Un jubilado, en huelga de hambre por el "acoso" que sufre en una residencia de Jerez

Esteban Mariscal denuncia que el anterior director de la residencia de La Granja y un par de empleadas intentan que se marche. La Junta explica que busca soluciones cuando hay "problemas de convivencia"

Esteban Marisal posa junto a la residencia de mayores de La Granja, en Jerez.
Esteban Marisal posa junto a la residencia de mayores de La Granja, en Jerez. CANDELA NÚÑEZ

El pasado viernes Esteban Mariscal recibió inesperadamente un parte disciplinario de carácter muy grave por parte de la residencia de personas mayores de La Granja, en Jerez. Según el texto al que ha podido tener acceso lavozdelsur.es se le achacan una serie de comportamientos irrespetuosos hacia otros residentes, desde insultos hasta proposiciones sexuales.

Es un caso realmente complicado porque, como cuenta a este periódico, "he preguntado a una de las personas que ponen la denuncia y me ha dicho que ella no ha tenido nada que ver. ¿Qué ocurre entonces? ¿Me está mintiendo o es que han utilizado su nombre para engordar esta mentira?". De hecho, remarca que "lo único cierto es que hablé con una residente, pero le dije que por favor se lavara porque olía a sudor. Llevo varios días mirando el diccionario y no encuentro dónde pone que eso es un insulto".

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Esteban Mariscal muestra el parte disciplinario.  CANDELA NÚÑEZ

"No sé cómo he podido decir esas cosas si con algunas de las personas que se han quejado de mí hace tres años que no hablo", critica. Este hombre de 70 años ingresó en la residencia hace algo más de tres y afirma que desde hace un tiempo ha comenzado a vivir un auténtico calvario.

Todo comenzó cuando entró en una disputa con la anterior dirección a causa de una serie de comportamientos que no se ajustaban al reglamento establecido en este tipo de recintos. Desde entonces piensa que un par de trabajadoras, así como el antiguo director, la han tomado con él hasta que se ha llevado la desagradable sorpresa de recibir la notificación anteriormente mencionada.

"Antes de irse el director dejó preparado el parte. Lo preparó todo para que no pudiera quejarme por ello", asegura. Esteban ya ha puesto en conocimiento del nuevo director lo sucedido, pero este le ha explicado que al no estar firmado de su puño y letra no puede actuar para revocarlo. "Él me parece un hombre de fiar, pero yo no entiendo de estas cosas, así que no sé si lo que me dice es totalmente cierto", lamenta.

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El documento recoge comportamientos indecorosos hacia otros residentes.  CANDELA NÚÑEZ

Lo único que tiene claro es que, a pesar de haber decidido no hablar con casi ninguna persona de la residencia, siguen repitiéndose los episodios de "acoso" hacia su persona. Según denuncia, antes incluso de recibir el parte disciplinario, el director le avisó de que cuatro personas se habían quejado de su comportamiento hacia ellos. "¿Cuándo, si por las mañanas me levanto y me voy a la calle hasta mediodía?", se pregunta, agregando que "menos mal que no estaba allí, si no me hubiera caído otro expediente".

Este caso lo habló detenidamente con el nuevo responsable del centro, quien quedó al tanto de que algo no iba bien. Tampoco recibe el mejor trato por parte de algunos empleados. Sin ir más lejos, relata que "por determinados problemas me derivaron al especialista y me recomendó una dieta. Cuando le entregué el informe a la enfermera me dijo que no me la iba a hacer. No sé entonces para qué me mandan al especialista".

"Me han propuesto irme varias veces pero no quiero marcharme"

La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad ha explicado a este medio que fueron los profesionales pertenecientes al comité técnico del centro quienes pusieron este caso en su conocimiento para tomar una decisión que pudiera satisfacer a todas las partes. 

Estas quejas están ratificadas por los propios usuarios de la residencia, así como por trabajadores de la misma que han presenciado algunos de esos desencuentros. "Nosotros no hacemos las cosas por capricho ni porque nos caiga mal ningún usuario, al contrario, lo que buscamos es el bienestar de todas las partes implicadas y que los problemas existentes no vayan a más", remarcan.

