Rico Pavés, un año como obispo de Jerez: "Sigo en modo aprendizaje"

Está siendo un año intenso para el prelado, tanto que reconoce que su agenda no da más de sí; le ha impactado en este periodo la "fuerza" de la piedad popular

José Rico Pavés, en Bertemati, que aboga por el Sábado Santo con procesiones.

Amable y prudente

El 30 de julio de 2021 José Rico Pavés tomaba posesión en la Catedral como el cuarto obispo que ocupa el sillón episcopal de Asidonia-Jerez. Un año en el que ha tenido la oportunidad de testar la realidad de la diócesis en todos sus frentes, desde sus adentros hasta la calle. Si por algo sigue caracterizándose en este año transcurrido es por ser de naturaleza afable, cercana e incluso cariñosa, tanto hacia el clero como al pueblo, además de certificar su contrastada formación y experiencia como obispo. “¡Nada sin María! ¡Todo con Ella!”, es una expresión que usa de forma constante en homilías, discursos e incluso cuando ha protagonizado alguna primera levantá de un paso.

En general, la prudencia está siendo la tónica de su gestión, que algunos sectores la tachan de poco valiente. Sabía que llegaba a una diócesis con muchas cosas por arreglar dentro de ‘casa’ por lo que en cierto modo se percibe un continuismo en algunos aspectos de lo que había anteriormente. Venimos de una etapa en la que esas relaciones obispo-clero no eran precisamente las mejores, situación que no debe ser fácil enderezar. Hace escasas fechas se decretó la renovación del gobierno de la diócesis, que aún está por rematar, un trabajo para adaptar la curia diocesana a los nuevos criterios impuestos desde Roma, según los dictados del Papa Francisco. 

En los hitos de este año destacar la conmemoración del año jubilar del Sagrado Corazón: hace 100 años, Jerez se consagraba a esta advocación, efemérides que podría haber llegado a más implicando a instituciones como las hermandades, aunque hasta febrero de 2023 seguirán las celebraciones. La religiosidad popular ha sido y es un frente que le satisface enormemente. Desde su toma de posesión ya dijo estar al lado de las hermandades y su 'manga ancha' es evidente sobre las peticiones que le llegan; y cumple con acontecimientos como la coronación canónica de la patrona de Bornos y la Virgen de los Dolores en Sanlúcar, que se quedaron pendientes por el Covid y el cambio en el sillón episcopal.

En otro ámbito se anunció la nueva adscripción del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Asidonense -Iscra-. De depender de Salamanca ahora se vincula a la Facultad de Teología de Sevilla, de reciente creación y que antes fue centro de estudios de la diócesis sevillana, una opción que es común entre los obispos del sur para potenciar esa facultad. El tiempo transcurre inexorable y la gestión del día a día le tiene colmada la agenda: intenta no perderse nada y conocer todo de primera mano. Es consciente de la mucha expectación que hay sobre el futuro y su gestión. José Rico Pavés, un obispo querido y que se deja querer.

¿Cómo evalúa su primer año al frente de la diócesis?

Ha sido un año muy intenso. He intentado asomarme lo más posible a la realidad de la Iglesia en la diócesis, pero aún sigo en modo aprendizaje.

¿Su experiencia acumulada de una década como obispo está siendo de gran ayuda?

¡Sin duda! El ministerio del obispo se ordena en tres campos: gobierno, celebración y enseñanza. De esos tres, como obispo auxiliar, el primero es el que menos se desarrolla. Los otros dos los cultivé ampliamente. Esa experiencia está siendo ahora muy útil.

Ciertamente su agenda está más que apretada, ¿es porque se ha encontrado con demasiados asuntos pendientes?

He encontrado una diócesis viva, de hondas raíces y afianzada tradición católica, donde aún se aprecia la figura del obispo. Me gustaría tener una agenda más holgada y no dar la impresión de que es muy difícil hablar con el obispo, pero de momento no lo consigo.

"Me gustaría tener una agenda más holgada; no dar la impresión de que es muy difícil hablar con el obispo"

Hace poco dio a conocer una amplia renovación del gobierno de la Iglesia local, ¿aún restan más cambios y nombramientos?

Así es. Aún quedan algunos nombramientos parroquiales y otros de la curia diocesana. Me he dado como fecha simbólica para completar los nombramientos el 24 de septiembre, fiesta de La Merced, Patrona de Jerez.

Las manos del prelado jerezano.    ESTEBAN

¿Qué más le ha impactado de lo mucho que ha vivido en este año?

