La Guareña se llena de viviendas de lujo: crece el temor a que se convierta en una 'narcourbanización'

El reciente desmantelamiento de un chalé destinado a la producción de droga levanta las sospechas en una zona del Jerez rural donde cada vez hay más "vecinos" con alto poder adquisitivo

Vista general del núcleo rural Puente de la Guareña, en Jerez.

239 plantas de marihuana, 723 gramos preparados para su venta, maquinaria y aparatos para su cultivo. Es el botín incautado hace unos días por la Policía Nacional, quien en colaboración con la Policía Local, intervino en un chalé del Puente de la Guareña, una barriada rural de Jerez, cercana a La Barca de la Florida, donde de un tiempo a esta parte están proliferando nuevas construcciones, cada una más lujosa que la anterior. La reciente operación policial se saldó con un detenido, propietario de la vivienda, y supuesto responsable de unas instalaciones donde todo está preparado para el cultivo, secado, tratado y embolsado de la droga.

“Aquí hay más dinero que en Sotogrande”, expresa un residente cuando lavozdelsur.es visita la zona. Muros altos de bloques de hormigón, grandes casas y coches de lujo se pueden ver en un núcleo rural que hasta hace poco no tenía estos “vecinos”. El temor, confirman técnicos de Urbanismo conocedores de la situación, es que La Guareña se convierta en algo parecido a El Zabal, una barriada rural de La Línea donde hay una narcourbanización en la que se invirtieron millones procedentes del narcotráfico en mansiones y coches de lujo.

Puente de La Guareña, una barriada rural de Jerez situada sobre una vía pecuaria, tuvo sus primeros pobladores a principios del siglo XX, cuando trabajadores del campo construyeron chozas para residir cerca de las tierras que tenían que labrar. Las casas luego fueron de piedra y mejoraron sus prestaciones. Desde hace unos 20 años, han proliferado cada vez más viviendas, situadas en parcelas que se venden y se vuelven a parcelar una y otra vez. Las cifras oficiales contabilizan unos 500 vecinos en la barriada, aunque la percepción es que hay muchos más.

“Ahora se ven armas en registro de marihuana. Hay organizaciones violentas, pero también pasan aquí del menudeo a una mayor organización. Hay un trasvase del trapicheo o los hurtos al tema de la marihuana. Algunos hechos recientes de agresiones a cuerpos policiales tienen la alegación de que los agresores no eran guardias civiles sino que pensaban que eran otras organizaciones”, cuenta Francisco García Cantero, fiscal jefe de Jerez, en una entrevista reciente en lavozdelsur.es.

“Se desmantela una red y sale otra, ha crecido el fenómeno. El refuerzo policial, judicial y fiscal en el Campo de Gibraltar supone mucho tráfico desviado a la zona de Manilva y a Sanlúcar y Rota, hay más aprehensiones de las que se venían produciendo. Y el cultivo ocurre en solares, en campos de cultivo o en zonas boscosas. Y en naves industriales, fincas rústicas, y bloques de viviendas. Es peligroso y molesto para los vecinos. Es un fenómeno en ascenso”, abunda Cantero. La zona de La Guareña está viviendo algo parecido.

Pero no es la única zona del municipio. De hecho, esta misma semana se han intervenido cuatro plantaciones indoor de cannabis en la avenida de la Libertad, en la zona Sur, en cuatro pisos de protección oficial en régimen de alquiler social. Si en el mundo rural hay margen de maniobra para los narcos, no hay prácticamente distritos del núcleo urbano, como constantan las intervenciones policiales —cada vez más frecuentes—, que escapen del negocio de la droga.

“Nadie dice nada, la gente está asustada”, señalan fuentes conocedoras de la proliferación de viviendas en la zona, que se ha llenado de nuevas construcciones durante las dos últimas décadas. “Recuerda inquietantemente a El Zabal”, insisten estas fuentes. En la citada narcourbanización de La Línea, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la comisaría local suma ya un centenar de detenciones y la constatación de más de 100 segregaciones de terrenos ilegales en apenas dos años.

Las construcciones siguen su curso. Durante la visita de lavozdelsur.es, se constata que hay nuevas parcelas donde la hormigonera no para de dar vueltas, los bloques de hormigón se siguen colocando para ocultar el interior de las parcelas y nuevos “vecinos” se instalan en el Puente de la Guareña. La barriada suma cada vez más población, aunque muchos propietarios las utilizan como segundas residencias, en una vía pecuaria donde apenas se respeta el deslinde realizado por la Junta de Andalucía, que es la Administración que debe velar por su buen estado.

"Hay muchos factores... La situación económica hace que muchos vean esa salida", explica el fiscal jefe de Jerez, Francisco García Cantero. En el Puente de la Guareña “nadie está haciendo nada”, lamentan fuentes conocedoras de la situación, que esperan que no se desmadre. La barriada rural, que cuenta con escasos servicios, apenas un centro de barrio, una venta y una tienda de ultramarinos, forma una zona no urbanizable que lleva años esperando su regularización. Los vecinos, que confirman que se están produciendo parcelaciones y construcciones de viviendas de lujo, de momento, guardan silencio. 

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