La alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, ha acompañado a primera hora de este lunes a los casi dos mil jóvenes de la Diócesis de Asidonia-Jerez que han puesto rumbo a Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
La regidora ha deseado no sólo un buen viaje sino "una provechosa experiencia tanto espiritual como de convivencia a los cientos de jóvenes de Jerez que van a participar en este encuentro desde todas las realidades y parroquias de la ciudad", siendo la de Asidonia-Jerez una de las diócesis que más jóvenes aporta a la JMJ.
En nombre de todo el Gobierno, la regidora ha felicitado tanto al Obispo, Monseñor Rico Pavés, como al delegado diocesano de pastoral juvenil, Rvdo. Padre Antonio Luis Sánchez, por la organización de la comitiva jerezana.
Así, la alcaldesa ha animado a los jóvenes jerezanos presentes en la JMJ a que, además de la "experiencia religiosa intrínseca al evento", propicien lazos de amistad e interculturalidad con jóvenes de otros lugares de España y de otros países, poniendo en común preocupaciones y necesidades, pero también respuestas a los desafíos a los que se enfrenta nuestra juventud.
Pelayo ha recordado la importante presencia que Jerez tuvo en la última ocasión en la que la JMJ se celebró en España, la de Madrid en 2011, no sólo por la "gran afluencia de jerezanos a las actividades organizadas entorno al por entonces Papa Benedicto XVI, sino por la presencia del Señor de las Misericordias en el Vía Crucis celebrado por las calles de Madrid".
La JMJ, del 1 al 6 de agosto
Según informa en una nota informativa el obispado jerezano, durante todo este curso, la Pastoral Juvenil de Asidonia-Jerez ha ido preparando a los más jóvenes para esta semana. Con motivo de esta celebración, la parroquia de San Rafael y San Gabriel de Jerez trasladará hasta el campo de fútbol de la Juventud la imagen de Nuestra Señora, Reina de los Cielos, saliendo del templo a las 19 horas y volviendo tras la finalización de la Vigilia.
Este encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa está considerado como una fiesta de la juventud, “se presenta como una invitación a una generación determinada en construir un mundo más justo y solidario”, señala el obispado, que llama la mención a que el evento pese “a tener una identidad claramente católica, está abierta a todos, tanto a los más cercanos a la Iglesia, como a los más distanciados”.
La JMJ se celebra cada cada tres o cuatro años con carácter internacional en una ciudad elegida por el Papa, y contando siempre con su presencia reuniendo a millones de jóvenes. Su primera edición tuvo lugar en la ciudad de Roma en 1986.
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