La polémica en Jerez por la instalación del monumento a la Inmaculada en la plaza del Arroyo sigue latente. El doctor en Historia del Arte José Manuel Moreno Arana ha ofrecido su visión crítica en una entrevista concedida a lavozdelsur.es, donde cuestiona tanto el valor artístico de la obra como el emplazamiento elegido.
“Ni la escultura tiene un nivel artístico suficiente para un lugar tan destacado, ni la ubicación es la más acertada”, afirmó Moreno Arana. El experto recordó que el palacio Bertemati, sede del Obispado, está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), lo que impone estrictas limitaciones a cualquier actuación en la zona, que abarca prácticamente toda la plaza.
Como ejemplo, explicó que los vecinos del Arroyo deben someter cualquier reforma en sus viviendas a la aprobación de la Junta de Andalucía, que solo autoriza proyectos ajustados a los cánones estéticos y arquitectónicos exigidos por la protección del BIC. “No pueden transformar las fachadas de sus casas libremente, por ejemplo”, subrayó el historiador.
“No tiene sentido un monumento de estas hechuras”
En esa línea, Moreno Arana consideró que “no tiene sentido un monumento de estas hechuras, aunque ahora se proyecte a mucha menos altura”. Según él, el debate se ha tergiversado y se interpreta en clave ideológica, “provocando que se haga una lectura equivocada: estar en contra es estar alejado de la Iglesia o lo contrario”.
El especialista insistió en que la cuestión no es religiosa, sino patrimonial y urbanística. “No es acertada la iniciativa, ya que va a restarle visión al edificio de Bertemati. Este monumento es un elemento que distorsiona la visión del inmueble, que es uno de los más importantes de Jerez”, recalcó.
Para Moreno Arana, lo correcto sería plantear la colocación en otro lugar. “Desde luego en el Arroyo no es el adecuado”, remarcó, dejando incluso dudas sobre la legalidad del proyecto, pese a contar con el visto bueno de la comisión de patrimonio del Ayuntamiento.
Un diseño distinto al original
Por su parte, el Obispado de Jerez ha matizado que el monumento no seguirá el diseño inicial del pintor Juan Valdés. Según avanzó lavozdelsur.es, la propuesta actual se asemejaría más al monumento a San Juan Pablo II ubicado en la plaza de la Encarnación, junto a la Catedral.
El nuevo planteamiento reduciría notablemente las dimensiones: desde el pedestal hasta la imagen en bronce, la altura total no superaría los siete metros, menos de la mitad del macromonumento previsto en 2014. La pieza incluiría la Inmaculada original del escultor Francisco Parra, situada sobre un pedestal de cuatro metros.
El proyecto inicial fue encargado hace más de una década al escultor Paco Parra, con diseño de Valdés y un presupuesto cercano a los 400.000 euros de fondos públicos. Surgió bajo el mandato de la entonces alcaldesa Pilar Sánchez, con Pedro Pacheco como socio de gobierno en la desaparecida GMU. Ahora, con un coste asumido por el Obispado, se espera que el diseño definitivo se presente en las próximas semanas.