Según cuentan —y viene recogido también en el parte disciplinario—, "el residente ingresó en el año 2019 en la residencia y desde entonces ha tenido incidentes con otros usuarios, tratando la comisión del centro de solucionarlos sin tomar medidas drásticas". En ocasiones anteriores habían buscado la forma de evitar tomar deciones tajantes pero han llegado a la conclusión de que no pueden seguir así. "Cuando se acumulan los problemas de convivencia se busca una solución para evitar que se enquisten, siempre teniendo claro que el afectado es una persona y hay que tratarle con todo el respeto para protegerle tanto a él como a los demás", agregan.

La línea de actuación habitual recoge que ante casos de este estilo que se repiten en el tiempo deben tomar una decisión firme, o bien expulsarle del sistema —algo que aseguran llevan años sin hacer— o bien buscar el traslado a un centro donde pueda contar con los mismos servicios que en el actual.

Aquí radica el gran problema, ya que la plaza de Esteban pertenece al sistema de exclusión social, por lo que solo podrían derivarle a las residencias de Armilla (Granada), Estepona (Málaga) o La Carolina (Huelva). Aunque en un principio se tanteó su traslado a la localidad granadina, la presencia en su centro para mayores de un usuario con el que ya tuvo problemas años atrás en Jerez no aconseja volver a juntarles, de modo que la principal posibilidad que ahora se maneja es que se marche a Huelva.

Por último, desde la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad insisten en que "las situaciones que involucran a personas mayores conflictivas son relativamente comunes y suelen solucionarse cuando se les traslada. La mayoría de las veces cambian su comportamiento para bien, aunque es cierto que hay quienes tienen sus carácteres y sus problemas y acaban saltando de un lugar a otro", dejando claro que trabajan con todos los recursos que pueden para evitar que esta última situación se produzca.

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Están buscando la forma de revocar la sanción y evitar su expulsión de la residencia.  CANDELA NÚÑEZ

La situación es realmente difícil para Esteban, que siente que están haciendo todo lo posible para expulsarle de la residencia. La gravedad del parte disciplinario podría desembocar en su traslado a otro centro, algo que teme sobremanera. "Yo estoy bien aquí, la asistenta social me ha propuesto irme varias veces, pero yo no quiero marcharme ni alejarme de mi familia".

Él todavía está en disposición de conducir su coche, pero es consciente de los límites que tiene, principalmente económicos. "La gasolina está muy cara. Si me mandan a una residencia en Sevilla podría estar en Jerez por la tarde temprano, pero si me envían más lejos no podría ni pagar el combustible ni estar aquí con los míos", explica temeroso.

A ojos del afectado es injusto que le sancionen por unas quejas que no han contrastado entre las partes. "Deberían habernos llamado a la persona en cuestión y a mí mismo y preguntarnos qué ha pasado, intentar al menos hablar las cosas, no escribir cada cosa que te digan", denuncia.

Este caso ya está en manos de su abogado. Actualmente están buscando la forma de poder revocar la sanción y evitar su expulsión del centro y han trasladado una queja formal a la delegación territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad en Cádiz. Mientras la vía judicial estudia el camino a seguir, este jubilado ha decidido presionar por su propia cuenta declarándose en huelga de hambre desde el pasado sábado. "Voy a seguir hasta que esto se solucione", insiste.

Esteban dispone de diez días para recurrir y conocerá la sentencia definitiva en un plazo máximo de tres meses. Él espera que se puedan depurar responsabilidades sobre este hecho y que, por supuesto, no se llegue al extremo de trasladarle fuera de la provincia. "No puedo consentir perder el arraigo con mi familia, con mis hijos y mis nietos por una denuncia injusta", concluye.

Sobre el autor:

Pablo Mata

Pablo Mata

Periodista, graduado en la Facultad de comunicación de Sevilla en el año 2020. Miembro de la Asociación de Prensa de Jerez. He hecho prácticas y colaborado en varios medios para ganar experiencia. También escribo en mi propio blog sobre mi pasión, el deporte, y ahora tengo la oportunidad de aportar mi granito de arena en lavozdelsur.es.

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Comentarios (1)

Lupo Hace 1 año
Esa situación es más frecuente de lo que parece, se utiliza también como represalia a familiares que ponen quejas que podrían socavar la reputación de la empresa, o desvelar malas praxis generalizadas y consentidas. Se inventa cualquier patraña sobre el comportamiento del usuario, especialmente si tiene deterioro cognitivo y no puede testificar, aludiendo a afectados anónimos. No hablo de oídas
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