El conocido como parque de Los Patos pronto se llena de pequeños grupos de niños y niñas con las cabezas juntas y hablando entre ellos. Son alumnos de quinto curso de Primaria del CEIP Torresoto, en Jerez, y se preparan para una intensa mañana de retos y desafíos cooperativos en la que tendrán que ejercer de profesores.
No es esta una clase de Educación Física cualquiera. Su profesor, y tutor de una de las clases de quinto curso, Francisco Domínguez, ha preparado esta actividad fundamentándose en la temática que el Consejo General de la Educación Física y Deportiva (Colef) ha consensuado para la edición del Día de la Educación Física en la Calle de este año, que ya es la decimoséptima: la salud mental.
Con cada vez más niños y adolescentes aquejados de problemas de ansiedad o adicciones a las redes sociales, entre otros problemas de salud mental, esta temática se torna especialmente pertinente. Francisco se ha basado en la obra del autor Rafael Bisquerra, investigador y profesor en educación emocional, para plantear su iniciativa.
"Bisquerra dice que tenemos cinco competencias emocionales: la conciencia emocional, el saber poner nombre a nuestras emociones para saber qué sentimos; la regulación emocional; la autonomía; la competencia social, basada en la cooperación; y las habilidades de vida y bienestar, que yo entiendo como lo máximo a lo que podemos llegar", explica el profesor.
Estos retos cooperativos también contribuyen a fortalecer el espíritu de grupo, lo que ayuda a mejorar el clima en el aula
Así, Francisco decidió centrarse en esa cuarta competencia, la social, por ser también la más ligada a la educación física. Él mismo la trabaja en sus clases, a través del aprendizaje colaborativo. Por eso, en estos retos que han celebrado en el parque de Los Patos, los alumnos deben superar distintos desafíos, como conseguir transportar una pelota de fitness o mover varios aros, pero siempre en equipo.
"Las investigaciones sobre neuroquímica afirman que cuando se colabora, en este caso con la metodología del aprendizaje cooperativo, se libera más dopamina, un neurotransmisor relacionado con el buen humor, el espíritu de iniciativa y la motivación, es decir, con la salud mental, que es precisamente el eje vertebrador para este curso del Día de la Educación Física en la Calle", relata Francisco Domínguez.
Para fomentar esa competencia social entre los niños, Francisco planteó una serie de actividades físicas en grupo planteadas en forma de reto colectivo, en los que el grupo debe resolver un problema de solución múltiple. Están pensadas y desarrolladas para que cada integrante del grupo cumple una función fundamental para la resolución del desafío. Si uno no lo hace, el reto no se alcanza.
El nombre 'técnico' de las actividades que realizan los alumnos del CEIP Torresoto en este Día de la Educación Física en la Calle, según explica este profesor, es 'desafíos físico-cooperativos'. Esos desafíos tienen un componente conceptual, un componente motriz y un componente afectivo-relacional. En este último aspecto es donde entra la educación emocional y, por extensión, la salud mental.
"Está demostrado que las técnicas de aprendizaje cooperativo (como por ejemplo, los juegos cooperativos o los desafíos físico-cooperativos) son las que más emociones positivas generan en el alumnado", explica Francisco. Y la Educación Física es un campo que da muchas posibilidades en este sentido.
En la iniciativa impulsada por Francisco entran en juego varios factores que benefician a los alumnos. Por un lado, la propia actividad física, que es en definitiva el objetivo de este día que cada año impulsa el Colef. Por otro, "hay que tener en cuenta que todas las saludes (física, mental, social, emocional e interior) se nutren entre sí", explica el profesor, citando el trabajo sobre educación física y neurociencia de autores que usa de referencia, como Ardoy y Pellicer.
"Al final, el objetivo de este Día de la Educación Física en la Calle es incentivar que los niños hagan actividad física, que no estén todo el día con las redes sociales, los videojuegos y demás", señala el profesor de este colegio jerezano. De momento, ha puesto en práctica estos retos con alumnos de cuarto, quinto y sexto de Primaria, con bastante éxito. "No hemos metido a los más pequeños porque los retos se quedaban un poco grandes para ellos", aclara.
La interrelación entre los tres componentes de los desafíos cooperativos es clave para entenderlos, y también lo ha sido para él en el desarrollo de esta actividad. Francisco enfatiza también, más a largo plazo, las amplias "posibilidades educativas" de los desafíos físicos cooperativos para favorecer "la inclusión de todo tipo de alumnado en las clases de Educación Física". Planteando este tipo de retos, por ejemplo, un alumnado con discapacidades motrices podrá necesitar la ayuda de sus compañeros para ciertos movimientos, pero aportará soluciones para superar el reto en otro sentido.
Otro impacto importante de estos retos en la salud mental es que fortalece la cohesión del grupo y fomenta que se cree ese espíritu de aula. La preadolescencia, explica, es un periodo proclive al desarrollo de problemas de salud mental. "El clima de aula (algo que mejora con el aprendizaje cooperativo) se correlaciona directamente con los resultados académicos. Con el aprendizaje cooperativo, estás trabajando que el grupo-clase se quiera más, y estás trabajando la educación emocional", señala el docente. Y, con ella, la salud mental.
Comentarios