Con la llegada de septiembre, en el barrio de San Telmo se repite una escena que ya forma parte del paisaje cotidiano de Jerez: padres y madres entrando en la papelería Saldaña con la lista del colegio en la mano y niños que miran con ilusión sus primeros cuadernos, lápices y mochilas. "La vuelta al cole es uno de los meses fuertes del año, junto con la Navidad", explica Israel Saldaña a lavozdelsur.es, que desde hace ocho años está al frente del negocio junto a su hermano Esaú.
La tienda cumple ya 46 años abierta al público. Fue fundada por sus padres, después de que su padre se quedara en paro y, con la liquidación de la empresa en la que trabajaba, decidiera invertir en este local. Su madre le acompañó desde el principio y poco a poco levantaron una papelería que hoy es de las más antiguas de Jerez. "Mi abuelo era profesor, y quizá de ahí también vino la idea. Pero al final, más que un negocio, esto se ha convertido en parte de la vida de mi familia", resume Israel.
Un comercio de barrio que resiste
En una barriada humilde como San Telmo, donde la clientela se conoce de toda la vida, el secreto de la papelería Saldaña para seguir funcionando está claro: cercanía, simpatía y la capacidad de tener "un poco de todo", algo que lavozdelsur.es comprueba al ver las largas colas y el buen ambiente que se respira, con risas entre los vecinos y los trabajadores. Israel lo cuenta sin rodeos: "Si no lo tenemos, intentamos conseguirlo. La gente quiere sentirse bien atendida, y aquí la mayoría son vecinos que me han visto crecer desde chico".
Pero no es un camino fácil. El negocio de la papelería tiene picos muy marcados. Septiembre y octubre son meses de mucha actividad, gracias a la vuelta al cole, y después el ritmo baja hasta Navidad. "Es complicado dedicarse solo a la papelería. Por eso también tenemos juguetes, artículos de limpieza, detalles de cumpleaños… un poquito de todo", añade.
La ilusión del primer día
En estos días previos al arranque del curso escolar, los artículos más buscados son los de siempre: cuadernos, bolígrafos, lápices, colores y material infantil. Además, la papelería sigue recogiendo chequelibros, un servicio que ya algunos establecimientos han dejado de asumir. "No te deja mucho margen, pero es importante para las familias y aquí seguimos haciéndolo", explica Israel.
La papelería es también un termómetro de emociones. Israel lo ha visto muchas veces y lo recuerda entre risas: "El primer día todos los niños vienen con mucha ilusión, aunque al quinto día ya no tanta". Esa ilusión, sin embargo, no es solo cosa de los pequeños. En San Telmo también hay adultos mayores que vuelven a aprender a leer y escribir gracias a talleres. "Vienen con sus historias, te cuentan cómo van con los profesores… y lo viven con las mismas ganas que un niño", señala.
Un gasto que se nota en el bolsillo
La vuelta al cole es, además de un momento ilusionante, un esfuerzo económico considerable. Según calcula Israel, las familias gastan de media unos 50 euros por niño en material escolar. Una cifra que, en un barrio trabajador como San Telmo, no es fácil de afrontar. Quizá por eso la papelería Saldaña se ha convertido en algo más que un negocio: un apoyo cercano para que nadie se quede sin lo básico.
La herencia que continúa
Ni Israel ni Esaú pensaban dedicarse a este negocio. Él trabajó como jardinero y carpintero antes de incorporarse, pero un día se quedó en paro y su padre le propuso echar una mano. "Y al final, cuando se jubiló, me quedé aquí. Lo mismo pasó con mi hermano", recuerda. Ahora son ellos quienes mantienen vivo este pequeño comercio que resiste el paso de las grandes superficies y la compra online.
En el escaparate de la papelería conviven cuadernos, estuches, juguetes y hasta pistolas de Airsoft. Pero más allá de los productos, lo que se vende en Saldaña es la cercanía de un comercio de barrio que se ha convertido en punto de encuentro, memoria y sostén de generaciones enteras de familias jerezanas.
