Junto a la plataforma de Alcázar de San Juan, la Coordinadora del Agua de Jerez ha sido galardonada con la Dragona Iberia como colectivo destacado en un plano nacional por la lucha contra la privatización del agua. Recientemente, rodeados de un paisaje medioambiental sin parangón como es el Valle de Valsaín en la provincia de Segovia, la Fundación Nueva Cultura del Agua, como entidad precursora de la defensa de los recursos hídricos nacionales y reconocida mundialmente por su labor de alto prestigio técnico, intelectual y social, ha hecho entrega del galardón anual que viene desde hace diez años otorgando a personas y colectivos destacados en los objetivos centrales y prioritarios de esta fundación, que no son más que la sostenibilidad de los recursos hídricos, en todos sus aspectos y en la salud y mantenimiento adecuado del ciclo integral del agua, como fuente indispensable de vida y derecho humano sin distinción, ni discriminación.
Para la coordinadora jerezana, “este reconocimiento representa mucho; supone una inyección de moral y viene a confirmar que estamos en el camino y que no lo estamos haciendo tan mal, como algunos se empeñan en vender”. “Después del calvario vivido durante estos dos años y medio de vida por nuestra organización; de tener que ver como hemos sido calumniados, ninguneados y despreciados por el equipo de gobierno de nuestra ciudad; viendo como se pisoteaba nuestros derechos, aun cuando se ajustaban a ley… este premio es mucho más que un examen con sobresaliente… es la confirmación de un trabajo en silencio, sin recursos y dilapidado permanentemente, que a la larga vendrá a demostrar en el tiempo, que lo que se le estaba haciendo a nuestra ciudadanía era una letal estafa y una alta traición”.
“Es de pena que siga ocurriendo que los méritos de la gente que trabaja de forma destacada, sigan siendo obviados en nuestra propia tierra y tenga que ser reconocidos desde gente y entidades de otros lugares de España”. Para este colectivo social, en su andadura han vivido cuatro ocasiones que les han ido dando fuerzas y convencimiento sobre su causa. “La primera alegría fue cuando el primer pliego ofrecido por la señora Pelayo, quedó desierto; desgraciadamente, nos duró muy poco el gozo. El segundo, cuando pudimos sensibilizar y convencer a los alcaldes de nuestras pedanías rebeldes; en poco viviremos la firma de su acuerdo con el consorcio público Aguas de la Sierra y tendremos en nuestras manos el mejor referente de las diferencias entre una gestión pública y otra privada, que de principio sentencia a los jerezanos a pagar el 30% más caro que en sus pedanías leales por lo público. La tercera, fue enterarnos de la sentencia de los tribunales, que anulaba el proceso privatizador del agua en Alcázar; aun está por ver si será suficiente, ante la soberbia del impresentable de su alcalde, que de nuevo se empeña en contradecir la supremacía de la voluntad de su pueblo. Y la cuarta alegría, es sabernos reconocidos por la FNCA, por la labor que hemos llevado a cabo; bien sabemos la escrupulosidad y seriedad, de esta organización; viene a corroborar que lo estamos haciendo bien y que debemos seguir, si cabe aun más fuertes”.
La Coordinadora del Agua de Jerez anuncia nuevas acciones y una nueva dinámica de actividades y lucha contra la privatización del agua potable de los jerezanos. “Tenemos que exigir la implicación real y no de boquita, de los grupos políticos; somos conscientes de que nos protege y apadrina la fuerza del derecho ciudadano, la razón y el derecho tienen que prevalecer ante la villanía de unos políticos traidores y unas empresas hambrientas e insaciables de grandiosos beneficios económicos, incluso en un momento tan crítico –socialmente hablando- como el que estamos atravesando”.
“Vamos a apretar el acelerador de forma contundente y sin reparos, para desmantelar todo el chiringuito que se han montado a costa de los ciudadanos, para el enriquecimiento de una multinacional y el beneficio partidista y presuntamente personal de un equipo de gobierno municipal, que no ha dudado ni le ha temblado el pulso a la hora de hipotecar a sus propios ciudadanos”.
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