La Policía Nacional ha desarticulado una operación de tráfico de drogas a gran escala que operaba a través del tramo navegable del río Guadalete, en la provincia de Cádiz. La intervención permitió incautar unos 2.000 kilogramos de hachís, un fusil de asalto tipo AK-47 con su cargador municionado y recuperar dos vehículos todoterreno que habían sido sustraídos y utilizados para el transporte de la droga.
La investigación se inició tras detectar un incremento de la actividad delictiva en la zona, donde embarcaciones neumáticas de entre seis y ocho metros de eslora navegaban por el río para encontrarse en alta mar con embarcaciones de alta velocidad cargadas con sustancias estupefacientes. Estas operaciones tenían como objetivo trasladar grandes cantidades de hachís y, en algunos casos, cocaína, hasta las costas gaditanas.
Una vez realizado el trasbordo en alta mar, las embarcaciones tipo goma regresaban por el cauce del Guadalete para alijar la droga en las orillas del río. Desde allí, los fardos eran cargados en vehículos todoterreno 4x4, que los transportaban hasta fincas conocidas como “guarderías” o “caletas”, donde la mercancía permanecía almacenada antes de su distribución por el territorio nacional y otros países europeos.
Ante el conocimiento de este modus operandi, los agentes establecieron la noche del 1 al 2 de noviembre un dispositivo especial de vigilancia en el río Guadalete. Hacia las tres de la madrugada, las patrullas detectaron tres embarcaciones neumáticas ascendiendo por el cauce cargadas con fardos de hachís y dos vehículos todoterreno dirigiéndose hacia la zona de alijo.
Las fincas en Jerez
Tras el desembarco, los investigadores siguieron a los vehículos hasta dos fincas situadas en el término municipal de Jerez de la Frontera. Una de ellas fue identificada como el punto de almacenamiento de la droga y la otra como el lugar donde se ocultaban los todoterrenos, que posteriormente se comprobó que habían sido robados.
Con la autorización judicial del Juzgado de Instrucción de guardia de Jerez, se efectuaron registros en ambas propiedades. En el interior, los agentes hallaron los 2.000 kilogramos de hachís, el arma de guerra tipo AK-47 con su cargador municionado y los dos vehículos sustraídos, que contaban con un sistema de extintores conectados a tubos en la parte trasera para expulsar polvo y dificultar la persecución policial en caso de huida.
Como resultado de la operación, fue detenido un hombre natural de Jerez de la Frontera, quien fue trasladado a los calabozos de la Comisaría Local. El detenido pasó a disposición judicial el 4 de noviembre ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Jerez, en funciones de guardia, acusado de delitos relacionados con el tráfico de drogas y el uso de vehículos robados.



