"No es solo perder a tres familiares en un incendio, es haber sobrevivido"

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No podía cerrarse de peor manera el año 2016 en Jerez. La madrugada del 29 de diciembre, un incendio en la barriada de La Marquesa acababa con la vida de tres personas: un matrimonio y su nuera. Otras dos personas, los hermanos Jesús y Cristina Catalán, ingresaban en la UCI del Hospital de Jerez afectados por quemaduras y por inhalar humo. El primero salía de cuidados intensivos en apenas unos días. La segunda no pasó a planta hasta un mes después, donde pasó otra temporada antes de que le dieran el alta. Jesús, a día de hoy, apenas tiene secuelas físicas. Cristina, sin embargo, tiene una afonía perpetua que apenas le deja hablar y pérdidas continuas de memoria, a consecuencia de la falta de oxigenación de su cerebro cuando perdió la conciencia tras inhalar gran cantidad de humo.

El de La Marquesa ha sido el incendio más grave ocurrido en Jerez en las últimas dos décadas y fue el último con víctimas mortales hasta el ocurrido el pasado 3 de enero en Entreparques. Allí, entre la multitud de curiosos, vecinos, policías, bomberos, sanitarios y periodistas estaba Jesús, al tanto de todo lo que sucedía. A la cabeza le vinieron aquellos recuerdos, de cuando él y su familia fueron los tristes protagonistas. Pero no estaba allí para afrontar sus miedos, que también, sino para prestar todo apoyo que pudieran necesitar los afectados por el fuego.

Y es que, aunque no la preside, Jesús es la cabeza visible de una asociación, nacida hace tres meses, que pretende dar asesoramiento a personas que se hayan visto afectados por un incendio o, sin haberlo sufrido, quieran saber cómo prevenirlo o cómo actuar en caso de que se produzca un fuego en su vivienda. La idea partió de unos vecinos de La Granja, donde el joven regenta una tienda de chucherías y barriada en la que ahora viven los dos hermanos. Actualmente cuentan con un abogado que, voluntariamente, echa una mano a todo aquel que lo necesite, pero también buscan psicólogos que quieran colaborar con ellos.Es precisamente la ayuda sicológica lo que más echan en falta los dos hermanos, porque aunque cada dos meses tienen una cita con un sicólogo del SAS, reconocen que es totalmente insuficiente. “Además, al principio nos decían que no estaban preparados para un caso como el nuestro, que mejor que buscáramos a un especialista de fuera”, explica Jesús. Y es que, como bien dice, su caso es especial: "No solo es perder a tres familiares, es haber sobrevivido y saber afrontarlo". A diferencia de Cristina, que al perder el conocimiento no recuerda nada de lo que ocurrió, Jesús lo recuerda todo: los gritos de su hermana y su novia, los sollozos de su padre, el asfixiante humo que no le dejaba ni respirar ni ver, el calor que le abrasaba la piel, la explosión de su moto recién comprada… “Sueño cada día con el incendio, y aunque suelen pasar cosas diferentes, siempre termino con la imagen de los sanitarios llevándose a mi padre en la camilla”.

“Hace falta mayor prevención”

Jesús ha colaborado durante años con Protección Civil y Cruz Roja. Eso le sirvió para aprender cómo actuar en situaciones como la que vivió hace poco más de un año. Sin embargo, afirma que “uno nunca está preparado. Hay que vivirlo para saber lo que es un incendio. El miedo te atenaza”. A día de hoy, piensa que quizás habría actuado de otra manera. “Recuerdo que al principio abrí una ventana y empecé a pedir ayuda, hasta que me cambió el chip y pensé: qué estoy haciendo, tengo que actuar o no salimos de esta”.

Sin embargo, no todo el mundo sabe cómo actuar en un fuego. “Ahí está el ejemplo del incendio de Entreparques. Los bomberos dijeron que si las puertas que dan a las escaleras de emergencia hubiesen estado cerradas, el humo no se habría propagado tanto. Quizás la mujer se hubiera salvado, o quizás no, pero es algo que nunca sabremos. Pero es que también hubo vecinos que usaron el ascensor durante el fuego, algo que nunca hay que hacer. La mayoría de la gente no está preparada, pero ni para un fuego ni para atender a un accidentado o a una persona que le de un infarto en plena calle”.Por eso, Jesús aboga por una mayor implicación de las administraciones por trabajar la educación y la prevención. “¿Tanto le cuesta al Ayuntamiento hacer varias campañas que se pudieran emitir en Onda Jerez? Los políticos solo la usan para vender lo que han hecho, pero no para cosas realmente importantes”, lamenta. Pero también piensa que instituciones como Protección Civil podrían implicarse más en este sentido, como la agrupación de bomberos, que recuerda que en su día daba charlas en asociaciones de vecinos.

Afrontar la situación y sobreponerse a ella

Un año después del incendio, Jesús y Cristina han tenido que aprender a vivir solos y a afrontar sus miedos. Si antes tenían a un padre y una madre que les aconsejaban, ahora reconocen que aprenden a base de palos. El mayor de los hermanos afirma que antes del día de Reyes, en su muro de Facebook escribió una carta en la que le pedía a los magos de Oriente “un manual para afrontar las pérdidas de mis padres y mi novia y otro para acertar con los pasos que voy dando en la vida, porque hay gente que parece que si das un paso con el pie derecho, te dice que por qué no lo haces con el izquierdo, y viceversa”.

También explica que ha tenido que ejercer de hermano mayor. Todos los temas burocráticos con administraciones locales, autonómica, entidades bancarias o seguro las ha querido asumir él. Quiere que su hermana se centre en sus estudios, que le cuestan más por sus problemas de memoria. Y afirma que después de pasar por un incendio “tengo una mezcla de enfado e impotencia”, pero dice que “hay que afrontarlo y sobreponerse de la mejor manera”.

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Jorge Miró

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