen claro es que el acerado de La Granja “y el de todo Jerez” está “fatal”. A la espera de que el Ayuntamiento tape el agujero, situado a escasos metros de la plaza Ubrique, los vecinos han colocado un bolardo para que nadie más acabe en el suelo.