"Perjudicamos a esas asociaciones sin ánimo de lucro que venden ropa y nada más que saben enriquecerse"

Protesta de los vendedores de ropa usada frente al Ayuntamiento de Jerez. FOTO: MANU GARCÍA.

Concentrados frente al Ayuntamiento de Jerez y portando carteles de protesta, unos quince vendedores de ropa usada que cada domingo se sitúan en el rastro de la Alameda Vieja han reivindicado en la mañana de este miércoles una solución a su situación. "Dejarnos vender ropa y zapatos en el rastro", dice uno de los carteles. Los afectados, que dejaron la concentración poco después a invitación de la policía por no tener permiso, critican que el pasado domingo la Policía Local les avisó de que será su último día vendiendo ropa usada si no regularizan los papeles, pero en palabras de la portavoz de este colectivo, Nuria Bernal Flores, "ni ellos saben lo que piden".

En esa línea, la portavoz asegura que "esto no lo ha sacado el Ayuntamiento", quienes dice "no tener ni idea" y que es cosa "de Cultura, de los trabajadores de allí, y concretamente de uno". Específicamente habla de "un señor que gestiona el tema de las inscripciones, un funcionario que lleva allí cuarenta años y se cree que es el cacique de Cultura (la delegación)".

"Hemos decidido hacérselo llegar a la Alcaldesa de esta manera porque ni ella ni el Ayuntamiento tienen conocimiento de esto", dice en declaraciones a lavozdelsur.es. Y reconoce estar bastante preocupada. "Nosotros lo que vendemos es ropa usada.  Nos han prohibido vender ropa y zapatos, pero no todo el mundo lleva ropa. Lo que pasa es que antes había cien puestos y si mi vecino ve que lleva dos copas de cristal y no las vende y ve que yo vendo ropa pues también vende ropa. A lo mejor se ha masificado el tema pero bueno, se puede hablar. No es cuestión de no, no y no", asegura.

Momento de la concentración frente al Ayuntamiento. FOTO: MANU GARCÍA.

La vendedora cree estar ante un conflicto de intereses que afecta a "400 personas que venden de todo", además de ropa. "Somos unas familias que se están buscando la vida sin hacerle la competencia a nadie", comenta. Sobre eso mismo incide, y se pregunta a quién perjudica el colectivo. "¿Al que está empoderado de Jerez que ha monopolizado toda la ropa? ¿A esas asociaciones sin ánimo de lucro que venden ropa y nada más que saben enriquecerse?". Y se responde a sí misma. "A esa gente. Yo creo que la historia va por ahí. Están metidos ahí... y venga licitaciones. Lo nuestro no es ilegal, será alegal, que nos busquen una forma". Y carga contra los puestos de recogida de ropa usada. "Si antes había 100 contenedores de Madre Coraje, Cáritas ha puesto ahora 500 para resacirse del tiempo que ha estado. Vas por la calle y ves un champiñón de color rojo, otro champiñón de color verde, otro blanco. ¿Y esta gente para qué cogen la ropa? ¿Para beneficiar al pueblo? Mentira, porque vas a la tienda y vale más cara que en el Zara, y además es mala".

La portavoz del colectivo, aún no constituido de forma asociativa reconoce "no tener tiempo porque la hambre no espera, la burocracía sí", y no poder esperar a buscar una solución a diez días como le han hecho saber en la delegación de Cultura. "No somos tontos, con tanta solidaridad con las demás. Yo no quiero las migajas de Europa. Yo quiero defender mi trabajo y como no lo tengo porque hace 5 años me despidieron por el rollo de la crisis", afirma. Y se lamenta por no tener opción a otra cosa. Yo no quiero vender droga, ni estar en la puerta de una iglesia para que me den una bolsa de arroz. Nosotros no teníamos por qué sobrevivir, tendríamos que vivir dignamente. Si no nos dejan, ¿qué? ¿Cómo te lo explicas de un día para otro? Es que la norma y la norma. Que no es un decreto ley, y que en este país se cambian las sentencias del Supremo de un día para otro", comenta visiblemente enfadada.

Detalle de los carteles de protesta. FOTO: MANU GARCÍA.

En nombre del colectivo cree que "se está intentando meterle el miedo a mis compañeros". Pero avisa de que a pesar de ser pobres "no somos tontos ni incultos". "Va a arder Troya porque aquí hay mucha hambre y con el hambre no se juega. Y si no que nos den un puesto de trabajo, que estamos en paro y esperando las ayudas de exclusión social", afirma. Tras una pausa se lamenta de la situación de sus compañeros: "Qué asco".

Este colectivo de vendedores de ropa usada del rastro prevé volver a concentrarse el próximo lunes si no se les deja realizar su actividad como cada domingo en la Alameda Vieja.