Manuel Alejandro Loreto, treintañero, empresario, cocinero, gitano, recordaba en un reportaje reciente en lavozdelsur.es que su abuela limpiaba de niña el local que ocupa ahora su restaurante. Pronto espera hacer el traslado y abrir su negocio en un antiguo casco de bodega que está rehabilitando en el Angostillo. Una desaparecida bodega donde también su abuela, muchas décadas antes, compraba vino a granel. "Para que veas las vueltas que da la vida…", mantenía, a la espera de unos permisos de la Delegación Municipal de Urbanismo que al fin han llegado.
Jindama, el popular restaurante que ocupa la parte central del frente de la plaza de Santiago, se mudará este mismo año a su nuevo emplazamiento. Un antiguo casco de bodega del Angostillo de Santiago, más cerca aún de la Iglesia del Apóstol, que está siendo objeto de una profunda rehabilitación, pero que necesitaba permisos para poder avanzar.
Del extenso orden del día de la última comisión municipal de patrimonio sobresale la luz verde a la reforma y adaptación de esta nave bodeguera, también catalogada, de la calle Angostillo de Santiago para un establecimiento de bar-restaurante. El inmueble se sitúa en el entorno del BIC Iglesia de Santiago El Real, si bien, esta intervención no afecta a este monumento, como se ha explicado desde el Ayuntamiento.
Rehabilitar el viejo casco de bodega del Angostillo está siendo todo un reto. El presupuesto, contaba Manuel Loreto a este periódico, va ya por los 400.000 euros, pero el resultado confía en que sea espectacular, con grandes ventanales al Angostillo y espacio para espectáculos en su nuevo restaurante flamenco.