El obispo de Jerez, José Rico Pavés, ha emitido un decreto en el que fija las catequesis obligatorias para que niños y niños quieran hacer la primera comunión y los demás sacramentos de iniciación cristiana. La novedad es que el periodo es de tres años —desde los siete a los diez—, uno más de lo que venía siendo, pero con la salvedad de que en ese periodo los jóvenes recibirán, primero, la confirmación y posteriormente la comunión.
En el texto del decreto, el prelado argumenta que “la gran mayoría de los niños y jóvenes que ‘se apuntan a catequesis’ lo hacen para recibir un sacramento y no, al menos conscientemente, para llegar a ser plenamente discípulos de Jesucristo y miembros activos de la Iglesia”, en clara referencia al sacramento de la eucaristía o primera comunión.
"Celebraciones de despedida"
A juicio del obispo, “así, sin querer, los sacramentos se han convertido en ‘celebraciones de despedida’, hitos que cierran etapas de formación sin que se alcance una verdadera maduración cristiana”. Lamenta “con dolor” que, pese a ser “un número considerable de niños y jóvenes que siguen todavía ‘pasando’ por la catequesis, cada vez son menos las personas que ven madurar su fe durante los años de catequesis, de modo que ni descubren su vocación ni terminan de integrarse activamente en la Iglesia”.
La primera comunión ha pasado a ser, en gran medida, un acto social y una excusa para una fiesta para grandes y pequeños, que a ojos de la Iglesia pone de manifiesto la futilidad de un acto alejado de su sentido espiritual. Con esta decisión, Rico Pavés, que es el obispo responsable de evangelización y catecumenado de la Conferencia Episcopal, viene a dar respuesta a la pregunta “¿Cuánto tiempo se requiere para formarse como cristianos?”, poniendo en negro sobre blanco el sentido que tiene para la Iglesia actos ciertamente banalizados por la sociedad, como las primeras y últimas comuniones, como gustaba señalar con sarcasmo a un conocido sacerdote.
Bautizados y no bautizados
En definitiva, el mandato divide esta formación entre niños y niñas ya bautizados y los que no. Los primeros, al concluir el segundo año o al comienzo del tercer año de catequesis, recibirán el sacramento de la confirmación, y al finalizar ese tercer año se recibirá por primera vez la comunión con 10 años. En el segundo de los supuestos, los no bautizados, al finalizar el tercer curso de catequesis, también con 10 años y durante el tiempo pascual, recibirán los tres sacramentos de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y Eucaristía) en la misma celebración.
El decreto viene a sumarse a otro que también despertó gran expectación entre los creyentes. Vio la luz a principios del año y vino a poner orden en las celebraciones litúrgicas y misas tanto las dominicales como las de las grandes solemnidades de la Iglesia.