La reciente visita de Antonio Banderas a Jerez ha dejado al actor malagueño plenamente cautivado por la ciudad, donde ha pasado unos días especiales acompañado por su pareja, Nicole Kimpel. Durante su estancia, ha disfrutado de la gastronomía local, ha paseado por el centro y ha catado uno de los vinos más emblemáticos del Marco jerezano, elaborado hace casi tres siglos.

En su recorrido por las bodegas de González Byass, el intérprete dejó su mensaje en una de las botas, siguiendo la tradición de las firmas célebres que pasan por este lugar tan reconocido. "Quizás la Andalucía soñada se esconde en la flor de una bota de Tío Pepe”, escribió. 

Una escapada con sabor andaluz

Durante uno de los paseos por la ciudad, ambos se hicieron un selfi –que ha sido compartido por el actor en sus redes– con la imponente Catedral de Jerez como telón de fondo. Una escapada a tierras jerezanas que llegó tras disfrutar del encendido del alumbrado navideño en Málaga. 

La historia de amor entre ambos se remonta a 2014, cuando la pareja comenzó una relación que ya supera la década y que ha resistido momentos personales especialmente duros, como el infarto que sufrió Antonio Banderas. Desde entonces, la actriz y el empresario han permanecido inseparables.

A pesar de la diferencia de edad –casi 20 años les separan, con Banderas a sus 64 y Kimpel a sus 45–, este aspecto no ha sido nunca un obstáculo. Por el contrario, el actor ha insistido en diversas ocasiones en que la estabilidad y el apoyo mutuo han sido claves para continuar mirando hacia el futuro con complicidad y optimismo, también en sus escapadas a tierras andaluzas. Y aunque no hayan pasado por el altar, viven su particular luna de miel permanente. 

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Rubén Guerrero.

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