La agrupación de Miguel Ángel García Argüez 'Chapa' y Ángel Subiela no defrauda en una sesión en la que también dejan buen sabor de boca la comparsa de Borja Romero y el coro de José Manuel Valdés.

Se respira un aroma especial en los alrededores del Gran Teatro Falla. La primera gran comparsa del concurso actúa en esta sesión, la sexta, al igual que otro buen grupo como la comparsa femenina de Borja Romero. El Cádiz ha ganado por la tarde y durante la mañana el clima ha respetado la ostioná. Todo es perfecto, por lo tanto, para disfrutar de una noche de coplas que queda inaugurada con la llegada de una agrupación que suele llamar la atención por sus letras divertidas y alegres.

Esa agrupación es el coro de Valdés -este año Los nostálgicos de la transición-, que viaja a través del tiempo y con un tipo de dibujos animados de la década de los ochenta, inundan de recuerdos un teatro gratamente sorprendido por el éxito logrado en la imitación de algunos de los tipos. En la letra, un bonito tango de presentación precede a la primera copla de la noche dedicada a la independencia catalana (¿ha venido alguien de La Vanguardia a la sexta sesión?).

Los cazagigantes de Alcalá de Guadaíra le ponen toda la voluntad del mundo, pero cuesta seguirlos en ocasiones y, a tenor del pasodoble dedicado a Puigdemont, han estado desconectados de los acontecimientos vividos en la última semana con la polémica aparecida en Cataluña con el carnaval de Cádiz. Puede ser producto de los nervios, pero no pisarán más este año las tablas del Falla.

Lo mismo que la chirigota de Sanlúcar. Aquí hay un chivato simula a la película La vida de Brian… con mucha menos gracia. Bueno, ninguna. Defienden a Sanlúcar en un pasodoble. En el otro se preguntan qué pasaría si Jesucristo predicara hoy en día por las calles de las ciudades. Los cuplés, al nivel del resto del repertorio. Un ‘no apto’ de manual. Las guerrilleras, en cambio, sí pueden ser –perfectamente- aptas. Con un repertorio trabajado y un gran pasodoble a Manuel Sánchez Alba ‘Noly’ vuelcan el Gran Teatro Falla tras una presentación, eso sí, algo chillada. Un melódico estribillo y un popurrí ameno completan una actuación que no debería ser la última de la comparsa en esta edición del COAC.
Cada vez queda menos para que llegue la comparsa de Subiela, pero la última agrupación antes de su llegada, Felices a las cuatro, hace la espera aún más larga. Se trasladan al programa de Juan y Medio y simulan buscar pareja para varios de sus componentes en un repertorio al mismo nivel que la chirigota anterior. Una sesión, sin duda, corta de humor en una noche en la que destacan las comparsas.

Y destacan, entre otras cosas, por la magnífica actuación de Los prisioneros (¿ha durado lo mismo que el resto?). Desde el principio se meten al teatro en el bolsillo con una presentación fuerte, una gran tanda de pasodobles, un estribillo romántico y un popurrí que se hace más corto que muchos pasodobles cantados hasta ahora sobre las tablas. Se sabía, evidentemente, que serían aptos. Pero se confirma, con esta carta de presentación, que pelearán un año más por un primer premio que se les ha resistido en los dos años anteriores.

La sesión la cierra la AVV Gruñón Arenillas, que con temas eminentemente localistas dejan un mejor sabor de boca que en la pasada edición del concurso, cuando alcanzaron los cuartos de final. Mención especial merece el segundo pasodoble, donde reclaman la misma atención para todas las agrupaciones participantes para evitar que el concurso "se muera poco a poco". Buenos golpes en el popurrí hacen la delicia de los aficionados que aún permanecen en el teatro, algo desangelado tras la actuación de la cabeza de serie. Una pena, ellos se lo pierden.

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Jesús Mayone

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