Girasoles, margaritas y flores de Pascua adornan un negocio de la avenida del Mediterráneo, en el populoso Parque Atlántico de Jerez. La Navidad se ha dejado notar en una bonita floristería local donde una mujer hace magia sin varitas. Con sus manos, monta arreglos florales personalizados que embellecen cualquier rincón. Bárbara Briantes López, jerezana de 48 años, se pasa horas creando ramos y centros. Su pasión por las plantas no procede de un legado familiar, sino que surgió cuando estaba estudiando Formación Profesional Agraria.
En el cuarto curso, vio que podía hacer prácticas de floristería en Chipiona. “Mi amiga y yo nos apuntamos por ver algo diferente”, comenta Bárbara, que se enamoró de este trabajo artesano en cuanto montó su primer ramo de novia. “Fue lo primero que hicimos y me pareció muy chulo”, dice a lavozdelsur.es.
Así, acabó rodeada de flores "por casualidad". Cuando completó la formación profesional de cinco años, decidió que quería continuar empapándose de este mundo y realizó prácticas en la floristería que, años después, terminó regentando. Por entonces, al frente del negocio estaba una amiga de su madre que, la contrató cuando vio su talento. Después, traspasó la floristería a otra persona que, a su vez, la volvió a traspasar. Fue entonces cuando la jerezana tomó las riendas para mantener vivo este comercio local. Y lo ha conseguido. Ya lleva casi once años en el sector de la flor cortada.

“Cada dos años, más o menos, hago un curso distinto y te vas modernizando”, explica. Desde la tienda asume encargos de todo tipo, desde coronas de difuntos a centros florales para comuniones o ramos de cumpleaños, que es lo más demandado.
También se dedica a decorar las bodas, con creaciones en función de los gustos de los novios. Hay quienes encargan arreglos más discretos, mientras otros apuestan por lo más exótico. “Nos piden algo más especial y hacemos la decoración de la iglesia y del sitio donde se celebra con prendidos y centros. Lo que mi imaginación y la de los novios combinen”, sostiene.
A diario, Bárbara monta sus ramos con todo tipo de flores. “Lo habitual es que haya casi de todo, todo el año. Por ejemplo, las peonias vienen de Holanda y solo están de mayo a septiembre, y no hay hortensias si hace mucho calor”, comenta.


Estos días lo que más abunda en su local son flores de Pascua, la estrella de la Navidad. El rojo de la euphorbia pulcherrima salta a la vista. Durante esta época son muchas las personas que las compran para engalanar sus hogares. Bárbara recomienda que “lo más importante es no regarla mucho, cada diez días más o menos, y si hay calefacción puesta, una vez en semana”.
Además, explica que esta planta debe colocarse en lugares con mucha claridad. “Puedes sacarla al jardín o a la ventana. Según se te dé cuidarla, se puede convertir en un arbusto o no”, añade la florista, que ha creado varias guirnaldas para las puertas y algunos centros navideños.

A ella le encanta sumergirse en este mundo de colores y olores y preparar ramos que acaban sorprendiendo a los seres queridos. “Las plantas se llevan como regalo, quedan muy bonitas y duran mucho”, comenta. El ramo sigue siendo uno de los detalles favoritos de muchas personas. Sorpresas en ocasiones especiales que acaban en jarrones dando un toque diferente a la casa.
La habilidad de Bárbara es fundamental en esta labor de alegrar el día a alguien. Desde su tienda, también cuenta con un servicio de envío a domicilio a cualquier zona de Jerez. Con una sonrisa, continúa apostando por el comercio local y por esa cercanía con los clientes que se difumina en tiempos de compras por internet.
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