Paco Domouso, director de Cáritas en la diócesis de Asidonia-Jerez, nos abre las puertas de su despacho donde hablamos de Jerez, política, valores...
Dice que llegó en 2011 a la dirección de Cáritas en Jerez casi por casualidad, “porque pasaba por aquí”. Lo cierto es que a Paco Domouso Martínez (Jerez, 1956), lo designó el obispo, José Mazuelos, no sabemos si por su experiencia de 35 años en la banca, pero desde luego acertó de pleno, porque hablamos de un tipo comprometido con su trabajo, al que dedica cuerpo y alma. Creyente “en Jesús de Nazaret y en su Evangelio”, hombre eclesial, también se define de “políticamente incorrecto”. Aterrizó en su puesto en el peor momento de la crisis, aunque afirma que no sabe si eso fue bueno o malo porque lo vio “como una oportunidad. De alguna manera nos puso las pilas porque los recursos que teníamos eran prácticamente los mismos que antes de la crisis y exponencialmente se duplicaron”. Nos sentamos en su despacho, presidido por un crucifijo, y dos retratos, del obispo de Jerez y del Papa Francisco.
En 2015 Cáritas atendió en la diócesis a 27.400 personas. ¿Conoce ya más o menos las cifras que se manejaron en 2016?
No se conocen, pero serán semejantes a las de 2015. Aunque la recuperación económica se nota, lo que sí está claro es que los últimos cada vez están peor, además a personas que incluso trabajan pero con contratos de 400, 500 ó 600 euros que si tienen que pagar hipoteca, luz, agua, no tienen para comer.
Pero se ha tocado fondo.
No, no, yo no creo en eso. Vamos a ver este año, porque yo estoy asustado.
¿Por qué?
Porque hay otra vez movimientos políticos. El problema es que nosotros somos una economía radicalmente dependiente, con lo cual pasa cualquier cosa y se nota. El otro día salió el gobierno chuleando y sacando pecho porque habíamos tenido no sé cuántos millones de turistas, pero es que resulta que en el Mediterráneo hay guerras por todos lados y la gente viene a donde puede venirse. Si aquí hay cualquier historia, la gente sale huyendo y se va a otro lado…
Pero después de un año sin gobierno, ahora ya formado debería ir mejor la cosa…
Debería ir mejor, pero de ahí a decir que hemos tocado fondo es distinto. El deseo nuestro es que hayamos tocado fondo. Pero para eso hay que aclarar conceptos. ¿Tocar fondo es que ya todo sea jauja? Ahora cambian con el señor Trump las reglas del juego…
¿Le teme a Trump?
Muchísimo. Estoy preocupado. Igual que si por unas cosas u otras cambia el gobierno en Francia, que no creo, pero puede cambiar.
¿Le preocupan entonces los populismos?
Es que yo no sé qué es el populismo. El otro día escuchaba una entrevista a Obama precisamente en la que decía que ahora cada vez que alguien trabaja por el pueblo es populista. No, no, el populismo es lo que está haciendo Trump, decir lo que queremos escuchar. Yo ahora estoy teniendo cabreos con amigos míos porque me pasan por WhatsApp cosas que le echan la culpa de todo a los musulmanes y les digo que no me lo pasen porque es que me borro de los grupos. Eso se está introduciendo en el ideario y en el imaginario colectivo y al final eso es populismo en el sentido peyorativo de la palabra.
¿Y qué podemos hacer?
Nosotros no podemos hacer nada, pero aquí cada vez que pasa algo, los que más sufren son los que menos tienen. Ahora tenemos un escándalo que como lo tenemos asumido no pasa nada, que es el de las ayudas a las cajas de ahorro, pero sin embargo no te pongas malo y vayas a urgencias del hospital. ¿De dónde viene el recorte? Políticas sociales, educación... Me da miedo el futuro de mis nietos, porque el mundo que yo he vivido no lo vais a vivir vosotros y menos mis nietos. Es que de meternos en una cultura que hablaba de la globalización, ahora vienen Trump, el Brexit, y casi volvemos a cerrar las fronteras.
Da la sensación de que no hemos aprendido nada.
