El restaurante Tiemar, ubicado en la calle Rosario de Jerez, cierra su planta baja, aunque la actividad gastronómica del espacio continúa con la apertura de Martie, en la planta superior del mismo edificio. Según explica el chef y propietario Isidro López, se trata de un cierre que responde a un proyecto más personal y ambicioso.
"Tiemar nació en 2017, ahora lo cerramos y empezamos con Martie, donde habrá un menú degustación. Es un proyecto que llevo casi 10 años ya detrás de él y por fin lo podemos abrir. Tiemar no sabemos si volveremos a abrirlo. De momento se queda ahí, se cierra y ahí se quedó", asegura López.
El nuevo espacio, Martie, tendrá un carácter más íntimo y limitado, con capacidad para entre 16 y 18 comensales. "Será una cosa muy personal. Me he montado un salón de una casa con una cocina vista para disfrutar cocinando y que el comensal también disfrute la experiencia", detalla el chef.
López subraya que la filosofía culinaria se mantiene, basada en el producto y en la creatividad. "A la hora de cocinar vamos a seguir igual, utilizando nuestros picos de ácido picante, nuestras mezclas y demás, como siempre hemos hecho, pero con el producto como protagonista", añade.
"Acercar la alta cocina a la gente de la calle"
El menú degustación de Martie incluirá alrededor de 14 pases y tendrá un precio medio de entre 80 y 95 euros por comensal. "Queremos que la alta cocina llegue a la gente de la calle, a los jerezanos, que no sea algo que sea prohibitivo, sino que se pueda permitir por lo menos el capricho de venir una vez a vivir la experiencia de lo que es Martie y la cocina de Isidro López", explica.
Además, el chef adelanta que seguirá desarrollando otros proyectos gastronómicos paralelos, como la creación de bombones salados o turrones de cara a la Navidad. La apertura de Martie está prevista para el 2 de octubre y López asegura que la decisión de cerrar Tiemar no se debe a falta de público. "No he cerrado por tener poco público. Si lo hubiéramos mantenido abierto no hubiéramos tenido problemas. El caso es cerrar porque necesito también encontrarme al final conmigo mismo, hacer la cocina que realmente quiero al final más personal, de estar más tranquilo", señala.
El chef destaca que su proyecto responde a una necesidad de evolución profesional y personal tras casi una década como autónomo y al frente de su cocina. "Creo que después de casi 10 años ya de autónomo y de cocinando y luchando, creo que ya toca la hora de evolucionar y de disfrutar de lo que hago. Es un trabajo sacrificado pero también muy gratificante en el sentido de que al final hacemos disfrutar a la gente", concluye.



