Juan Pedro Orellana hará corriendo los 1.000 kilómetros que hay entre La Barca y Santiago de Compostela para recaudar fondos para investigar sobre el cáncer.
Viene preparado para volver corriendo a La Barca, donde vive. Juan Pedro Orellana hace todos los días 25 kilómetros, 35 los domingos. Le gusta el deporte desde que tenía apenas 13 años, cuando empezó a participar en sus primeras carreras, pero ahora tiene ante sí quizás el reto más importante de su vida: correr una maratón diaria durante 28 días. ¿El motivo? Recaudar fondos para la investigación contra el cáncer.
En 2004 le diagnosticaron un cáncer linfático. Ahí comenzó su calvario. Le extirparon la parótida, donde tenía el tumor, y luego llegaron las sesiones de quimioterapia y los desagradables efectos secundarios. “Piensas que te vas a morir… y por entonces yo tenía a mi niño en la guardería”, dice. El alta definitiva se lo dieron en 2009 pero, cuenta, “siempre se te queda la mosca detrás de la oreja”.
Poco después hizo el camino de Santiago. Entonces ya reivindicaba que se invirtieran más fondos en la investigación sobre el cáncer. Allí vio llegar a una pareja chilena que iba corriendo y se le encendió la bombilla: tenía que hacer algo parecido. “No tenía un motivo concreto, pero antes de Navidad vi que en la universidad de Granada estaban trabajando en un fármaco”, relata. Y decidió que lo recaudado se destinara al proyecto que está llevando a cabo la Cátedra Doctores Galera y Requena sobre investigación en células madre cancerígenas.
Ya lleva unos meses entrenando para conseguir el reto que se ha marcado. Los 1.000 kilómetros que hay entre La Barca y Santiago de Compostela tardará 28 días en recorrerlos. No irá solo. Lo acompañará un equipo médico –compuesto por un doctor, un enfermero y un fisioterapeuta–, un ciclista que lo hará junto a él y llevará la bebida y dos coches de la universidad granadina, con el catedrático de Medicina Juan Antonio Marchal Corrales en uno y un equipo que grabará un documental en el otro.
“La gente no se lo cree, dice que son muchos kilómetros”, cuenta Juan Pedro. “Mi entrenador –Hermenegildo Sabido, del Club Maratón Jerez– y mi mujer sí saben que soy capaz”. Y él mismo también. “Se me ha metido en el coco y lo tengo que hacer”, dice. Ahora tiene tiempo. Lleva unos meses parado –“y sin cobrar ayuda”, añade–, tras haber sido conductor de ambulancia, delineante, monitor de belenes, maquetista, transportista o barrendero, entre otras cosas. Ya piensa en montar su propia empresa de diseño de señalética. Oremac la quiere llamar. “Por Orellana y Macías, mis apellidos”, explica.
Mientras, se dedica a entrenar y a su gran pasión, la música. Compone y tiene ocho temas propios. “Una mezcla entre Melendi, El Arrebato, El Barrio y Los Delinqüentes”, la define él mismo. Durante los entrenos lleva los cascos puestos. “Tengo que llevar música, si no te comes el coco”.
Cuando termina de contar su historia recarga los botes de agua que lleva encima en un bar cercano y echa a correr rumbo a La Barca. “En menos de dos horas estoy allí”, dice. “Esto es un paseo”, añade. Comparado con los 1.000 kilómetros que hará en septiembre, sí. El día que tiene previsto llegar a San Sebastián cumplirá 50 años. Celebrarlo allí será su mayor regalo.
Para realizar donaciones se pueden hacer en las siguientes cuentas bancarias, poniendo en el concepto '1.000 kilómetros contra el cáncer': Caja Rural de Granada (3023 0140 62 5983149500); Caixabank (ES96 2100 2520 2802 1006 3590); y Banco Santander (ES48 0049 0004 9528 1449 9711).
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