CSIF Andalucía se ha concentrado en los principales hospitales de Andalucía en apoyo al personal, que no puede denunciar abiertamente la situación por miedo a represalias. Condenan los recortes del SAS que han llevado a los servicios sanitarios a un colapso extremo.

Pasillos llenos de camas, listas de espera kilométricas y pacientes que se desesperan. Ese es el pan de cada día de las Urgencias de los centros sanitarios andaluces. Mientras tanto, el SAS sigue mirando hacia otro lado sin aportar soluciones. Esta situación ha llevado al CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) a convocar una protesta que se ha llevado a cabo esta mañana de forma simultánea en todos los centros de referencia de la comunidad autónoma. Según la propia memoria del SAS, las urgencias en los hospitales andaluces crecieron un 27,1% desde 2010 a 2016. A día de hoy, posiblemente, se supere de largo el 30% y los 4.500.000 de pacientes anuales.

En cambio, las plantillas de profesionales han disminuido en todas las categorías (médicos, enfermeros, TCAE, celadores, personal de Administración, trabajadores sociales, etc.) en casi un 20%. “Por lo tanto nos encontramos con urgencias saturadas, gente esperando para poder ser atendida y listas de espera enormes”, asegura Alberto Puyana, responsable provincial de Sanidad del CSIF. “Esto en otras provincias ha tenido tintes dramáticos, con la pérdida de vidas incluso de algunos pacientes que tardaron 13 horas en ser atendidos. Creemos que es el momento de poner un pie en la pared, de decir que hasta aquí hemos llegado y que hay que tomar decisiones para arreglar el tema de las urgencias”.

El personal, por su parte, intenta lidiar cada día contra esta situación extrema. “El milagro de que las Urgencias sigan funcionando se debe sólo y exclusivamente a los magníficos profesionales de todas las categorías, que con su dedicación, esfuerzo y capacidad, se afanan día a día a superar las deficiencias de nuestra Administración”. "La falta de personal sólo muestra la ineficacia de la gestión sanitaria que, lejos de apostar por la sanidad pública, es la que menos invierte de toda España". La sobrecarga de trabajo provoca estrés en los profesionales “y esto no puede ser eterno”, apunta Puyana. “Nos están quemando, aumentando la carga de trabajo de una manera brutal y no nos están dando soluciones a estos problemas”.

 “Estamos quemando al personal, aumentando su carga de trabajo de una manera brutal y no se les está dando soluciones a estos problemas”

Por si fuera poco, el personal sufre las represalias del SAS si se atreven a pronunciarse al respecto. Esta es la razón por la que no pueden hablar abiertamente y deben hacerlo desde el anonimato. Una de las enfermeras del Hospital Puerta del Mar, en Cádiz, afirma que se lleva “bastante mal”. El sistema de trabajo que les van imponiendo está basado en el PAUE (Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias), el instrumento organizativo del SAS responsable de orientar y marcar las pautas a seguir en la atención a las urgencias y emergencias. “Este sistema mide muchas cosas, sobre todo los tiempos de espera. Por lo que estamos trabajando con la preocupación extra de que se reflejen en el PAUE todos los tiempos. Tenemos que mantener un nivel, pero si las estadísticas no salen nos aprietan las tuercas para que seamos más rápidos y dar esos niveles”, comenta esta enfermera.

Debido a la reducción de personal y la sobrecarga de trabajo, los tiempos de las estadísticas no son los que se exigen, por lo que están obligando a duplicar el trabajo. “Todo se gestiona según las estadísticas del PAUE, sin tener en cuenta la sobrecarga que eso acarrea a los trabajadores. Este sistema, en teoría, puede funcionar, pero la realidad es que sin personal no lo hace”. Otro dato a tener en cuenta es la evolución de los centros en las últimas décadas. “Hace 20 años no había ordenadores, por lo que se funcionaba de otra forma. No se puede decir que lo antiguo sea mejor, pero la realidad es que ahora el sistema de trabajo requiere de más personal. Es imposible estar atendiendo a la vez al paciente y a los ordenadores. La lucha que tenemos es contra el estrés del propio personal, porque no queremos dejar de hacer una buena asistencia. Pero todo gira siempre en torno al PAUE, queriendo avanzar en nuevas tecnologías y nuevas herramientas, pero sin tener en cuenta que eso requiere personas que las lleven a cabo”, concluye la enfermera.

Desde el CSIF, además de reconocer la labor de los profesionales, han querido denunciar esta mañana “la precariedad que sufren y exigirle a la Consejería de Salud y al SAS que se active la Mesa Técnica de Urgencias donde se planteen las necesidades de las Urgencias para dotar de las plantillas necesarias de todas las categorías para la Atención Urgente”. También exigen que se haga un plan especifico de infraestructura con financiación finalista y se adecuen los planes de alta frecuentación de las necesidades reales. “Todo esto sin olvidar otras causas como las impresentables listas de espera o la saturación de la Atención primaria, que al final desemboca en las Urgencias Hospitalarias como último recurso”.

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Estefanía Escoriza

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