La sesión de preliminares del martes destaca por la participación de mujeres en cuatro de las siete agrupaciones. 'Vive, sueña, canta', 'La cara oculta de la luna', 'La inoportuna' y 'La niña del viento' ponen el sello femenino a la función. 

Si Eva hubiera escrito el Génesis... ¿Cómo serían las noches de carnaval en el Falla? Eva hubiera puesto los acordes en su sitio; quizá, digo yo, no sé, hubiera aclarado que ella no llegó para bailar tanguillos, que no era la más bonita y galana, que no le gustaba la madroñera y el traje de piconera y que nadie le dijo que: "Aplaudirás desde un palco" y "Sonreirás a los piropos de los comparsistas"… Y que todo eso, diría Eva, no son más que calumnias que los rancios de la fiesta contaron a la prensa. Porque la mujer es voz, fuerza, valentía y coraje. Es disfraz, guitarra, colorete y calle. Libertad, crítica, vida, sensibilidad. Y todo eso, amigos míos, es Carnaval.  

Vive, sueña, canta. El coro de Luis Rivero regresa con ganas tras el primer premio obtenido el año pasado. Una presentación espectacular y un gran despliegue de voces. Con una falseta muy bonita acompañada de palillos, los tangos no despuntan por la calidad de la pluma. El primero para Antonio Guerrero 'Piojo' y el segundo contra la fecha fija del Carnaval. Sin duda está muy bien afinado, pero no se puede decir lo mismo de la vocalización. Cuplés de coro con un estribillo más largo que el propio cuplé. Que tienen unos vozarrones es algo indiscutible. Suenan muy, pero que muy bien en el popurrí. Vuelven un año más con un musical que, pese a parecerse a ideas anteriores, es bien recibido por el público. La cara oculta de la luna comienza su presentación con el sonido del mar de fondo. Estas gitanas intentan no descompasarse con los efectos sonoros. Una agrupación que canta con mucho gusto. El pasodoble es una vorágine, tanto en forma como en contenido. Musicalmente es una maravilla que se aleja bastante de lo que es un pasodoble. Es lento y complejo, de esos que hay que escuchar más de una vez. En el popurrí hacen un giro de tuerca más, mostrando un gran trabajo de engranaje por parte del autor y de memorización por parte del grupo.  

Las que embrujaban de verdad parecen salidas de un cuento. Paco Cárdenas y Ramón Peñalver traen un pasodoble viñero. El bombo y la segunda suenan a Cádiz. La primera letra es una defensa de la mujer y la igualdad, utilizando para ello las figuras de Momo y la Bruja Piti. Una idea original y un remate muy bien traído. El segundo es para La Asociación Mujeres de Acero. Cuplés simpaticones y un estribillo 'apañao'. Es un cuento de los 90. Sus autores siguen estancados en esa época, pero tanto la modalidad como el público han evolucionado en otra dirección. A los nostálgicos que crecimos escuchando y cantando este tipo de chirigota nos sigue produciendo una sonrisa melancólica. Pero la nostalgia y la melancolía no son suficiente para optar a un premio.  

Desde Sevilla llegan las musas, tan inoportunas como siempre. Se trata de la única comparsa escrita por una mujer. Aún quedan pasos por dar. El grupo suena bien. Defiende la capacidad de las mujeres para sacar una agrupación por sí mismas en el primer pasodoble. El segundo, contra la violencia machista. Correcto el resto del repertorio. Un pase más que digno el de esta comparsa. Este año ya nos despedimos, desde Rota. Una chirigota que ponen fuerza en sus pasodobles. El segundo lo dedican a Manolo Cornejo. Esta despedida de soltero está llena de tópicos y con los cuplés comienza el alarde machista. Se extiende durante todo el popurrí e intentan solucionarlo en la última cuarteta pero... ahora es tarde, señora. Eso sí, media Rota está en el teatro a juzgar por los aplausos.  

La niña del viento es el plato fuerte de la noche. Personifican la locura, en un amago de veleta despeinada por el levante que recuerda al sombrerero de Alicia. La comparsa de Faly Pastrana hijo llega con un tipo colorido, una presentación potente –como un levante de cuatro palitos- y muy visual. Cantan muy bien, pero a veces llega a ser estridente. "Antonio Martín, todo es poco para ti, pero nunca olvidemos cómo se fue Pedro Romero" en el primer pasodoble. La segunda es una letra un tanto desalentadora para las niñas de la cantera. Era innecesario sacarlas al escenario y más aún para decirles que nunca ganarán un premio. Cuplés de comparsa. Así, como término y unidad de medida. El popurrí sigue la línea de otros años y se mantiene. El vendedor de Sevilla. Nadie sabe qué vende, pero pocos quieren comprarlo. Sigo pensando que el peaje está demasiado barato.  

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Estefanía Escoriza

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