El Ayuntamiento de Jerez aprobará este viernes la aprobación inicial de la modificación del PGOU para adecuar la normativa respecto al uso hospedaje, conforme a la regulación en materia de turismo.
Más que una regulación con moratoria para las nuevas viviendas de uso turístico en Jerez, lo que la Delegación Municipal de Urbanismo ha preparado es una modificación de la norma urbanística para, por un lado, aumentar el control del parque de viviendas turísticas en el municipio y, por otro, conciliar estos negocios particulares cuando se reproducen en conjuntos residenciales.
Como es sabido, hay que diferenciar en este sector lo que son los apartamentos turísticos (gestionados profesionalmente, con servicios adicionales como recepción o limpieza, y una regulación más estricta y próxima a la de los hoteles) frente a las viviendas de uso turístico (VUT), viviendas residenciales que los propietarios alquilan a turistas, a menudo con más flexibilidad en cuanto a ubicación y servicios ofrecidos.
En Jerez, de las más de 8.000 plazas de este segmento de hospedaje hay en torno a un millar de plazas del primer modelo, en 37 apartamentos turísticos, y casi 1.500 VUT con más de 7.000 plazas.
El primer modelo va con licencia urbanística, pero en el segundo bastaba con el registro en la Consejería de Turismo para darse de alta. A partir de ahora, nada de estos casos que esté por encima de planta baja en conjuntos residenciales podrá registrarse como VUT. Es decir, una vez que se produzca la aprobación en el pleno y Turismo tome conocimiento del acuerdo, cualquier registro de VUT que le llegue por encima de la planta baja "lo parará".
"Queremos regular la convivencia entre la actividad turística y la residencial"
En este contexto, la delegada de Urbanismo, Belén de la Cuadra, en conversación con lavozdelsur.es, ha querido dejar claro, a tenor de las iniciativas en marcha o las inversiones por venir, que los edificios exclusivos de pisos turísticos seguirán contando con licencia municipal, así como aquellos en los que el propietario incorpore este tipo de hospedajes y "no haya división horizontal; estos casos no se verán afectados".
"Nosotros queremos regular la convivencia entre la actividad turística y la residencial; llega un momento en el que es incompatible convivir con ambas realidades. Entonces, a las viviendas de uso turístico en conjuntos residenciales se les exigirá que vayan a planta baja, que podrán tener distribuidores internos entrando por la zona común, etcétera", ha abundado De la Cuadra, resaltando una de las novedades que incorpora una modificación del planeamiento que, técnicamente, no necesitará de moratoria de nuevas licencias.
"El plazo de suspensión —recoge la propuesta, a la que ha accedido este periódico— será de tres años desde la publicación del acuerdo de aprobación inicial y se extinguirá con la publicación y entrada en vigor del presente instrumento de ordenación urbanística. Fuera de estos límites sustanciales y temporales subsiste el derecho de los particulares y el deber de la administración de resolver las licencias solicitadas". La realidad, ha explicado la responsable municipal, es que "serán pocos meses hasta la entrada en vigor de esta modificación del PGOU ya que no está sujeta a calificación ambiental".
Urbanismo quiere encargar, como ya avanzó la propia delegada en una entrevista con este periódico, un estudio sobre las zonas que puedan estar tensionadas o en riesgo de tensionamiento como consencuencia de la proliferación de hospedajes turísticos, pero de momento se insiste en que no es un problema en el municipio, sino una realidad que hay que ir regulando para que no se vaya de las manos.