Tras casi 30 años abierto, y después de transformarse en un gastrobar en 2012, el local de calle Latorre pasa a manos del empresario hostelero Julián Olivares, que cambiará su nombre y renovará la carta.
A rey muerto, rey puesto —o reino, en este caso— en calle Latorre. El restaurante Reino de León, inaugurado en 1988 de la mano del hostelero José Luis Prieto, dedicado por entonces a productos de la gastronomía castellana, ha cerrado sus puertas a punto de cumplir sus 30 años de existencia. Tras una profunda reforma, el negocio se transformaba en 2012 en un gastrobar de la mano de los dos hijos del fundador, Óscar y José Luis, éste último encargado de la cocina.
Negocio con una estética muy cuidada, en el que se recuperaron las paredes de piedra de lo que fue una antigua caballeriza, y con una variada carta que le valió estar año tras año presente en la Guía Michelín, permanecerá cerrado por poco tiempo. Los hermanos Prieto, que han decidido emprender nuevos caminos, han traspasado el restaurante al chef y empresario hostelero Julián Olivares, propietario del restaurante Albores, de calle Consistorio.
Olivares reconoce a lavozdelsur.es que su idea no es abrir un "Albores dos", si bien el sello de sus platos estará presente, porque hasta el momento les ha generado mucho éxito entre sus clientes e incluso alguno de ellos estará en la nueva carta del restaurante, que todavía está en proceso de elaboración. Si todo marcha bien, el nuevo negocio, que todavía no tiene nombre confirmado, abrirá a finales de junio o primeros de julio. Sobre la decoración, Olivares señala que si bien habrá cambios, éstos no serán radicales, puesto que la estética actual del Reino gusta entre los nuevos propietarios.
En cuanto a Albores, cerrará la semana que viene por vacaciones hasta el próximo 30 de junio. La idea de los propietarios era aprovechar este periodo para ampliar la cocina, si bien los trámites burocráticos han ralentizado el proyecto, que se llevará a cabo más adelante.
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