La historia de los pavos reales 'escapistas' (del Alcázar) de Jerez

Desde hace varias semanas no es extraño encontrarse a alguno de los ejemplares de esta ave de 'paseo' por las calles e incluso patios de casas cercanas al recinto monumental

Un pavo de paseo por la calle Pozuelo, con un niño delante pendiente de lo que hace.
13 de junio de 2025 a las 19:52h
Actualizado a 14 de junio de 2025 a las 07:38h

En la calle Cruces, en Pozuelo (Conde de los Andes), en Manuel María González, en la misma Alameda Vieja… los vecinos y los turistas del entorno del Alcázar de Jerez, en pleno centro, llevan varias semanas encontrándose con unos inesperados visitantes: los pavos reales.

Este año han vuelto a ser introducidos en el Alcázar –ya los hubo en tiempos– y parece que los tres o cuatro ejemplares que hay, que no son más, han decidido darse una vuelta de vez en cuando por los alrededores, para sorpresa de quienes se los encuentran en la calle e incluso en los patios de las propias casas cercanas, que también se ha dado el caso.

En un número de Manuel María González, por ejemplo, los vecinos se encontraron hace unas semanas en el patio a un buen ejemplar y llamaron a la Policía Local, que a su vez derivó el problema a Medio Ambiente, que envió a un agente que tuvo que emplearse para capturar a esta ave y reenviarla al Alcázar.

Otro pavo en un patio interior de un bloque de la calle Manuel María González.

Pero si encontrarse a un pavo real en una repisa de un patio de vecinos sin duda es objeto de sorpresa, lo es todavía más encontrárselo de paseo por la calle, como le pasó al escolar que a media tarde y a la altura de Pescadería Vieja (primera imagen) lleva uno detrás dándose una vuelta, tan tranquilo –el pavo–, y claro, mejor no quitarle ojo.

Son unas aves que tienen un buen tamaño, por lo que su inesperada aparición causa asombro y también cierto sobresalto. Al final es objeto de comentario y muchas veces broma entre los vecinos, pero también hay quienes toman algunas precauciones cuando aparecen, aunque solo sea mantener puertas y ventanas cerradas.

Este medio aprovechó la circunstancia y preguntó al respecto a un buen aficionado a la ornitología, como es Manuel Barcell, exdirector del Zoo de Jerez y vecino de la zona, que afirmó que seguramente no hay ninguna causa que justifique el ‘escapismo’ de estos pavos reales –nada causado por el celo o el calor– más allá de la propia cercanía del Alcázar, su actual hogar. Son animales que pese a su tamaño pueden realizar vuelos cortos y planear, y sencillamente es lo que hacen. Por eso, como los pavos reales no pueden volar lejos, están apareciendo como mucho a unos doscientos metros del céntrico monumento que los acoge de nuevo.

No obstante, después de los pequeños problemas que están causando, es muy probable que próximamente estas aves, apenas en cuestión de unos días, acaben viviendo en el Zoo de Jerez.

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Carlos Piedras

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