Eduardo Cáliz forma parte del órgano de decisión de la formación de izquierdas separatista y está seguro de que el 1 de octubre habrá referéndum: "La sociedad catalana no se va a quedar parada".
Eduardo Cáliz (Jerez, 1978) es miembro de la CUP. Con 23 años, después de ser uno de los fundadores de JAI (Juventud Andaluza Independentista) y de militar en formaciones como Nación Andaluza o Jaleo (Jóvenes Andaluces Independentistas), llega a Barcelona, donde se afilió a la CUP (Candidatura de Unidad Popular), la agrupación que “más se ajusta a los ideales de transformación y justicia social” que persigue desde muy joven. Ahora forma parte del secretariado de la formación de izquierdas independentista, el órgano de decisión de una de las organizaciones que con más ahínco defiende la independencia de Cataluña. Cáliz es de los que piensa que el próximo 1 de octubre habrá referéndum sí o sí. “No contemplamos otra opción”, señala, “por mucha Guardia Civil que nos envíen y muchos registros que nos hagan, no van a tener suficientes prisiones para encarcelar a todo el pueblo catalán y su voluntad mayoritaria”.
Las 14 detenciones llevadas a cabo por la Guardia Civil este miércoles, a instancias de un juez de instrucción de Barcelona, entre las que se encuentra la del secretario general de Vicepresidencia y Economía y Hacienda, Josep Maria Jové —número dos del vicepresidente Oriol Junqueras—, no sorprenden a Cáliz, quien asegura que “el Estado está acostumbrado a responder con lo que siempre ha utilizado: fuerza e imposición”. El miembro del secretariado de la CUP considera que “siempre ha habido recorte de libertades cuando ha habido intentos de cambio social” y señala que “se ha demostrado que el Estado español no tiene ninguna propuesta”, ya que “no ha debatido ningún argumento político”. La sociedad catalana, sostiene Cáliz, “ha demostrado que las clases populares de este país no van a aguantar ni una sola amenaza” y que “van a defender con uñas y dientes, aunque de manera pacífica”.
El jerezano señala que la situación actual viene de atrás y que el Estatut catalán ya nació viciado en 2010, fecha desde la que “se han anulado leyes de contenido social bastante alto”, como la ley contra la pobreza energética, la de emergencia habitacional o la que fija impuestos a las centrales nucleares, todas ellas suspendidas por el Tribunal Constitucional, lo que “ha ido generando una sensación de desafecto de la población hacia el Estado español”. La CUP es una de las formaciones que está en el punto de mira del Ministerio del Interior. De hecho, este miércoles, agentes de Policía Nacional intentaron requisar material independentista de su sede, sin éxito, al no disponer de orden judicial para hacerlo. “La posibilidad de que haya detenciones a miembros del secretariado nacional de la CUP es real y manifiesta”, sostiene Cáliz, quien añade: “Tenemos claro que nuestra acción es legítima, estamos luchando por derechos democráticos básicos, de forma pacífica, no tenemos nada que esconder”. “Estamos orgullos de lo que estamos haciendo —añade—, buscamos la independencia como herramienta de transformación social para generar un proceso constituyente a favor de las clases populares”.
“La sociedad catalana no se va a quedar parada”, apunta Eduardo Cáliz, quien destaca “el ambiente de indignación” vivido este miércoles, aunque agrega que "no hay tensión en las calles", sino que "la gente está cansada de que se vulneren derechos y se menosprecie un deseo que es ampliamente mayoritario”, ya que, reseña, “el 80% catalanes están a favor de que se realice el referéndum”. El Tribunal Constitucional ya suspendió cautelarmente la Ley del Referéndum aprobada en el Parlament catalán, aunque a pesar de eso, y de las detenciones de alto cargos de la Generalitat, los independentistas siguen adelante con sus planes con el 1 de octubre en el horizonte. “La única manera de que las clases populares se sitúen en situación de igualdad es romper con este candado del 78”, apunta Cáliz.
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