Entre las cosas positivas, lo que más me ha impactado es la fuerza de la piedad popular, presente sobre todo en las hermandades y agrupaciones parroquiales. Y entre las cosas negativas, el creciente deterioro de la institución matrimonial, con la consecuencia dramática para los hijos y los jóvenes que prefieren juntarse a casarse, por decirlo con las palabras claras que utilizó el Papa Francisco hace unos años.

Una vez que lo ha testado con más detenimiento, ¿el mundo de las hermandades, como ya afirmó desde que llegó a Jerez, es un movimiento útil para la Iglesia local?

Así es. He reiterado varias veces lo que afirmé en la homilía de comienzo de mi ministerio episcopal en Jerez: confío en el poder de las hermandades para ser verdaderas escuelas de vida cristiana. Después de un año, descubro con gran alegría que las hermandades en nuestra diócesis aún son capaces de generar espacios donde se transmite la fe. Esto es un tesoro que debemos cuidar. Eso no significa que no haya que corregir cosas. El mundo de las hermandades, como todas las realidades de la vida eclesial, debe estar en continuo camino de conversión. Para que las hermandades sean lo que tienen que ser es necesaria la coherencia de vida de los cofrades, su adhesión cordial a la enseñanza de la Iglesia, su participación en la vida litúrgica y sacramental, y su compromiso cristiano por transformar la sociedad de acuerdo con el Evangelio. Cada año, las hermandades, en su función principal, renuevan la protestación de fe y hacen voto solemne de adhesión a la enseñanza de la Iglesia, en materia de fe y moral. No tiene sentido decirse cofrade y luego no vivir lo que eso significa en el matrimonio, en la familia, en el trabajo o en la sociedad.

"Me preocupa el creciente deterioro de la institución matrimonial: prefieren juntarse a casarse"

Cáritas dio a conocer hace poco su diagnóstico anual sobre la pobreza en el que se pone de manifiesto una ‘cronificación’ de la brecha social. ¿La sociedad en general se lo cree?

Me temo que no. El modo en que la mayoría concibe el Estado de bienestar es tremendamente egoísta. Parece que solo cuando nos afectan las penurias somos capaces de reaccionar. Cáritas, Manos Unidas y organizaciones semejantes trabajan para abrirnos los ojos. Necesitamos acercarnos a las personas que ayudan desinteresadamente a los demás para aprender de ellas a descubrir el rostro de personas concretas en medio de tantas situaciones de pobreza. Gracias a Dios contamos en la diócesis con personas e instituciones que llegan incluso donde Caritas no llega. Me refiero a las Hermanas de la Cruz y a quienes, como ellas, nos recuerdan con su vida que "hay más alegría en dar que en recibir”, como nos enseñó Jesucristo.

La sonrisa, algo habitual en la expresión de Rico Pavés.    ESTEBAN 

¿Los poderes públicos actúan realmente o se limitan a políticas de escaparate y a ampararse en la acción de entidades como Cáritas?

Antes de fijarme en lo que hacen o dejan de hacer los poderes públicos prefiero preguntarme cómo estoy yo ayudando a quienes tienen responsabilidades públicas en la sociedad. La brecha social no se vence solo con políticas acertadas de las administraciones. Es necesaria siempre la responsabilidad social de cada persona. Las entidades como Cáritas existen para hacernos más corresponsables socialmente e impulsar proyectos integrales de persona a persona. De poco sirve la ayuda material sin mejorar la educación, como tampoco valen las mejoras educativas sin ofrecer mayores ofertas laborales o sin mayor protección de las familias.

"Para que las hermandades sean lo que tienen que ser es necesaria la coherencia de vida en los cofrades"

Cáritas Diocesana de Jerez dedicó tres millones de euros a sus acciones. ¿Hace falta más compromiso?

Hace falta comprender que el dinero no lo resuelve todo. Hace años Santa Teresa de Calcuta afirmó que “en Europa son tan pobres que solo saben dar dinero”. El compromiso verdadero implica generosidad en la entrega de uno mismo y de lo que tiene. Aportar dinero es válido si hay detrás personas que se comprometen a tratar con dignidad a otras personas.

¿Le preocupa la salud del Papa Francisco?

En enero los obispos españoles tuvimos la dicha de encontrarnos personalmente con él en la visita ad limina. Le preguntamos entonces por su salud y nos habló de las molestias que estaba teniendo en la cadera y las piernas. Después lo vimos en silla de ruedas y suspendiendo un viaje a África. En el viaje a Canadá, gracias a Dios, ha estado más recuperado. Tenemos que seguir rezando por su salud.

