La Junta licita la intervención arqueológica previa a las obras del Museo del Flamenco

El futuro del Palacio Pemartín está en el aire, una vez que se ha confirmado el traslado del antiguo CAF al futuro equipamiento de plaza Belén

Dos de las fincas donde se prevé el Museo del Flamenco.

El proyecto del Museo del Flamenco de Andalucía entre las calles Barranco y plaza Belén del corazón histórico de Jerez sigue dando pasos firmes tras años de incertidumbre. Tras confirmarse la cesión de los inmuebles municipales que conformarán el equipamiento cultural y después de que la Junta haya impulsado la licitación de las obras, la Consejería de Cultura y Patrimonio ha licitado la intervención arqueológica previa en las fincas que contemplan las instalaciones. 

El contrato, un paso ineludible para comenzar las obras, se ha tramitado por vía de urgencia y consiste en actividad arqueológica preventiva mediante excavación en extensión, estudio de paramentos y sondeos y control de movimiento de tierras en los solares y edificaciones destinados a la construcción del Museo del Flamenco de Andalucía y Centro de Documentación del Flamenco en Jerez, situados en la plaza Peones, 8; y calles Doctor Lillo 3D, 4 y 8; y Barranco, 6 y 8.

A principios de este mes, coincidiendo con la presentación del próximo Festival de Jerez, la propia consejera Patricia del Pozo confirmó en la ciudad la salida a licitación pública de una inversión de 6,8 millones en las obras del futuro Museo, de los que cinco millones corresponde a fondos Feder y 1,8 millones a fondos autofinanciados por la propia Junta.

Asimismo, el proyecto implica la salida del CADF del Palacio Pemartín, sin que hasta el momento se haya aclarado qué futuro uso tendrá el inmueble de la plaza San Juan. El Palacio Pemartín, de cuya rehabilitación se cumplen 32 años, se compró en 1984 por el Ayuntamiento de Jerez y en 1987 pasó a manos de la antigua Fundación Andaluza de Flamenco. Como aseguró el gobierno municipal, en 1996 dicho patrimonio, según reza en el BOJA, quedó como inventariado en los fondos patrimoniales de la Junta de Andalucía, por lo que no está claro si una vez que quede expedito volverá a manos de su propietario inicial o se quedará en manos de la administración autonómica para futuros usos.

Esta joya arquitectónica, que originalmente data del siglo XV y cuenta con 800 metros cuadrados divididos en dos plantas más un jardín exterior, cuenta con una alta protección urbanística ya que está considerada como Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que su conservación, en teoría, debe estar garantizada, así como su preservación en su estado actual.

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