María, muy conocida en diferentes puntos del centro de la ciudad, era una joven de El Puerto de Santa María que, a sus 35 años de edad, fallecía en la tarde noche de este pasado martes en plena vía pública, en el corazón de San Miguel, a los pies del monumento de Lola Flores. El cadáver yacía en el suelo ante el perímetro acotado por la Policía Nacional y las miradas furtivas de curiosos del barrio.
Su muerte no ocupará grandes titulares ni abrirá informativos, pero María, muy querida por quienes la conocían, "muy buena", murió tras desplomarse en el suelo. Pese a los intentos de reanimación, la mujer acabó falleciendo.
María era una persona sin hogar, de las que pueblan a veces los paisajes urbanos y son casi invisibles para la mayoría. Vecinos del barrio aseguran que últimamente vivía como ocupa en una infravivienda muy cerca de donde perdió la vida, pero también pernoctaba gracias a la asistencia social en un hostal de la también cercana calle Cazón. También se le vio por la Porvera y otras fuentes cercanas han asegurado a este medio que vivía junto a su pareja en El Puerto, "iba y venía".
"Qué fuerte Mari que te hayas ido, esta mañana eché de menos que te pararas conmigo. Ella iba a verme casi todos los días; eras muy especial, has pasado mucho en la vida para llegar ha esto. Te echaré de menos,t us vueltecitas por la Plaza acompañada de Juan. Descansa en paz preciosa y un día seguro que volveremos a vernos y a seguir nuestras risas", escribía en su muro de Facebook Alicia Atienza, una conocida vendedora de la puerta del mercado de abastos, que solía coincidir con la fallecida, habitual en las colas del hambre y en los repartos de alimentos de la Cruz Roja, según personas que la trataban.
Cuando la autopsia determine las causas de su muerte, el cuerpo sin vida de María será trasladado al tanatorio de El Puerto, donde será velada y posteriormente enterrada.
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