¿La investigación encargada por la Conferencia Episcopal, una vez culminen los trabajos, deberá ser y asumirse como el documento definitivo sobre el asunto de los abusos?

Será, sin duda, un documento fiable y de referencia. No sé si definitivo. Para que sea definitivo tendrá que estudiarse el drama de los abusos en el contexto global de la sociedad, ampliando la investigación a otras áreas e instituciones.

José Rico Pavés durante la misa en Marismilla en el Rocío de este año.   ESTEBAN

"La investigación encargada por la Conferencia Episcopal sobre los abusos será sin duda un documento fiable y de referencia"

El odio en cualquiera de sus vertientes, ¿campa a sus anchas en la sociedad de hoy?

Las expresiones de odio están tristemente presentes en una sociedad donde, gracias a Dios, la sana convivencia es todavía mayoritaria. El odio se vence con el reconocimiento de la dignidad, única y singular, de cada persona. Hoy padecemos un oscurecimiento de esa dignidad provocado al menos por tres factores fundamentales: el olvido de Dios que lleva al endiosamiento del hombre, el relativismo moral y la reivindicación de un ejercicio de la libertad sin referencia a verdad alguna.

¿La política es culpable de este desmesurado crecimiento o es consecuencia de la misma sociedad ante la situación de crisis económica, moral o de cualquier tipo?

Al Papa Francisco le gusta repetir que la política es una de las formas más elevadas de caridad porque implica un trabajo de servicio al bien común de los ciudadanos. La política, como tal, no es culpable del mal que padece una sociedad. Como en otros trabajos de responsabilidad pública, las personas buenas que trabajan en política hacen buena política. La clave siempre está en la bondad de las personas: necesitamos personas buenas que se dediquen a la política, a la economía, a la educación, a la sanidad, etc. para que en su campo hagan el bien y así la sociedad será mejor.

El odio: "La política, como tal, no es culpable del mal que padece una sociedad"

Volviendo a las cosas de casa. ¿Cuáles son sus objetivos más inmediatos en su diócesis?

Me preocupan, sobre todo, tres campos de apostolado: la transmisión de la fe, la familia y las vocaciones. Para garantizar la transmisión de la fe es necesario transformar la catequesis actual y la participación en los sacramentos, en una verdadera iniciación cristiana, es decir, en un itinerario donde catequesis y sacramentos se integren en un proceso donde se formen cristianos. Para eso es fundamental el cuidado de la familia y la curación de las heridas que hoy dañan la relación de los esposos, de estos con sus hijos y de los hermanos entre sí. Y eso será posible siempre que sepamos superar la actual crisis antropológica que incapacita a muchos jóvenes a asumir compromisos estables en su vida. La iniciación cristiana cumplirá su misión cuando sea capaz de suscitar en niños, jóvenes y adultos la pregunta vocacional, que es la pregunta más importante de la vida. Esa pregunta brota en quien plantea su vida a la luz de la fe: “Señor, ¿qué quieres de mí? ¿qué lugar quieres que ocupe en tu Iglesia?” Las vocaciones al matrimonio y a la vida laical, a la vida consagrada y al sacerdocio, garantizarán la existencia de católicos comprometidos que entreguen su vida para llevar a otros la alegría del evangelio y transformar el mundo.

El obispo en una reciente visita al comedor del Salvador.  

En lo patrimonial, la Iglesia local tiene un catálogo importante que hay que mantener y arreglar. ¿Se puede? ¿Las administraciones son sensibles a la hora de ayudar?

Los fieles solos no podemos mantener el patrimonio eclesiástico que hemos recibido de nuestros mayores. Sin la ayuda de las administraciones gran parte de ese patrimonio no se puede sostener. Es tarea de todos trabajar para que se perciba el bien cultural que ofrece a toda la sociedad ese patrimonio y así las administraciones sean más sensibles a la hora de ofrecer ayudas.

Había proyectos de colaboración entre el obispado y el Ayuntamiento para establecer propuestas turísticas por este patrimonio. ¿Se va a avanzar más allá de lo que hasta ahora funciona en la Catedral y San Miguel?

Espero que así sea. Gracias a Dios, existe una relación cordial y fluida que permite un diálogo franco y de colaboración. Eso se está traduciendo ya en convenios de colaboración que afectan directamente a Hermandades, conservadoras también del patrimonio.

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