Más de 1.200 firmas contra el monumento dedicado a la Inmaculada en el centro de Jerez

La recogida de firmas a favor del manifiesto 'Defendamos la plaza del Arroyo' alcanzó las mil en apenas dos semanas, pero luego la iniciativa se ha ido enfriando

La Inmaculada, debajo de una sábana en un almacén municipal.
29 de agosto de 2025 a las 17:20h
Actualizado a 07 de octubre de 2025 a las 13:23h

La petición de firmas para que en la plaza del Arroyo de Jerez no se ubique una imagen de la Inmaculada supera las 1.200 en change.org, un mes después de que diera comienzo este proceso. En realidad, la petición de firmas no se llama “contra la imagen de la Inmaculada” o algo parecido, sino que dicha protesta se canaliza a través del manifiesto, en positivo, 'Defendamos la plaza del Arroyo'.

La petición comenzó a buen ritmo y en dos semanas se superaron las 1.000 firmas, pero parece que la protesta, al menos a través de este canal, parece haberse enfriado, al menos en lo que a la recogida de firmas. Sin embargo, el tema sigue candente y ha dado un salto cualitativo al ser recogido por medios nacionales como El País, que el pasado fin de semana publicó un artículo titulado ‘La instalación de una enorme escultura de la Virgen en Jerez solivianta el debate patrimonial y religioso’, destacando a continuación que el monumento de la Inmaculada “afectaría a la visión de un palacio protegido”, el de Bertemati, donde por, ironías de la vida, en la actualidad se encuentra la sede del Obispado de Asidonia-jerez.

La Virgen de la Inmaculada, arrumbada durante años en dependencias municipales.

Acierta el artículo en destacar que en este tema confluyen dos ‘escuelas’, dos ‘corrientes de opinión’ que abordan su negativa al tema desde parámetros distintos, aunque como en la teoría matemática de conjuntos, hay una parte en la que puede haber coincidencia. Se trata, en efecto, de la corriente patrimonial y de la religiosa… sin menoscabo de que haya firmantes que abordan este tema desde los dos puntos de vista. En este sentido, hay quienes piensan que la estatua ­–que hay que recordar que le costó al Ayuntamiento más de 300.000 euros hace más de veinte años… el tiempo que ha dormido el sueño de los justos entre el taller del autor y un almacén municipal hasta que ha ‘aparecido’­– no tiene justificación artística para ubicarse en pleno casco histórico, justo enfrente del palacio de Bertemati (siglo XVIII), calificado como Bien de Interés Cultural (BIC). Por último, estiman que sería un despropósito más en la preservación del patrimonio municipal en los últimos años.

Desde el punto de vista religioso o eclesiástico, que tal vez sería más correcto, los que se oponen a la ubicación de esta obra califican de exagerada la proliferación de elementos de este tipo en el conjunto de la ciudad, aunque es evidente que son más perceptibles en el centro. Ahí se incluiría, por ejemplo, la estatua a las cofradías que hay en Cristina, la de Juan Pablo II en el entorno de la Catedral o el nomenclátor en vías del centro que hacen referencia a las distintas advocaciones de Jesús y María en las inmediaciones de los templos de los que salen las hermandades de los que son titulares. Laicistas de Jerez estima en casi 300 los nombres que hay repartidos por toda la ciudad con referencia explícita.

Sin cambio de planes municipales

Por ahora, el gobierno municipal pretende seguir adelante con este proyecto, en la versión ‘rebajada’ que ha presentado, que sería de cinco metros en total, algo que también se ha cuestionado, ya que la propia altura de la estatua está pensada para que se vea según el proyecto original (ni más ni menos que 15 metros entre estatua y peana), no tendría sentido pasar de una peana de casi doce metros a una de poco más de dos, no es la escala para la que se hizo la estatua… En este contexto, habrá que esperar a los nuevos movimientos municipales: de una parte de la balanza el actual gobierno municipal es muy poco dado a mantener vivo ningún tipo de conflicto, pero puede verse tentado a sondear con esta iniciativa el llamado ‘voto cofrade’, que algunos niegan, pero que todos, al final, terminan buscando…

Sobre el autor

Carlos Piedras

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