La Banda Municipal de Música de Jerez, casi centenaria y en peligro de extinción

El PP denuncia que la formación supone "un estorbo" al gobierno local y que la van "dejando morir poco a poco"

La banda municipal de música en la actualidad posando ante la antigua casa consistorial.
La banda municipal de música en la actualidad posando ante la antigua casa consistorial.

La Banda Municipal de Música vuelve a saltar al debate político. El PP, en un comunicado, lamenta “que el PSOE no cumpla lo contemplado en los contratos de los músicos o no publicite sus actuaciones”. Además de defender la calidad y profesionalidad de los músicos, considera necesario “que Jerez tenga una gran banda”.

Los populares subrayan que el gobierno municipal está dejando morir, poco a poco, a la Banda Municipal de Música. Por inanición y por aburrimiento” y entiende que “la Banda Municipal de Música es un estorbo”. Al hilo de la situación que atraviesa desde hace años la formación musical municipal, en la nota se señala que Mamen Sánchez “presume de candidatura a Capital Cultural Europea mientras deja morir la casi centenaria banda de música municipal.

El PP pone de manifiesto que “el último desplante” fue el domingo cuando en lugar de en la Alameda del Banco, el Ayuntamiento trasladó el habitual concierto de los domingos a los Claustros de Santo Domingo. Esto lo achaca a “una clara descoordinación del gobierno municipal y en una clara evidencia de que la cultura, para el PSOE de Mamen Sánchez, no tiene ni importancia ni prioridad”.

Este partido critica que se esconde a la banda y no publicita sus actuaciones, además de no cumplir “con lo establecido en los contratos de los músicos de la banda y no se abonan las facturas de los arreglos de los instrumentos”. Los populares recuerdan que el pasado 9 de octubre la banda cumplía 92 años: “una ciudad como Jerez, que además se supone que lucha para ser capital cultural europea, tiene que tener una Banda Municipal de gran altura”. Cabe recordar que cuando gobernó el PP se prometieron muchas prebendas a los músicos pero al final la triste realidad económica y social se impuso.

Instrumentos de la banda de propiedad municipal en desuso por su estado.     MANU GARCÍA
Instrumentos de la banda de propiedad municipal en desuso por su estado.     MANU GARCÍA

Pleitos, protestas y destierro popular

El recorrido de la Banda municipal jerezana en los últimos años está plagado de desencuentros con su patrón, el Ayuntamiento. Los músicos tenían un estatus no de empleados, sino de becarios, cobrando una cantidades ridículas, cuando las recibían.

La formación languidecía con numerosas bajas hasta que llegó el momento en el que los músicos pusieron pie en pared, dado que rozaba el ridículo el número de componentes; se lanzaron a protestar y reivindicar mejoras tanto materiales —local de ensayo adecuados, instrumentos, etcétera— como en su relaciòn contractual con el Consistorio.

Algunos de los componentes ganaron pleitos en los juzgados de lo Social que obligaron al Ayuntamiento a reconocerlos como empleados. Lo hizo pero con contratos de unas pocas horas a los que la Justicia les reconoció ese derecho, sin embargo no se llegaba a unos mímimos económicos aceptables por lo que la situaciòn no se corrigió.

La clase política promete soluciones que nunca llegan.     MANU GARCÍA
Protesta en 2015, políticos incluidos, pidiendo soluciones que nunca llegan.     MANU GARCÍA

Implícitamente se busca una integración en la pantilla municipal pero eso implicaría la apertura de un proceso que pasaría por una oposición bajo unas condiciones de partida como, por ejemplo tener el grado correspondiente para acceder a la función de músico, si esa figura la recoge la RTP, y la libre concurrencia a esos puestos de trabajo. Es decir, una convocatoria abierta a todo el que quiera optar a un puesto en la banda.

Cuestión aparte es la economía del Consistorio, que no está para lujos como tener una banda en su plantilla pese a la rica historia que acumula la formación musical y la marca de calidad que tuvo en sus tiempos, además de haber sido imprescindible en cualquier evento.

Hoy, además de los conciertos domingueros, su presencia se remite a actos muy puntuales, como los oficiales en los ciclos festivos y en los que más popularidad le daba, las procesiones y actos cofrades. En este ámbito casi han desaparecido excepto algún concierto, muy escasos, y el pregón de la Semana Santa, que lo aprovechó un año para protestar e incluso en una edición fue sustituida por otra que fue contratada ad hoc. Lo que es tocar tras los pasos hace ya muchos años pasó al recuerdo cuando se la sorteaban las hermandades y daba prestigio a la cofradía llevarla en la procesión. 

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KIKO ABUIN 1

K. A.

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