La Federación Andaluza de Fútbol "no juega limpio" con la tarjeta verde

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Desde hace años, el gaditano Enrique Caballero abandera un proyecto relacionado con las buenas prácticas en este deporte y ahora lamenta que su idea se la haya apropiado la organización andaluza.

Las bonanzas del fútbol, la deportividad, el compañerismo, el juego limpio, la diversión y la labor pedagógica son valores que se deben ir adquiriendo en las distintas etapas por las que pasa un jugador, amateur en la base, hasta alcanzar, si así lo hace, el nivel profesional. Valores que en muchas ocasiones no se llevan a cabo y que, aunque debe ser lo normal, se dan como hechos aislados. Estos acontecimientos que ocurren en los partidos repartidos por toda la geografía andaluza, desde hace unas semanas están siendo premiados por la propia Federación Andaluza de Fútbol de una manera muy curiosa. Si bien las tarjetas se sacan en el arbitraje para amonestar o expulsar, amarilla o roja, en este caso con una cartulina de color verde se premia a esa persona que ha realizado una labor meritoria relacionada con el juego limpio.

Esta idea, que parece tan simple y tan “de cajón”, empezó a ponerla en marcha un gaditano, Enrique Caballero, técnico de profesión, que quiso darle un plus al concepto repartiendo la citada tarjeta verde en un proyecto iniciado allá por el 2012. La iniciativa enseguida tuvo mucha aceptación por toda aquella persona que la conocía y que el propio Kike Cava –como se le conoce popularmente-, se encargaba de mostrar en diferentes ámbitos. Desde los propios terrenos de juego, de una manera extraoficial y enfocado a los jugadores en estado de formación, hasta entidades externas como la Universidad de Cádiz o la Asociación de Periodistas Deportivos. En varios torneos, él mismo se encargaba de colegiar algunos partidos y, si era menester, mostraba el cartón verde –que él mismo había impreso- para esas jugadas o detalles que avalaban el fair play.

Poco a poco fue ahondando en el proyecto y en 2014 creó una mascota vinculada a la tarjeta verde, con el objeto de llegar más si cabe a ese público infantil, calando el concepto último. Encargó una tirada de tarjetas y las promocionó con la colaboración de jugadores, técnicos, personas relevantes o incluso gente de la calle, ciudadanos de a pie a los que le iba explicando la idea. Con su proyecto y su maletín lleno de ilusión se plantó en la Federación Andaluza y allí llevó el proyecto. Tal fue la aceptación que se incluyó esta idea para ponerla en práctica en futuras temporadas de todas las competiciones que estaban bajo el paraguas de la Andaluza. Algo que se ha hecho este año, a través de la circular número 20, fechada el 6 de noviembre de 2017.

De la alegría a la frustración

Lo que era una satisfacción personal tras el logro, pronto se tornó en pesadilla. Una mañana recibió la llamada del secretario de la Federación, José Antonio Pernía, preguntándole si él tenía registrada la tarjeta verde, le contestó de manera afirmativa, que lo había hecho en el registro de la propiedad intelectual. “A mí empezó a resultarme raro eso y al tiempo miré en el registro de patentes y marcas”, comenta Kike tras no esperar que la propia Federación había registrado la marca. Acto seguido llamó al presidente de la FAF, Eduardo Herrera, y le informó de lo sucedido, quien, según Cava, no sabía nada y se interesó por el tema. Al poco tiempo recibió la llamada nuevamente de Pernía y, como cuenta Caballero, “se puso hecho un basilisco por haber informado del asunto al máximo responsable del club”.

Todo empezaba a oler mal para el gaditano y entonces procedió a realizar un registro de la marca, posterior al de la Federación, que no había contado con él, como promotor de la idea, para el asunto. No solo no contaron con él para esto, según dice, sino que “empezaron a ningunearme e hicieron modificaciones en el reglamento de la tarjeta sin comentarme nada”. La intención del técnico es que la implantación de la tarjeta se hiciera de una manera progresiva y siempre con el conocimiento de todos los estamentos implicados, desde la Federación, técnicos, árbitros, jugadores, padres y madres, incluso personal docente, psicopedagogos, incluso la prensa.
No pedía nada económicamente, “tan solo que se me tuviera en cuenta como padre de la idea, para la charlas de formación y promoción”. Otra de las sorpresas para el gaditano ha llegado cuando se enteró que la Federación “adjudicó la impresión de las tarjetas a una empresa de un árbitro que las realiza a cambio de publicidad en ellas”. Algo que a todas luces le parece más irreverente, puesto que se trata de una tarjeta para premiar las buenas acciones y, según cuenta, la Federación “no está jugado limpio” y “puede ser que alguien se esté lucrando”. Con independencia del dinero, “la empresa se está beneficiando de la imagen de mi tarjeta”.

Más de cinco años

También denuncia que la Federación Gaditana le está ninguneando igualmente, ya que se han dado charlas sobre juego limpio “y ni siquiera me han invitado, sabiendo la trayectoria que llevo detrás”. Desde 2012 son muchos días de promoción, de llevar tarjetas por todos los campos de la provincia, también a nivel regional e incluso a nivel internacional ya que Caballero estuvo realizando labores como técnico en Islandia y Holanda. “En Islandia, que está más atrasado que nosotros a nivel futbolístico, los que pitan los partidos del fútbol base son los propios padres del equipo de casa y no pasa absolutamente nada”, comparado con lo que ocurre en España y “las malas prácticas que realizan los padres cuando juegan sus hijos”. A través de su página www.tarjetaverde.futbol, Enrique otorga sus propias tarjetas a esos jugadores o personas que han mostrado una labor meritoria de juego limpio. Sin ir más lejos, al recogepelotas que socorrió a un jugador del Viso que se quedó sin respiración, le otorgó la citada cartulina, llegando incluso a ser llamado por el padre del menor para agradecérselo. De su recorrido hay pruebas más evidentes, amén de las fotografías, como son las distinciones recibidas al mérito deportivo y de juego limpio.  

Actualmente, el técnico sigue formándose en este caso como psicólogo para su aplicación al ámbito periodístico y, aunque sueña con poder sentarse en un banquillo, ha rechazo ofertas de clubes como el Cádiz por la denigrante propuesta económica. “Si yo hago el trabajo gratis, le estoy quitando el puesto a otro”, es la mentalidad que dice mucho de un profesional que intenta ejercer como tal y no entiende la posición para con la cantera de clubes como el cadista, “que manejan unos presupuestos importantes”. “En Carranza me encontré con un entrenador que me dijo que él ejercía gratis porque no quería vivir del fútbol y claro, con qué cara se queda un profesional tras escuchar esto”, se lamenta el gaditano.

En el ámbito provincial es muy conocido por su constancia en cuanto al proyecto, pero ahora se lamenta de lo ocurrido y del ninguneo que dice sufrir por parte de una entidad que se “ha apropiado” de un proyecto y que puede que derive en fines lucrativos. El juego ha de ser limpio, desde las bases, como una labor ejemplarizante.   

Sobre el autor:

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Luis Rossi

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