Una bala en la ventana: el tiroteo de 'El Chicle' que no acabó en tragedia gracias a la suerte

Un vecino muestra los estragos del suceso del pasado sábado. Gracias a que había echado la persiana, la bala no llegó a entrar dentro de su casa, donde se encontraba en ese momento

Un vecino muestra los restos de un disparo en su ventana.
Un vecino muestra los restos de un disparo en su ventana.

La ventana del salón de Juan da hacia el lugar donde se produjo el tiroteo de la barriada del Pandero, en El Chicle, una zona humilde de Jerez. La zona Sur es, por desgracia, un área de goteo incesante de sucesos. El último, una persecución que empezó con disparos al aire y que acabo con intercambio de disparos entre dos individuos y la Policía.

"Nunca había visto esto". Lleva 33 años viviendo en uno de los bajos, y este vecino del Pandero cuenta que no siente miedo, pero que, claro, "no puedes dejar la puerta abierta". En los años 80, principios de los 90, aquellos tiempos en los que la droga azotaba las zonas más humildes del país, Juan tampoco tenía miedo. Pero "ahora está peor".

A pocos metros del suceso, en un establecimiento, prefieren hablar de otra cosa. La persona responsable advierte: "Ha venido antes Canal Sur y los han mandado al carajo a gritos. Yo te lo digo por ti, más vale que no preguntes mucho más. Aquí nadie ha visto nada, no te merece la pena, aunque entiendo que estás haciendo tu trabajo".

En la ventana de Juan resonó uno de los disparos del tiroteo, pero pensaba que había sido más arriba de su calle. "Yo no vi nada, tenía la ventana cerrada". Era la tarde noche del sábado, y la Policía, tras ser advertida de que dos individuos habían realizado disparos al aire, acabaron persiguiendo a un coche e intercambiando tiros. En uno de ellos, a uno de los autores se le encasquilló el arma, momento en el que los agentes lograron realizar la detención. El otro se fugó. La sospecha es que se trata del autor de un disparo en la barriga en lo que parece un ajuste de cuentas.

Juan no vio nada. Pero no, fue a apenas 10 metros de su puerta. No se dio cuenta hasta que fue a abrir la ventana y encontró una bala alojada entre la mosquitera y la persiana. Fue un plástico duro el que absorbió el disparo. Habla sin revuelo, a pesar de que tuvo suerte y la bala no entró en el domicilio. "Yo no hablo mucho con la gente, no tengo ni idea de quién ha sido". Pero sí dice abiertamente que tiene "dos hijos y tengo la suerte de que ninguno haya salido así".

El entorno de la barriada del Pandero. FOTO: MANU GARCÍA

Salir así es sobrepasar lo que dice la Ley. Y eso pasa, en muchos grados diferentes. Desde el que se lleva chatarra que no es suya hasta el que cultiva marihuana y la vende, o el que, como el caso de los individuos que aterrorizaron a la barriada a tiros el fin de semana. "Hace falta más seguridad", recama Julio Morello, presidente de la asociación de vecinos de Federico Mayo.

En su asociación, ha conocido de todo. "Hay okupas que han hecho algún trabajo social aquí y no se han portado malamente. Hay de todo". A su juicio, las cosas se han complicado desde la pasada feria, cuando dispararon a Carlos Pinteño, boxeador y portero en una caseta que recibió la brutal agresión sin posibilidad de defenderse.

"Esta zona se está pareciendo a América. Cada noche son sirenas y ya no sabes si es la policía, la ambulancia...". Morello indica que alrededor de la mitad de los bloques de las calles aledañas a la calle Zahara están ocupadas, muchas de ellas propiedad de bancos. "Y se pelean entre ellos mismos". Las sospechas hechas llegar a la policía son que hay plantaciones ilegales de marihuana y otros trapicheos.

El radio de conflictivdad se ha ido ampliando en los últimos meses. Si antes estaba más contenido, ahora no. Las peleas llegan al Agrimensor, Torresoto... "Hay semanas que pasa la policía cuatro veces, pero otras ni se les ve. Hace falta más vigilancia. Se ha solicitado, porque si no hay policía, la gente hace lo que le da la gana".

Mientras tanto, uno de los autores de los hechos del sábado sigue en la calle. Por lo tanto, casi mejor no comentar. "Aquí se escucha hablar poco del tema. La gente tendrá un poco de miedo. A nadie le gusta que le peguen un tiro", remacha el presidente de la asociación vecinal.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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