"El lugar donde cocean los asnos".

Siempre sospeché que había cierto ambiente irreal en la ciudad de Jerez, cuyas calles fatigaba desde mi niñez: rincones donde se acumulaba la bruma, calles con extrañas perspectivas... seres acartonados que paraban por la calle Larga...

Un día, en la Biblioteca Municipal, en el último cajón de la sala de materiales gráficos, debajo de todos los demás y cubierto por un paño negro, descubrí un viejo mapa de 1606, intitulado "ANDALUZIA NOVA  DESCRIPT" por I. Hondius. Era un mapa muy detallado, donde figuraban numerosos pueblos pequeños de Andalucía Occidental y Extremadura. Fijé mi mirada morosamente en la bahía de Cádiz, e inmediatamente me fijé en El Puerto de Santa María, y a continuación me fijé en Rota, Chipiona, Sanlúcar, Trebujena, y mi mirada saltó a Arcos, Bornos, Espera, Medina Sidonia... Entonces me fijé en un espacio desierto en medio, donde yo creía que estaba Jerez de la Frontera, pero allí no había nada: sin embargo, incluso pueblecitos como Torre Alhaquime sí figuraban. Entonces tuve la primera evidencia de que aquel ambiente irreal que yo sentía al pasear por sus calles, se debía a que Jerez era una ciudad imaginaria que en 1606 aún no se había corporeizado...

Esa fue la primera pista a la que pronto seguirían otras que me hicieron conocer la espantosa realidad de la ignota Sherryland, y me iniciaron en el camino hacia ella... (Mapa de la imagen principal).

Tras el descubrimiento del primer mapa donde Jerez no existía, una conversación casual con el conservador de la Sala de Materiales Gráficos de la Biblioteca Municipal me llevó tras la pista de otras evidencias...

Me habló de un Círculo Hermético que en noches de luna llena suele reunirse en el Rincón Malillo, tras el Palacio de Riquelme: al parecer su lema es "Voy al Rincón Malillo a ver si me lleva la Luna y me da el entendimiento". Casualmente, faltaban tres días para la próxima Luna Llena, y cuando dieron las 23:30 me encaminé solo hacia la Plaza de San Mateo. Observé algunas sombras fugaces por calle Cordobeses, y acercándome al laberinto secreto del Rincón Malillo, un anciano, al que otros llamaban Barbablanca, inquirió sobre mi presencia allí. Le comenté mis dudas sobre la realidad de SherryLand, y entonces me invitó a unirme al escuálido coro de ancianos y ancianas que recitaban como un mantra: "Sherryland, donde crece el oro del recuerdo, aterriza, nace, ven a nosotros...". Tras una ceremonia que no puedo describir por mi compromiso con el Círculo, logré que el anciano Barbablanca accediera a tener una conversación personal sobre el tema al día siguiente. Me citó en la Sala de temas jerezanos de la Biblioteca Municipal, en la segunda planta, a las 10:00 de la mañana. Cuando llegué, me dijo: "Todo lo que ves en esta sala es fruto del esfuerzo creador de nuestro Círculo, a lo largo de 400 años, por corporeizar Sherryland. Ciertamente has descubierto una pista, pero hay otras muchas, para los buscadores atentos". Y desplegó ante mi otro mapa del siglo XVII, donde- de nuevo- Jerez no existía. Comprendí que esta era una prueba de confianza hacia mí, y entonces me dio una de las claves principales".

Tras este primer encuentro, el anciano me citó para el día siguiente, a última hora de la tarde. Me dijo que avanzaríamos en mi Iniciación sobre la Irrealidad. Cuando llegué, estaba acompañado del Director de la Biblioteca Municipal, que según entendí, era también Guardián del Alto Secreto. Bajamos unas escaleras hacia un húmedo sótano, atravesamos largas galerías en penumbra y llegamos a la puerta de una antigua Caja Fuerte. El Director marcó una larga clave y la puerta se abrió. Entramos en una cámara acorazada con varios estantes en su interior, donde yacían multitud de manuscritos y mapas. Dijo el anciano: "Muéstrale a este Neófito la primera Corporeización". El Director avanzó al fondo de la Cámara, y colocó sobre una mesa otro mapa dibujado por Lucas Loes y Waghenaer en 1586. En él, de nuevo no aparecía el nombre de Jerez, pero en vez del vacío, y en su exacto lugar del mapa, aparecía un lustroso asno. Comentó el anciano: "Este es uno de nuestro secretos más vergonzosos: la Primera Corporeización de Jerez fue un Asno. En nuestro Círculo se ha producido incluso un Cisma hace 200 años, por la interpretación de este ominoso mapa: para algunos -felizmente expulsados- el Asno era un símbolo alquímico que remitía a la Perseverancia en la Sabiduría. Otros opinamos que era una Profecía maldita de los tiempos por venir". Y señaló con el dedo, al tiempo que culminaba "esa es la verdadera etimología de Sherryland: El lugar donde cocean los asnos".

 

Sobre el autor:

Joaquín Carrera.

José Joaquín Carrera

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