Francisco García-Figueras, en declaraciones a lavozdelsur.es, ha decidido sincerarse y desvelar las otras razones que le llevaron a renunciar ser pregonero de la Semana Santa de Jerez. Este jueves el Consejo dará a conocer quién le sustituye.
García-Figueras concedió días atrás una entrevista a este periódico en la que contaba cómo y el porqué aceptaba este reto. Conversación que obviamente perdió su razón de ser tras su renuncia. Sin embargo, sí ha querido abrirse y expresar los argumentos que le llevaron a comunicar al Consejo su rechazo, que ejecutó a principios de esta semana. Se dieron unos días de reflexión, pero finalmente no dio marcha atrás.
Estas son, dice, “mis sinceras impresiones sobre la decisión tomada”. Recalca que son razones personales y estas se traducen en el profundo dolor por la pérdida de su madre, cuyo óbito casi coincidió con su nombramiento: “Me tiene muy triste”, asegura.
Pero sobre todo, subraya, “por dignidad y deber moral, que también son poderosas razones personales”. Reconoce que “no debí aceptar el nombramiento. Cuando acepté estaba ajeno a todo lo que sucedió anteriormente. Y durante los días siguientes al fallecimiento de mi madre, gracias a la comprensión de los medios, estuve centrado en mi trabajo”.
Cuando empezó a ‘aterrizar’ en la realidad de todo lo que ha venido rodeando a esta designación, confiesa: “Ahí empiezo a conocer el tema de las situaciones desagradables y dolorosas que personas que habían sonado para el pregón antes de mi nombramiento”. Es firme en manifestar que "si hubiese conocido eso cuando me lo proponen, de ninguna manera hubiese aceptado”.
“En los últimos días simplemente he ido abriendo los ojos. El viernes ya se lo comenté al presidente del Consejo, pero me pidió que me lo pensara unos días. Que lo pusiera en manos de la Virgen” relata García-Figueras.
"No puedo pregonar la Semana Santa ignorando el sufrimiento de mi prójimo"
Así las cosas, afirma: “Yo no puedo pregonar la Semana Santa, caminar hacia la Cruz de Cristo, que es la gran verdad de nuestras vidas, ignorando o pasando por alto el sufrimiento de mi prójimo”, una situación que le suponía “una carga muy pesada. Estaría dando un mal ejemplo a mis hijos y a tantos niños y jóvenes a los que he dado y doy catequesis. A tantos niños y jóvenes a los que me hubiese gustado apelar con mi mensaje del pregón”.
También expresa que las “dudas, legítimas y comprensibles por mi elección y falta de experiencia en atriles, nunca me han pesado porque además las entiendo. Pero lo anterior sí me ha pesado mucho y no me daba serenidad”.
Finalmente, el cofrade de la Defensión expone y reza para que “ahora se elija a alguien que sí pueda ofrecer el pregón que en este momento Jerez necesita. Que ayude a cerrar estas heridas y que hable de reconciliación”.





