Joaquín del Valle, homenaje en Jerez al político-sindicalista calmado que siempre estuvo ahí

CCOO reconoce en su caseta de la Feria del Caballo la trayectoria de quien fuera líder de IU en la ciudad y secretario general del sindicato, entre otras muchas cosas

Joaquín del Valle, tras recibir el homenaje en la caseta de CCOO.
20 de mayo de 2025 a las 21:49h

A pesar de su carácter aparentemente templado, nadie puede decir que Joaquín del Valle (Jerez, 1959) no sea un hombre combativo. Durante décadas ha defendido sus ideas con vehemencia cuando ha sido necesario, aunque sin caer en la descalificación, adoptando un tono y una forma muy características.

En la política, también en el sindicalismo, a Del Valle se le conoce —y se le reconoce— en Jerez por defender los intereses de la clase trabajadora. De la Juventud Obrera Cristiana (JOC) pasó al Partido Comunista, y de ahí a Izquierda Unida, y en su última etapa, a liderar CCOO, a lo largo de más de 40 años de trayectoria.

Estuvo a punto de meterse a cura cuando tenía 17 años, confesaba en una entrevista en lavozdelsur.es, pero fue una idea que declinó. Su lugar estaba en la calle. Empezando por los barrios en los que actuaba para mover el avispero entre la gente joven desde la JOC, antes de pasar al PCE, durante el inicio de una democracia que aún era incipiente.

Del Valle fue delegado sindical en la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Jerez, al que entró a principios de los años 80 del siglo pasado. Y a mediados de los 90 se involucró en IU, cuya trayectoria desde entonces no se entiende sin la influencia de su figura.

Desde 2003 a 2015 fue el líder de IU en la ciudad, defendiendo en los plenos municipales sus propuestas, siempre constructivas, desde el sosiego y la calma que le caracterizan. Hay quienes hablan de eso como una virtud, sus detractores —hay pocos— dicen que todo lo contrario. 

Líder de IU y CCOO en Jerez, implicado en el sindicalismo desde los años 80

En su último paréntesis, reapareció en la vida pública en 2021, para liderar CCOO en Jerez, un cargo que ha dejado recientemente en manos de Patricio Pérez. 

En definitiva, una extensa trayectoria sindical y política que lo ha llevado a participar en incontables manifestaciones, a luchar por mejores convenios, a defender a colectivos y entidades de todo tipo. 

Él, dice, tras el homenaje que le han querido dar sus compañeros y compañeros de CCOO en la Feria del Caballo, que no lo merece. El que lo conoce sabe que no es falsa modestia. 

El despertar de la conciencia de clase

Ha aprovechado Del Valle el homenaje que ha recibido en la caseta de su sindicato, en la Feria de Jerez, para contar dos anécdotas que hablan de su despertar de la conciencia de clase. Más bien, de la demostración de que la lucha sirve para conseguir mejoras.

Como la vez en que, remontándonos a 1976, trabajaba para una empresa de construcción, donde ganaba 5.800 pesetas al mes. Después de la huelga provincial que propiciaron en el sector, pasó a cobrar más de 13.000 pesetas mensuales. Más del doble. "Cuando son causas justas y se pelea y hay movilización, se consiguen mejoras", aporta.

"Las causas justas se pelean y se consiguen mejoras"

Unos años más tarde, en 1983, cuando empezó a trabajar en el Ayuntamiento como funcionario, tuvo el "privilegio" de "defender lo público desde lo público". "Tuve ese privilegio con respecto al resto de trabajadores, porque sabía que no me podían echar, pero un privilegio para ponerme siempre en el lugar de los demás", explica Del Valle. 

No conoce otra forma de lograr mejoras laborales. En su vida ha tenido muchos ejemplos, estos son solo dos. "Cuando uno se carga de razones, tiene esa fortaleza. Cuando se pelea por cosas que esencialmente son razonables y justas, todo merece la pena", reflexiona el político-sindicalista —o viceversa—, tras recibir el homenaje de los suyos.

La reducción de la jornada laboral, siguiente objetivo

En el transcurso de la conversación de lavozdelsur.es, en la caseta de CCOO, en la que muchos quieren felicitar a Joaquín del Valle o hacerse una foto con él, sale la reivindicación estrella de los sindicatos actualmente: la reducción de la jornada laboral.

"Siempre hablamos de salario, pero hay una parte del salario que no es económico, que es un salario indirecto. Ahí entra la reducción de la jornada", señala del Valle, quien cree que sería una cuestión de "justicia", ya que hay trabajadores que ya disfrutan de esas 37,5 horas —sobre todo en el sector público—.

"Hay una parte del salario que no es económico, ahí entra la reducción de la jornada"

"Esta medida viene a beneficiar a unas determinadas capas de la sociedad que sufren una situación injusta con respecto a las demás. Se trata de igualdad, pero parece que la CEOE —la patronal de empresarios— ahora no quiere firmar nada, porque le han tirado muchas veces de las orejas", dice.

Futuro del sindicalismo

"Con carácter general, hay una desmovilización muy grande a todos los niveles: asociativo, sindical y político", responde del Valle cuando se le pregunta por la conciencia de clase de la juventud. 

"La capacidad de movilización que había antes ahora mismo está a unos niveles muy bajos. Ahí intervienen varios factores, como el hecho de estar deslegitimando continuamente la acción política o sindical. La escala de valores hoy no es la misma que hace 40 años", agrega en su reflexión.

No hay una fórmula mágica para recuperar ese terreno perdido, pero opta por una clásica: "Tenemos que hablar mucho más con la gente, razonar mucho más, volver a encuentros sectoriales e intentar participar con el sindicato en las universidades, contando qué mundo laboral se van a encontrar esos estudiantes. Y sobre todo, no debemos perder la memoria".

Y remata: "El problema es que hay muchos trabajadores y trabajadoras que votan a quienes no quieren subir el salario mínimo, a quienes no quieren subir las pensiones, a quienes nos quieren tener como esclavos. Ahí es donde está el problema, y ahí es donde hay que dar la batalla".

Sobre el autor

Francisco Romero

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