El presidente de Horeca, Antonio de María Ceballos, dice que se emprenderán "medidas legales contra los que dicen que estamos molestando. En estos momentos no hay evidencias de que eso sea cierto".
“Es cierto que la plaza Vargas tuvo su momentos malos, pero ahora se está exagerando con cosas que además no veo. Yo convivo también con los vecinos en la plaza y no veo eso que dicen. Hay intereses particulares y se nos está machacando”. Son las palabras de Marko Stamenkovic, propietario de la conocida cervecería Los Dos Deditos en el céntrico enclave del que siempre se habla en tono de polémica. El motivo de su queja se debe a la denuncia que la asociación vecinal del centro histórico hacía la semana pasada sobre presuntos episodios vandálicos en la fachada de uno de los domicilios de la plaza y que reflejaban varios medios de comunicación locales. Un par de huevos estampados sobre la puerta y algunas marcas en la misma fueron el detonante de estas denuncias, un episodio que los bares de Vargas señalan que no tiene nada que ver con ellos, a la vez que entienden “exagerado” hablar de “actos vandálicos”. “Cuando leí en prensa eso me imaginé que habían hecho pintadas y al llegar vi que no había pasado nada. Vandalismo es que le pinten a alguien en la puerta de su casa, que le rocíen ácido a un coche o que le pinchen las ruedas. Lo que ha pasado aquí es una gamberrada”, afirma este hostelero.
Como se recordará, hace años que los vecinos de Vargas están inmersos en una cruzada con el Ayuntamiento, y en concreto con la delegación de Urbanismo, para que haga cumplir con la normativa en cuanto a horarios de cierre, ruidos y personas bebiendo en la calle, ya que, en este sentido, entienden que hay negocios que no están cumpliendo. Aunque desde el Consistorio hay orden para que una pareja del 092 acuda a la plaza en horario nocturno para que se cumpla la normativa, los vecinos insisten en que esta sigue sin cumplirse. De hecho, y ante este presunto incumplimiento, decidieron dar un paso más y llevar a los tribunales al Consistorio, si bien todavía la denuncia no se ha interpuesto porque, apuntan, llevan meses esperando de Urbanismo una serie de documentos, claves para dirigir la querella bien a los últimos delegados –el popular Agustín Muñoz y el ahora socialista Paco Camas-, bien a técnicos, o bien a todos.
Igualmente, los vecinos siguen manteniendo en sus balcones una serie de pancartas en las que reclaman su derecho al descanso y siguen recordando que Jerez todavía no cuenta con un mapa de ruidos, a pesar de la promesa municipal de que así se haría, en tiempos del PP en el gobierno.
Este último episodio del ya largo culebrón se produce, además, apenas unos días después de que haya reabierto sus puertas el bar El Duplicado, uno de los que históricamente más quejas ha recibido por parte de los vecinos y que ahora, para evitar nuevas molestias, ha decidido cambiar su modelo de negocio, pasando de bar de copas a bar de tapas, lo que hace que tenga un horario mucho más reducido, cerrando a las dos de la madrugada entre semana y a las tres los viernes, fines de semana y vísperas de festivos. Antonio Rodríguez, propietario del negocio, afirma que no quiere entrar en nuevas polémicas, pero preguntado por este medio también entiende que se “exagera” al hablar de vandalismo y lamenta que este hecho se haya producido justo ahora que acaba de reabrir su negocio después de meses cerrado por reformas. Es más, en apenas una semana afirma que ya ha recibido dos veces la visita de la Policía Local, pero que no se le ha levantado ningún acta.
Por su parte, Horeca, la patronal hostelera de la provincia de Cádiz, que cuenta en Vargas con varios asociados, da un paso más. Su presidente, Antonio de María Ceballos, habla ya directamente de “persecución” contra los bares de Vargas, afirma que la patronal “ha cumplido a través de sus empresarios porque allí ya no queda ningún bar musical” y afirma que “si se persiste en esas persecución” emprenderá “medidas legales y va a proceder contra aquellos que levanten falsos testimonios usando los medios que hagan falta para ir en contra de los que públicamente dicen que estamos molestando, porque en estos momentos no hay evidencias de que eso sea cierto”.
“No entendemos esa insistencia por parte de algunos representantes vecinales con poner el nombre de Jerez, incluso a nivel regional, como ciudad de ruidos. Para nada estamos contentos con que a Jerez se la relacione en los medios con las molestias a los vecinos. Primero porque no es verdad, y segundo porque se está trabajando mucho en Jerez por salir adelante tanto en el plano turístico como en el hostelero y esto es gratuito”, añade De María, que también considera que “en la calle ya no se observa gente y policialmente no hay problemas desde hace meses”. Es más, piensa que las pancartas que los vecinos mantienen desplegadas en sus balcones sirven de efecto llamada a los gamberros. “Lo que se ha detectado es que ya de madrugada, cuando viene la gente de otros lugares, los que vienen con dos copas se ponen a abuchear y a gritarle a los vecinos”.
El presidente de Horeca también recuerda que ya hace prácticamente un año de aquella reunión con Urbanismo para intentar poner una solución en Vargas. “El acuerdo era que quitábamos los bares de copas para que se potenciaran de día y pudieran hacer su caja, pero para eso el Ayuntamiento tenía que darnos unas terrazas, un equipamiento que todavía no se ha conseguido”.
Desde el punto de vista vecinal, Alejandro González, presidente de la asociación de vecinos del Centro Histórico afirma que con la denuncia de los actos vandálicos “no hemos acusado directamente a nadie, ni hemos dado nombres y yo creo que no hemos dicho que sean los bares. Hacemos responsable al Ayuntamiento”. Además, responde a De María. “Si cree que nos puede denunciar, que nos denuncie, pero nosotros lo podemos denunciar por coacciones, por coartar un derecho fundamental nuestro como es la libertad de expresión”.
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