"Las soluciones colectivas han desaparecido del horizonte por culpa de los partidos"

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El sociólogo y trabajador social italiano Marco Marchioni es el asesor general del proyecto ICI que lleva seis años desarrollándose en la zona Sur, y avisa: "No hay meta, ya veremos dónde podemos llegar".

Marco Marchioni (Bolonia, Italia, 1937) visita la ciudad para comprobar sobre el terreno las evoluciones del proyecto ICI, Intervención Comunitaria Intercultural, que se lleva desarrollando seis años en la zona Sur. Él, trabajador e investigador social afincado en España desde 1985, conoce muy bien qué hay que hacer en este tipo de territorios para intentar contribuir a que “las comunidades locales sean capaces de enfrentarse a los cambios, a las nuevas situaciones y a la crisis de manera participativa”. En 1959 se diplomó como trabajador social en Roma. Allí, durante su etapa de estudiante, recuerda que le dijeron: “Marco, tienes que ser un recurso para los demás. Y yo me creí eso.”, cuenta. En eso lleva empeñado toda su vida.

A pesar de que el día es caluroso, Marchioni acude a la entrevista con chaqueta y pañuelo al cuello. Entra en la recepción del hotel donde se aloja y se sienta. “¿Ahora se usan los teléfonos para grabar?”, pregunta nada más comenzar. Luego empieza a explicar en qué consiste el proyecto ICI, impulsado por la Obra Social de La Caixa y con él como asesor en los 39 territorios de todo el país donde se desarrolla. En un primer momento enfocado al trabajo con inmigrantes, aunque luego evolucionó y se extendió a toda la población. “Se estaban dando cuenta de que había que implicar al resto de ciudadanía”, cuenta Marchioni. “Con la crisis se estaba creando una situación muy peligrosa, muchas personas no encontraban ayuda mientras veían que había mucha para los inmigrantes… Lo que era una iniciativa positiva se convertía en una con visiones peligrosas. Entendieron que había que hacer otro trabajo y me buscaron a mí”.

"En la universidad me dijeron: Marco, tienes que ser un recurso para los demás. Y yo me creí eso"

Así aterrizó en este proyecto. O proceso. Él prefiere denominarlo así. “No es un proyecto, es un proceso, y acompaña los cambios que se dan en la vida de la gente, en las comunidades”, insiste Marchioni, que asegura que “no tiene fin”. “No hay meta, ya veremos dónde podemos llegar”, apunta. Seis años después de comenzar a trabajar en la zona Sur de Jerez afirma sentirse “satisfecho”, ya que “por fin este trabajo está siendo percibido como un auténtico trabajo de transformación social y no como un trabajo asistencial”, cuenta.

De hecho, de todos los territorios en los que trabaja el proyecto ICI, en la ciudad es donde ha tenido uno de los mejores resultados. Y cuenta los motivos: “Aquí se está dando una de las más avanzadas experiencias de democracia participativa de todo el Estado. Se debe a demasiados factores para poderlo reducir a uno, pero podemos enumerar: la entidad encargada de gestionar el proyecto (Ceain) ha sabido evolucionar de un trabajo sectorial a un trabajo global; ha habido un territorio muy golpeado por la crisis que ha respondido muy positivamente; y otro de los elementos clave es la implicación de las personas que trabajan en el territorio en contacto directo con la ciudadanía –educadores, maestros, sanitarios, personal de servicios sociales…–, que se han implicado muy activamente en un trabajo que iba a cambiar bastante su manera de funcionar”.

Con este trabajo quieren contribuir, y ya lo están haciendo, a cambiar la imagen que se tiene del territorio, en este caso la zona Sur. “Uno de elementos bellísimos del proyecto es que se han hecho actividades, que no están en otras partes, con el lema ‘Yo soy zona Sur’. No es tanto por sentido de pertenencia, sino de reivindicar que vivir en este territorio no tiene que ser una etiqueta negativa”.

Eso sí, quiere que se distinga entre trabajo asistencial y asistencialista. “La ayuda provisional a una persona en estado de necesidad es fundamental; el drama es que cuando solo se hace trabajo asistencial y se reducen los recursos económicos, el trabajo asistencial ya no tiene tiempo ni posibilidad de ayudar a esta persona, entonces se transforma en asistencialista”, cuenta Marchioni, que dice que en el proyecto ICI “hay que reforzar el trabajo asistencial para que la persona que podía quedar excluida pueda seguir participando con los demás”.

"En estos años de crisis he visto manifestaciones de solidaridad impresionantes, pero no han encontrado un vehículo, un canal, para que todo eso sumara"

La crisis, que estaba dando sus primeros coletazos cuando comenzó a trabajarse en la zona, es “terrible”, según el sociólogo italiano, ya que "las políticas sociales han educado a la gente en la cultura de la dependencia, así que cuando ha llegado la crisis la respuesta natural de un gran número de personas es buscar una salida individual”, apunta. Pero matiza: “No te permito escribir en la entrevista que he dicho que la gente es más individualista, nunca diré eso, diré una cosa diferente: el contexto induce a la gente a buscar soluciones individuales. Las soluciones colectivas han desaparecido del horizonte por culpa de los partidos”.

De hecho, echa la vista atrás y rememora: “Te aseguro que en estos años de crisis he visto manifestaciones de solidaridad impresionantes, pero no han encontrado un vehículo, un canal, para que todo eso sumara”. “En una situación dura estoy seguro de que la gente reaccionará positivamente, los seres humanos son sustancialmente buenos y solidarios”, señala. La clave, según él, está en el contexto. En hacer pensar a la gente de forma colectiva, como en la anécdota que cuenta, la primera que se le viene a la cabeza: “Conocí a una médico que trabajaba en una pedanía de Tenerife, como era joven y la última en llegar, la mandaron a un ambulatorio a hacer trabajo comunitario. Cuando le dijeron que podía ir a trabajar a un centro de salud dijo que se quedaba allí. Su trabajo no solo consistió en dar fármacos, sino en trabajar con la comunidad para mejorar su salud. Esa es nuestra actuación. Ella siente que su trabajo es más útil. Pues como ella hay miles de personas. Ese es el trabajo comunitario: ayudar a la gente a recuperar el sentido de su trabajo”.

Continúa la entrevista y se acerca la hora de almorzar, pero antes Marchioni quiere dar un dato: “Los proyectos ICI han superado dos elecciones municipales, esto significa que no es un tema de un partido, el planteamiento es tan fuerte que nadie puede estar en contra”. El proceso, desarrollado por Ceain (Centro de Acogida de Inmigrantes) de la mano del Ayuntamiento y con la colaboración de la Junta de Andalucía, Cáritas Diocesana y la Fundación Secretariado Gitano, no tiene dueño. “No es de nadie, es público”, explica Marchioni, que, una vez más, se va de Jerez con la satisfacción del trabajo bien hecho.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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