Todo un año ahorrando para los Reyes Magos de su hijo de seis años y justo el 5 de enero les roban los regalos que tenían guardados en un trastero. La solidaridad de amigos y vecinos impide que el niño, finalmente, no se quedara sin juguetes.
Rafi, de seis años, a punto estuvo de quedarse sin Reyes Magos, aunque eso no lo sabe. El disgusto se lo llevaron otros, sus padres, vecinos de la urbanización Nereyda, junto a la avenida Puertas del Sur.
El pasado martes 5, a eso de las seis de la tarde, a Verónica, madre de Rafi, su marido le daba un disgusto vía whatsApp. “Vete a casa, que nos han robado los regalos”. No hacía ni dos horas que había salido de trabajar y ya iba camino del centro para ver la cabalgata con su hijo cuando recibía la noticia, que a su vez se la había comunicado un vecino a su esposo.
Los regalos de Reyes, esos que tanto esfuerzo les había costado comprar para su hijo (ella es limpiadora en un centro comercial, él panadero) habían volado. Un canalla había accedido al garaje del bloque y, valiéndose de una palanca, había forzado la puerta de su trastero donde estaban guardados los regalos no sólo de Rafi, sino también de una prima suya. Una bicicleta, accesorios de una muñeca, juegos educativos y de videoconsola… En total, entre unos y otros, casi 500 euros en juguetes.
Verónica, al enterarse de la noticia, fue corriendo a su domicilio para comprobar in situ el estropicio, no sin antes pasar por casa de su madre para dejarle a Rafi, que se tuvo que conformar con ver la cabalgata por Onda Jerez.
Al llegar, no se pudo creer lo que veía. Absolutamente todos los regalos habían desaparecido, no así otros objetos de valor que había en el trastero, como una bicicleta –usada- o una radio de coche. “El que haya sido sabía a quién le robaba y venía expresamente a por los regalos. Los habíamos guardado allí solo 12 horas antes”, señala Verónica, que afirma que no pudo contener las lágrimas al comprobar el robo. El hecho de que su trastero esté justo a mitad de un largo garaje, donde hay otros tantos, y que el ladrón fuera directamente al suyo, parece confirmar su teoría. Junto al de Verónica, la puerta de otro trastero fue también forzada, aunque esta vez el ladrón no fue capaz de abrirla. A esto se le sumaba la angustia de no poder comprar nada de última hora. Su marido estaba trabajando y ella, además de no disponer de vehículo, tampoco podía dejar su trastero abierto a expensas de un nuevo robo.
José Luis, presidente de la comunidad de vecinos, afirma que el de Verónica no es el único robo que se ha producido en el garaje en los últimos tiempos. Bicicletas, espejos retrovisores… “Aquí hay 175 viviendas y todos no nos conocemos. Lo mismo entra un vecino y se le cuela uno detrás para ver lo que hay o para llevarse lo que pueda y después sale pitando”. Además, se da la circunstancia que el año pasado, en la vecina urbanización Jardines de Vesta, a otro vecino también le robaron los regalos de Reyes en la víspera del 6 de enero. ¿Coincidencia o sería la misma persona?
Aunque el valor de lo robado haya sido bastante importante, lo que peor le ha sentado a Verónica es el hecho de que el mayor perjudicado fuera su hijo. “Han jugado con la ilusión de un menor, y de eso no hay derecho”.
Afortunadamente, la solidaridad de algunos vecinos y amigos de la familia favoreció que, al enterarse de la noticia, les compraran varios regalos para que Rafi no se quedara sin Reyes. “Él nos decía que eso no era lo que había pedido, pero nosotros le dijimos que es que hay muchos niños y no todos pueden recibir lo que quieren. Pero bueno, afortunadamente nos hemos sentido muy arropados”, señala su madre, que eso sí, pide a la Policía que no se olvide de la zona Sur: "Nos sentimos desprotegidos".
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