El problema es mucho más grave, es que no estamos respetando las leyes. Tú te saltas un semáforo y te echan una multa. El gobierno, o Europa, firma una ley que te dice que tienes que darle cobijo a los inmigrantes y no pasa nada. Las devoluciones en caliente que el gobierno defiende es ilegal, dicho por los colegios de abogados, no solo los locos de Cáritas, que llevamos por cierto denunciándolo muchos años. Hay cosas que no se pueden permitir y se hacen. El famoso avión que recorre Europa recogiendo a gente y mandándola a la quinta puñeta; los miles de millones que están viniendo de Europa para España y se le entrega a la Policía o al gobierno marroquí para que disperse a todos los que están en el Tarajal… ¿Eso qué es? Eso es guerra sucia.
Volvamos a Jerez. ¿Ve datos para la esperanza?
Totalmente, si no me iría a mi casa. Si algo me gusta es que no hay mayorías absolutas en ninguno de los gobiernos que tenemos, aunque otra cosa es que idealicemos eso también. A nivel de Jerez, lo que hemos sufrido para aprobar un presupuesto de alguna manera está poniendo en cuestión el que los políticos al uso estén siempre “en contra de”. Se está pactando, se está hablando y eso provocará que cada vez haya menos conflictos. A nivel económico, la teta de Jerez es la bodega, y gracias a Dios se está recuperando, como la viña. A nivel agrícola dependemos de lo que nos va marcando Europa, pero hay alternativas para que la gente vuelva al campo. Todos esos son ejemplos que al menos otorgan una visión esperanzadora.
Dice que le gusta que no haya gobiernos de mayoría, pero en Jerez se habla mucho de la debilidad del de Mamen Sánchez. ¿Deberían IU y Ganemos entrar en el gobierno?
Sería partidario de que entraran esos dos y también Ciudadanos y el Partido Popular y que se pusieran de acuerdo. Yo viví una etapa de Transición magnífica donde en Jerez estaban gobernando todos en coalición y fue la mejor época de la ciudad, porque se transformó. Eso fue impresionante. La mejor época y donde se pusieron las bases para la transformación de Jerez. Si en lugar de pelearnos nos pusiéramos a trabajar, otro gallo cantaría, aunque tengamos cinco duros nada más, porque estaríamos pensando en qué gastarlos o cómo conseguir otros cinco duros más.
Me hablaba antes de las bodegas, el campo, pero en Jerez sobre todo se está apostando por el sector servicios y el turismo. ¿De eso se puede vivir en Jerez?
Sí, de hecho se está viviendo. El problema es que antes teníamos una ciudad industrializada y ahora tenemos una ciudad precaria, porque lo apostamos todo a eso. Yo soy muy defensor en un momento determinado de las políticas de Pedro Pacheco. Se le echa mucha culpa de las “estupideces” que hizo, como el Circuito, pero es que el Circuito ha sido el revulsivo para que tengamos lo que tenemos hoy, porque entonces no hubiéramos tenido ni eso. O se le critica a la Junta cuando decide apoyar esa locura que hizo Álvaro Domecq creando la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, porque se decía que se colaboraba con la oligarquía jerezana y los señoritos, pero gracias a eso mira el capital que tenemos ahí. Todo eso ha potenciado el sector servicios e incluso la costa, porque el Circuito hizo también que se conociera la costa de Cádiz. Tenemos muchas cosas que no valoramos, en ese sentido somos muy pueblerinos en algunos aspectos y valoramos cosas que no nos aportan nada.
Siguiendo con Jerez, qué le dice que siga sin contar con una delegación del Banco de Alimentos después de más de un año de dimes y diretes. ¿Ve una mano negra?
Es que lo importante no es que tengamos o no una delegación, eso no arregla nada. Eso lo único que da es distracción. Jerez lo que necesita es que los jerezanos nos movilicemos para exigir y reclamar puestos de trabajo. Qué mas da tener un banco de alimentos aquí en Jerez o ir a 25 kilómetros. Un banco de alimentos además no es nada más que una distribución, porque hay necesidades, pero lo que hay que hacer es cubrir esas necesidades, no los almacenes. Y apoyé en su día que Jerez tuviera su Banco, pero lo que hay que reclamar son derechos sociales, no un almacén para paliar las necesidades que merman los derechos. Tampoco quiero que haya una visión de Cáritas con el reparto de alimentos, porque eso no es Cáritas, es una empresa de transportes. Si tienes necesidades te voy a ayudar a solventarlas, pero el primero que tienes que ponerte eres tú. En la ayuda lo que hay que hacer es sufrir con el otro.
