Tras la polémica desatada por la presencia del bebé de Carolina Bescansa, número tres de Podemos, en la constitución del Congreso, lavozdelsur.es cuenta la experiencia de Mamen Sánchez, ex diputada y actual alcaldesa de Jerez, y de Miriam Alconchel quien acaba de aterrizar en Madrid, ambas madres con una amplia trayectoria en la política.
Ni Mariano Rajoy, ni Pedro Sánchez, ni Albert Rivera, ni siquiera Pablo Iglesias, han sido los protagonistas de la constitución del Congreso. Con apenas seis meses el bebé de la número tres de Podemos, Carolina Bescansa, ha centrado todos los focos y ha sido la pólvora que ha corrido por los medios y redes suscitando todo tipo de opiniones.
El mes de septiembre de 2013 llegó al mundo la hija de la por entonces diputada, Memen Sánchez. Ocho semanas más tarde “pisaba” el interior de la Cámara baja. La pequeña de la actual alcaldesa de Jerez, no ha sido una de las beneficiarias de la guardería del Congreso, aunque estuvo en el despacho hasta que cumplió los seis meses. Sánchez respeta todas las opiniones, pero no entiende bien la razón de lo sucedido en el Congreso. Esa sesión en concreto sí es más larga, aunque en general, la votaciones duran unos 15 minutos aproximadamente. “En mi caso, mi pareja también se acogió a la baja paternal porque consideramos que los hijos son corresponsabilidad de ambos padres”.
En cuanto a la guardería a la que pueden optar, explica que la plaza como en cualquier otra ha de ser solicitada con tiempo y tiene un cupo. “Normalmente allí asisten los hijos de los empleados y de los diputados de Madrid porque los que son de fuera no suelen viajar con los niños, salvo cuando son muy pequeños”. Mamen Sánchez recuerda este periodo con cariño. En el despacho tenía una cuna, procuraba darle las tomas cada dos horas y media, contaba con la ayuda de la secretaria que estaba pendiente de la bebé cuando se ausentaba. “Todo el mundo la conocía y los medios siempre han sido muy respetuosos, nunca se han aprovechado de esas imágenes”, reconoce. Hubo un ‘baby boom’ socialista entonces. En unos seis meses nacieron nueve niños en el grupo parlamentario socialista: “Un día de diciembre hicimos un reencuentro de todos y nos hicimos fotos en el hemiciclo y algunas se hicieron públicas porque había visitantes allí”.
A partir de los seis meses su hija dejó de viajar a Madrid. “Lógicamente se lleva muy mal. Recuerdo que la primera noche que me separé de ella no podía dormir. También sabía q estaba bien cuidada”, cuenta Sánchez. En general, compaginar el ejercicio de la política con la maternidad es un juego de malabares. Pasar de vivir a caballo entre la capital y Jerez a establecerse en la ciudad que rige le ha aportado tranquilidad en el ejercicio de la maternidad. “Para mí es una gran ventaja. Intento despertarla, vestirla y darle de desayunar; si tengo algún acto los fines de semana me la llevo aunque procuro mantenerla al margen”.
"Intento despertarla, vestirla y darle de desayunar; si tengo algún acto los fines de semana me la llevo aunque procuro mantenerla al margen”
La jerezana, Mirima Alconchel, actual diputada en el Congreso y madre de una niña de cuatro años, no se pone medallas: “Pienso que con la situación en la que se encuentran muchas familias es un privilegio tener un trabajo. No me siento especial, hay muchos trabajos de mañana y tarde o en los que se tienen guardias, aunque la política es mucho más desorganizada e impredecible”. Alconchel asegura que ser madre no le ha supuesto trabas en su carrera política. Resalta el importante papel de los abuelos y del padre de la pequeña en su crianza. Ella por su parte intenta “ser resolutiva y no perder el tiempo en cosas superfluas, aprovechar el tiempo que estoy con mi hija”.
Ante la ‘polémica Bescansa’, Alconchel no entiende cómo alguien puede crear ese “espectáculo”. “Precisamente se estaba presentando como una privilegiada. No sé qué imagen quiere trasladar en el Congreso que es un lugar de trabajo”, apostilla la diputada jerezana. Además, no comprende como padres y madres –como el caso de Soraya Sáenz de Santamaría- renuncian a las bajas por maternidad. “No me parece normal que se haga un ejercicio de renuncia pública a un derecho que ha costado tanto trabajo conseguir. Como persona no juzgo a quien lo hace, pero desde luego, ejemplar no es”, sentencia.
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