Una fallida operación de cataratas en el Hospital de Jerez acaba con una mujer en coma

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Carmen llevaba un año esperando para operarse de cataratas. “Estaba loca por quitárselas”, confiesa su entorno más cercano. Y llegó el día. Tenía cita en el Hospital de Jerez el 27 de junio, a las cinco y media de la tarde. El ojo derecho era el afectado. No llegó a entrar en quirófano, algo salió mal durante la anestesia. Salió a la media hora, entubada y en coma, y a día de hoy la familia sigue sin tener una explicación oficial. El anestesista, dicen, confesó su culpabilidad y pidió perdón. Ya está. No tienen respuesta a las reclamaciones interpuestas ante el Servicio Andaluz de Salud (SAS). “No me han explicado nada, he preguntado 40.000 veces y no me dicen nada”, insiste Francisco, hermano de Carmen, que está a punto de recibir el alta. Ahora está en el Hospital San Juan Grande, de donde saldrá, previsiblemente, en los próximos días.

La familia ya está gestionando su entrada en una residencia, pero el ingreso no se produciría, como mínimo, hasta dentro de cuatro meses. Y no tienen dinero para que lo haga en una privada. El caso, publicado por el periodista Francisco Méndez, de Canal Sur Radio, es rocambolesco. Francisco reside en Murcia y está en Jerez desde que Carmen entró en coma. Ella, que no tiene hijos que puedan cuidarlo, solo cuenta con su hermano, que cobra una pensión de algo menos de 500 euros. El coste de una residencia privada supera los 1.000 euros mensuales. La única posibilidad es que ella misma, con su pensión, costee su ingreso. Pero hay un nuevo problema: es la única autorizada para operar en su cuenta y, por el momento, nadie puede tocarla.

La opción más rápida —relativamente— es conseguir la incapacitación de Carmen y nombrar al hermano como su tutor, por lo que su abogado ha presentado medidas cautelares para que pueda administrar la cuenta lo antes posible. Pero el proceso es largo. “El juzgado de familia está saturado”, asegura el abogado que lleva el caso, Roberto Ortega, de Laborum, que informa que pedirán al SAS daños por una posible responsabilidad patrimonial por la supuesta negligencia —que hay que probar— y también se ha interpuesto una denuncia penal para que se investigue el caso y depurar las responsabilidades pertinentes. “Han acabado con la vida de ella y del hermano”, señala el letrado, que insiste en la importancia de que Carmen esté atendida, una vez salga del centro hospitalario, por personal cualificado. “Todo el mundo se equivoca pero este error ha costado una vida”, insiste, que cree que, al contrario de lo que hizo verbalmente, duda mucho de que “el anestesista reconozca el error en sede judicial”.

“Hasta ultima hora le dije no te operes, para lo que hay que ver…”, dice Francisco, hermano de Carmen, que asegura que entró en el Hospital “bromeando”. “Le dije que cuando saliera iba a ver hasta lo traspuesto y que luego nos íbamos a hartar de comer en un restaurante”, señala. “Quiero saber qué le ha pasado a mi hermana”, dice, y asegura que los médicos que la han tratado le han confirmado que “no tiene retorno” y que “se quedará vegetal mientras viva”. Carmen cumplió 70 años en enero pero, a pesar de su edad, “estaba muy activa”, asegura la familia. De hecho cuidaba de una hermana mayor que ella, de 84 años, a la que le hacía de comer y le limpiaba la casa. “No tenía enfermedades ninguna, lo único que tenía era dolores de huesos de tanto trabajar”, explica Francisco, que cuenta que su vida laboral la pasó entre cocinas de restaurantes, realizando labores agrarias, en hoteles y sirviendo en casas.

El Servicio Andaluz de Salud, preguntado por este medio, no se pronuncia acerca de las denuncias interpuestas por el abogado de la familia —“obviamente se dará al juzgado la información que solicite al centro”, señalan fuentes del SAS— y apunta que no se quiere dejar a Carmen en la calle. “Nada más lejos de la realidad. Desde el hospital se lleva días buscando un recurso social para esta mujer porque por su situación ya no requiere cuidados hospitalarios. La familia lo sabe, igual que sabe que no se le dará el alta hasta que no se consiga dicho recurso”, explican desde el SAS.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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