El estado tendrá que desembolsar entre 4.500 y 5.000 millones de euros para rescatar autopistas privadas. ¿Estamos locos?
No, lo que estamos es en un país conformista. ¿Ha pasado algo más después de saberse eso? Eso han sido cuatro titulares de prensa. A mi me indigna y me acojono, me A-CO-JO-NO (se acerca a la grabadora para enfatizarlo) que me vaya a poner malo porque no sé cómo están las Urgencias. ¿Y pasa algo? Es que esa es la mentalidad que hay…
¿Qué le falta a la gente para salir a la calle?
Tener necesidad. Mira como los negritos que están saltando la valla, que tienen más cultura, más preparación y más potencial que cualquiera de nosotros son capaces de dejarlo todo, cortarse las manos, los pies, dejarse que les peguen los policías y vuelven y vuelven y vuelven… Falta tener necesidades.
Además es que vivimos acomodados…
Vivimos en una sociedad muy poco auténtica en general. Lo que no podemos es tener solidaridad a golpe de emoción, con cualquier desastre. Y en el tema del voluntariado nos hacen falta, porque tenemos un voluntario de una determinada edad que más que voluntarios son rellenadores de tiempo libre.
¿Qué perfil de voluntario necesitan ahora?
De todo tipo, sobre todo joven. La media del voluntario de Cáritas es muy alta, y además hay que agradecérselo. Gente con 70 años que están quitándose parte de su vejez por los demás. Eso hay que agradecerlo. Pero falta mentalizar a la gente joven. El individualismo es lo que ha traído eso. Como decía Bauman, todo es líquido, todo es muy pasajero.
Decía recientemente a través de Facebook que reclama para Pedro Pacheco y Pilar Sánchez “justicia más que clemencia”, que comparando con lo que se ve en la calle, lo suyo “no es justicia, sino venganza…”.
Me reafirmo totalmente. Han hecho la cuadratura penal del círculo para buscarles la mayor pena. Mira el hijo de Puyol, que ya está en la calle. Y Pacheco, por contratar a dos personas está cinco años y medio y le empiezan a sacar cosas. ¿Cuántos casos de prevaricación estamos viendo en política todos los días? Y con Pilar, igual. Ya lo decía Paco Cabaña: Pilar, cuidado que en estas cosas sabemos cómo nos metemos pero no cómo acabamos. ¿Pero cuántos han pagado en este país esos excesos que se cometieron? De los pocos Pedro, 250.000 euros. Desgraciadamente en este pueblo había mucha gente que le tenía ganas. Lo que pasa es que Pedro Pacheco ha sido un toca pelotas y se morirá siendo un toca pelotas.
Dicen que de todo lo malo se aprende. ¿Qué vamos a aprender de la crisis?
De pocas cosas. El tema de la crisis es un tema de modelos y me lo habrás escuchado muchas veces. Dos de cada diez personas que atendemos en Cáritas vienen de antes de la crisis. Y la pobreza se transmite de generación en generación y eso lo vemos nosotros. ¿Qué hemos aprendido? Económicamente muy poco. Ya todo el mundo que tiene cuatro duros está pensando en comprarse una casa. Uno de los motivos era cambiar el modelo productivo de la provincia, pero ¿se ha cambiado? Nosotros decimos que si entramos en una casa y no vemos un plasma es que nos engañan. Pero eso es un síntoma de pobreza también. Aquí hay familias encantadoras con muchísimo dinero que viven más modestamente que la gran mayoría de los jerezanos. Es un problema cultural y de valores. Yo recuerdo que tenía un cliente que instalaba equipos de música que costaban un millón de pesetas, cuando un coche por entonces valía dos. Mira mi móvil (lo enseña). Cuando me lo compré pasé vergüenza porque estaba al lado de niñatos que no sabían ni expresarse que presumían de tener uno mejor que el mío. ¿Hemos aprendido algo? Desgraciadamente no hemos aprendido nada de la crisis.
¿Qué le pide a 2017?
Voy a sacar la lista (bromea). Que nos pongamos en el sitio de los demás, que no prejuzguemos, que nos liberemos de muchos fantasmas que tenemos en la mente, que no les hagamos caso a los rumores. Y que pensemos.
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